En Guatemala, más de 3.500 miembros de una caravana que huyó de Honduras la semana pasada en medio de la pandemia con rumbo a Estados Unidos han sido deportados.
El Gobierno guatemalteco desplegó a la policía y al ejército para detener a los solicitantes de asilo cuando llegaron a las regiones cercanas a la frontera con México durante el fin de semana.
Anteriormente, Guatemala hizo poco para detener los grandes movimientos de migrantes que cruzaban su territorio, pero el presidente Alejandro Giammattei amenazó la semana pasada con enviar al último grupo de regreso, asegurando que representaban un riesgo para la salud debido al coronavirus.

“La frontera definitivamente se ha movido”, dijo Úrsula Roldán, experta en inmigración de la Universidad Rafael Landívar. “Ya sabíamos que la pandemia sería un pretexto para que los estados se enfocaran en los migrantes como una cuestión de seguridad y salud”.
Guatemala aplicó la misma estrategia que México en 2019: poca oposición a la entrada en masas, permitir el avance y que los migrantes caminaran cientos de kilómetros para luego colocar barreras de soldados y policías con el fin de detenerlos. Los migrantes sin opciones decidieron retornar a su país.
Fuente: MetroLatinoUSA.com/Democracy Now!