Calixto y Marina Ramos reciben su reconocimiento en compañía de otros miembros del Comité. Foto: Ramón Jiménez.
Por Ramón Jiménez
Durante dieciocho años el Comité de Solidaridad Monseñor Romero de Washington, D.C. ha llevado ayuda a comunidades que necesitan de una mano amiga, para solventar algunas necesidades urgentes en el campo educativo, de la salud y en lo económico.
El Comité realiza diferentes actividades de recaudación de fondos durante todo el año —como el que tuvo lugar este sábado 14 de diciembre en el local de la congregación Washington Ethical Society—, para hacer algunas donaciones en diferentes países latinoamericanos, que van desde México pasando por Centroamérica y llegar hasta Perú, Paraguay y otros países sudamericanos.
Los fondos que entregan no son grandes cantidades, pero son lo suficiente para que familias de bajos ingresos o personas en particular hagan sus sueños una realidad. Tal es el caso de Stephanie Alessandra Costa Pineda, una joven hondureña que recién recibió su Doctorado en Medicina y Cirugía de la Universidad Católica de Honduras “Nuestra Señora Reina de la Paz”, quien estuvo becada por el Comité de Solidaridad.
“Este 2019 cumplimos dieciocho años y vamos por más”, aseguró Margin Medrano, presidente de esa organización comunitaria, que nació después de que dos terremotos —en enero y febrero de 2001— golpearon muy fuertemente el territorio salvadoreño, causando muerte y destrucción.
También el sacerdote Vidal Antonio Rivas, uno de los fundadores del Comité, se enorgullece de lo que el grupo de voluntarios ha hecho en ese tiempo, y esperan hacer más por el bienestar de las comunidades más necesitadas.
“Dieciocho años de vida no es para menos; espero que maduremos más para la lucha de la justicia y la solidadridad; nuestro mundo debe ser un mundo donde vivamos con amor, sin divisiones políticas ni religiosas”, enfatizó.
El orador invitado al evento cívico cultural fue el director ejecutivo del Centro de Recursos para Centroamericanos (CARECEN), Abel Núñez, quien disertó sobre la problemática de inmigración en este país.
“Estamos viviendo momentos muy difíciles por las políticas antiinmigrantes del gobierno actual”, señaló.
También señaló los contratiempos y penurias que enfrentan los miles de inmigrantes, que el año pasado llegaron a través de las caravanas procedentes de los países centroamericanos y otras regiones, quienes esperan con ansias se les otorgue una visa para entrar a Estados Unidos.
“Esa espera en la frontera [para quienes solicitan asilo] puede durar años; aunque el pueblo centroamericano se ha ganado su espacio político, su estadía”,enfatizó.
Esos solicitantes de visa que se encuentran en la frontera México-Estados Unidos, ahora pueden ser enviados a Guatemala, El Salvador y Honduras, donde las condiciones pueden ser peores de las que ya enfrentan en territorio mexicano o en centros de detención en diferentes Estados, que más bien parecen campos de concentración.
Durante la fiesta anual fueron reconocidos personas que se han destacado en la comunidad o más allá de la frontera, como es el caso de la pareja formado por Scott Wright y Jean Stokan, quienes por su lucha a favor de la justicia han sido detenidos en numerosas oportunidades afuera de la Casa Blanca, el Capitolio y otras dependencias del Gobierno, por apoyar las causas de los inmigrantes.
“Con un pueblo así no cuesta ser un buen pastor”, dijo Scott Wright, quien junto a su pareja vivieron varios años en El Salvador en la Comunidad Francisco de Asís, donde conocieron el sufrimiento en carne propia a la par de las comunidades menos favorecidas de ese país. “Mientras más oscura la noche, más claro era el amanecer”, destacó Wright.
Su esposa indicó que quienes merecen reconocimiento son las personas que apoyan al Comité de Solidaridad Monseñor Romero, para que siga Adelante.
“Son ustedes lo que están llevando esta lucha de reconocimiento a Monseñor Romero [ahora San Oscar Romero] quienes merecen recibir este premio que nos han entregado”, dijo Jean Stokan, de las Hermanas de la Caridad de las Américas, la Fundación SHARE y otras instituciones, quien junto a su esposo recibió el mes pasado el Premio Crispaz 2019 en la Universidad Católica de América.
También fue reconocido el matrimonio formado por Calixto y Marina Ramos, quienes por muchos años han trabajado porque el Comité de Solidaridad siga cumpliendo su misión. “Los dos hacemos lo que podemos”, dijo Calixto.
La labor de los dos matrimonios en diferentes campos, pero con el mismo objetivo, fue destacado por uno de los fundadores del Comité.
“Matrimonios como estos son difíciles de imitar”, destacó el sacerdote Vidal Rivas.
Fondos solidarios a comunidades que los necesitan
