El Gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Donald Trump, anunció una nueva ofensiva contra los inmigrantes que solicitan tarjetas de residencia para vivir y trabajar en el país.
Bajo las nuevas regulaciones propuestas, a los solicitantes podría negárseles la residencia permanente si alguna vez utilizaron asistencia social –incluida la asistencia alimentaria o cupones de vivienda– o si recibieron medicamentos recetados con descuento por medio del programa de beneficios Parte D de Medicare.
El Centro Nacional de Leyes de Inmigración criticó el cambio de regulación propuesto y señaló que de esta manera se manipularía el sistema de inmigración del país, haciendo que las tarjetas de residencia solo lleguen al mejor postor.
El grupo declaró: “Este es un enfoque regulatorio encubierto para separar a más familias inmigrantes”.
El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, que se comprometió a luchar contra el cambio de la norma, expresó: “Cientos de miles de nuestros vecinos pueden verse impedidos de consultar con sus médicos, mantener un techo sobre sus cabezas, o costearse ir la tienda de comestibles si desean permanecer en Estados Unidos. Eso es simplemente incorrecto y antiestadounidense”.