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Por Isaac Cohen*
La economía de China ha estado exhibiendo presiones deflacionarias, al menos desde la contracción del sector inmobiliario que comenzó en 2021, junto a un aumento consecuente en el ahorro de los hogares. En agosto, el índice de precios al consumidor aumentó un magro 0,6 por ciento, desde el año anterior. Entretanto, el apoyo del gobierno a la manufactura y las exportaciones ha generado un récord en el excedente comercial. En junio pasado, las exportaciones desde China aumentaron a $308.000 millones, desde el año anterior, mientras que las importaciones hacia China disminuyeron a $209.000 millones, generando un excedente que superó el último récord alcanzado en julio de 2022.
La semana pasada una reunión del Politburó del Partido Comunista de China, dedicada extraordinariamente a la economía, aprobó un conjunto de medidas de estímulo al consumo doméstico. Para comenzar, la mayoría de las medidas emanaron del banco central, primordialmente reduciendo las tasas de interés hipotecarias, así como permitiendo acceso a un mayor caudal de financiamiento para hipotecas, compra de acciones y la adquisición de viviendas no vendidas. Quedó pendiente el anuncio de un conjunto de medidas de estímulo fiscal, así como la forma como será manejada la contracción inmobiliaria. Aún así, el anuncio de las medidas, la semana pasada, fue saludado por el índice de la bolsa de Shanghái con un aumento del 11 por ciento, el mayor en cuatro años.
*Analista y consultor internacional, exdirector de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio, UNIVISION, TELEMUNDO y otros medios.