Las decisiones recientes anunciadas por el presidente egipcio Mohamed Morsi para darse amplios poderes hasta la entrada en vigor de la nueva Constitución, lo cual ha causa protestas, “generan preocupaciones” en la comunidad internacional, advirtió el Departamento de Estado.
“Una de las aspiraciones de la revolución” que terminó el año pasado con la dictadura de tres décadas de Hosni Mubarak era “asegurar que el poder no esté excesivamente concentrado en las manos de cualquier persona o institución”, agregó.
Enfatizó que “el actual vacío constitucional en Egipto solo se puede resolver con la adopción de una constitución que incluya el control y equilibrio de poderes y respete las libertades fundamentales, los derechos individuales y el estado de derecho consistente con los compromisos internacionales de Egipto”.
“Pedimos la calma e instamos a todas las partes a trabajar juntas y pedimos a todos los egipcios que resuelvan sus diferencias sobre estos importantes asuntos de una manera pacífica y por medio de un diálogo democrático”, enfatizó.
Egipto, que llegó a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir 4.8 mil millones de dólares, ha elevado su perfil internacional por la intermediación de Morsi en el reciente acuerdo de cese al fuego entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas).