Por Isaac Cohen*
Uno se pregunta donde andarán aquellos que dijeron que el desequilibrio fiscal estaba empujando a la economía de Estados Unidos a volverse como la economía griega. En contra de esos gritos de alarma, como consecuencia de aumentos de impuestos y de recortes de gasto, la tinta roja en las cuentas del gobierno federal ha disminuido en casi la mitad.
Es verdad, se justificaba tener alguna preocupación respecto al déficit fiscal. Desde 2008, al comienzo de la Gran Recesión, el gobierno federal estaba gastando alrededor de $1 billón anual en exceso de sus ingresos. Sin embargo, en este último año fiscal, el ingreso del gobierno federal aumentó casi 13 por ciento, a $2.8 billones, mientras que el gasto del gobierno federal fue igual a los $3,5 billones del anterior año fiscal. El gasto federal disminuyó, como proporción de la economía, de 22 a 20.8 por ciento y los ingresos federales aumentaron de 15,2 a 16,7 por ciento. Por ende, el déficit fiscal como proporción de la economía estadounidense disminuyó de 6,8 a 4,1 por ciento.
Pero no hay razón para estar complacidos, porque el desempeño fiscal en efecto fue un freno para el crecimiento económico. Así lo revelaron las cifras revisadas del crecimiento económico estadounidense para el último trimestre de 2013, divulgadas por el Departamento de Comercio la semana pasada. Los recortes presupuestarios drásticos, así como el cierre del gobierno federal en octubre, causaron una disminución de 1 por ciento en la tasa de crecimiento económico estadounidense.
*Analista y consultor internacional, ex-Director de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio.
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