Felicitaciones a los pueblos de Cuba y Estados Unidos

Por haberse iniciado, con retraso de veinte años, el fin de la Guerra Fría entre los dos países.

 

El 17 de diciembre de 2014 ha pasado a ser un día histórico saludado desde todos los rincones del planeta. Luego de muchos meses de conversaciones y negociaciones secretas entre los gobiernos de Estados Unidos y de Cuba, mediadas en buena medida por el Papa Francisco, se ha anunciado hoy una serie de medidas que, al aplicarse, tirarán a la basura la política errónea de los sucesivos gobiernos de Estados Unidos hacia Cuba, que se estableció casi desde el triunfo de la Revolución Cubana.

Se empezará así a desmantelar la serie de acciones que por cerca de cincuenta años de la mal llamada “guerra fría” Washington impulsó contra el Estado cubano. El Presidente Obama ha aceptado hoy lo que era evidente para la comunidad internacional: ante la determinación del pueblo cubano de defender su Revolución, la política de antagonismo de los gobiernos de los Estados Unidos había demostrado su impotencia y caducidad. Se abre hoy, como bien dice Adolfo Pérez Esquivel, una “nueva y esperanzadora etapa” en el continente americano.

Si bien las negociaciones se iniciaron hace bastantes meses y muchos actores individuales, colectivos y nacionales contribuyeron a superar los problemas que impedían avanzar con las mismas, es indudable que la derrota sufrida por los Demócratas en las elecciones de noviembre de 2014 ha jugado un papel importante, porque ante el negativo hecho de que el Congreso de Estados Unidos pasara al control total de los Republicanos, Obama se ha visto en la necesidad de adoptar medidas necesarias por la vía ejecutiva. Ha sido un “fenómeno cascada” en el que la lucha de los inmigrantes indocumentados ha jugado un papel sustancial. La gran frustración de estos, por la falta de acción con respecto a las reformas a la Ley de Inmigración llevó al enfriamiento político de la población latina y de los sectores progresistas con relación a los Demócratas.

Este enfriamiento fue aprovechado por los Republicanos para invertir cuantiosos capitales para hacer ganar a sus candidatos y con sus triunfos en noviembre el número de Republicanos en el Senado y la Cámara de Representantes se convertirá en mayoría significativa. Ante esta situación, luego de seis frustrantes años de intentar negociar con el partido opositor, Obama se ha visto en la necesidad de usar sus poderes para dejar su huella en la historia.

En primer lugar, anunció la regularización de 5.0 millones de inmigrantes indocumentados. En segundo lugar ha procedido al intercambio de prisioneros políticos con Cuba, a la liberación de muchas restricciones del embargo y al proceso de reapertura de relaciones diplomáticas con el régimen cubano. Si bien las medidas no llegan tan lejos como la inmensa mayoría de latinoamericanos quisieran, sí establece un proceso irreversible para eliminar la innecesaria confrontación con Cuba.

Desde luego, estos “gestos” no se producen en el vacío. La lucha de la solidaridad internacional por la liberación de “los cinco” ha sido constante a lo largo de los últimos años. Igual constancia ha mostrado la condena internacional al embargo económico –las victorias de Cuba en el seno de la Asamblea General de la ONU han sido sistemáticas, año con año, la última vez con 189 votos a favor de los 193 países miembros. Los pronunciamientos de aceptación de Cuba, con su propio modelo económico y político, han sido reiterados por toda América Latina y el Caribe y los países de dicha región han tomado mayor distancia de las políticas guerreristas e irrespetuosas de los derechos humanos que Estados Unidos ha mantenido en distintas partes del mundo.

Poco a poco, esta posición antiimperialista que se filtra hacia otras partes del planeta irá calando también en Estados Unidos. Ojalá que pronto pase su sociedad de la mentalidad del siglo XIX, aún dominante en sectores de poder, a la apertura necesaria, en búsqueda efectiva de la coexistencia pacífica y el desarrollo globalizado que el siglo XXI exige.

 

Guatemala y su diáspora, 17 de diciembre de 2014

Comité Ejecutivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG)

 

 

 

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