El sonriente Lucio Edgardo Paredes Escobedo. Foto cortesía
Por Roberto J. Bustamante (*)
Lucio Edgardo Paredes Escobedo, el patriarca de la familia Paredes Escobedo, falleció el 16 de octubre de 2025, en la ciudad de Arequipa, al sur del Perú, a la edad de 94 años, a causa de una delicada enfermedad. Su muerte causó consternación en el seno familiar, dentro y fuera del país, así como en sus numerosos amigos y excompañeros de trabajo.

Conocido por su don de gente, espíritu deportista y afición por la música, Lucio Edgardo Paredes, fue un destacado trabajador en la reconocida fábrica Leche Gloria en Arequipa, donde demostró sus cualidades laborales y responsabilidades durante 35 años, por las cuales obtuvo el premio “Broche de Oro” por su óptimo desempeño laboral.
Nació el 13 de diciembre de 1930, en Arequipa, la segunda ciudad más habitada del Perú, conocida como la Ciudad Blanca. En su nutrida familia, era el séptimo de nueve hermanos: Víctor, Demetrio, Delia, Carlos Aurelio, Doris, Justo Germán, Teófila y Rafael. Sus padres, dignos residentes de esta ciudad rodeada de volcanes, fueron Rafael Paredes Cuadros y Sila Escobedo Delgado.
Estuvo casado con doña Graciela Adriana Hurtado, nacida en Arequipa, con quien compartió 73 años de entera felicidad matrimonial, rodeado de sus queridos hijos: Julio Rafael; Carlos Fortunato; Miriam Marcela; Gladys Sila y Edgar Álvaro Paredes Hurtado. En el seno familiar, amorosamente lo llamaban «Caballero».
Desde temprana edad, Lucio Edgardo, comenzó a trabajar para ayudar económicamente en su hogar debido al fallecimiento de su querida madre lo cual le impidió continuar con sus estudios. A la edad de 17 años, ingresó a trabajar a la firma Ibáñez, una de las mejores fábricas de curtiembre. Rápidamente, aprendió a confeccionar maletas, carteras, billeteras, cartapacios y otros objetos en cuero, debiendo efectuar trabajos extras desde su hogar, secundado por sus hijos.

En 1965, se incorporó a la fuerza laboral de la fábrica Leche Gloria en Arequipa, una de las principales plantas industriales peruanas, donde laboró con eficiencia hasta cumplir 69 años de edad. Estando en esta planta industrial fue elegido dirigente deportivo. Por sus dotes como buen trabajador, asumió en dos ocasiones las funciones de director de la Comunidad Industrial en esta conocida empresa.
Como buen deportista, destacó al integrar el equipo de fútbol de esa época “Tranily”, siendo conocido por su habilidad como defensa lateral, integrando las giras deportivas por varios lugares del Perú.
Lucio Edgardo, era una persona respetada en la comunidad y muy querida por los miembros de la familia y sus amigos. Mantenía disciplina en sus ejercicios físicos diarios y practicaba su deporte favorito el fútbol, lo mismo la natación, dándose tiempo para acudir a sus reconfortantes baños turcos.

Demostró una alegría desbordante y ganas de vivir, dando un claro ejemplo de fortaleza, lucha y tenacidad, con espíritu solidario, siempre por amor a sus hijos, nietos y bisnietos.
Carlos Paredes Torres, uno de sus nietos, compuso e interpretó una canción en memoria al patriarca “A mi Abuelo” entonándola en su memoria durante sus funerales.
Sus restos mortales descansan en el Cementerio Parque de la Esperanza en la ciudad de Arequipa.

(*) Periodista y científico social.
