Rumbaut muestra sus cualidades artísticas. Foto cortesía.
Por Laura Trask*
Ayuda se sostiene hoy gracias a visionarios que creyeron que los inmigrantes merecen justicia, dignidad y oportunidades. Entre estos visionarios se encontraba Luis Eduardo Rumbaut, segundo director ejecutivo de Ayuda, quien falleció el 28 de junio de 2025 en el Washington Hospital Center. Su fallecimiento nos invita a reflexionar sobre las raíces de Ayuda, la resiliencia de las comunidades inmigrantes y la extraordinaria vida de un hombre que encarnó la justicia, la creatividad y el servicio.
De La Habana a Washington, D.C.
La historia de Luis se entrelaza con la experiencia inmigrante más amplia, a la que Ayuda existe para servir. Nació en La Habana, Cuba, el 27 de octubre de 1949 y estudió en el Colegio de Belén. A los 10 años, emigró a Estados Unidos con sus padres y hermanos, llegando con tan solo 450 dólares y maletas de cartón. La familia no hablaba inglés, pero traía consigo una férrea determinación de construir una nueva vida.
Esa determinación llevó a Luis lejos. En 1966, se graduó de la preparatoria St. Pius X en Albuquerque, Nuevo México, donde obtuvo el 99.º percentil en el PSAT y fue nombrado Becario Nacional al Mérito. Obtuvo una licenciatura en la Universidad de Washington en St. Louis, Missouri y posteriormente un doctorado en Derecho en la Facultad de Derecho de Antioch en Washington, D.C. En cada paso, sobresalió como estudiante y líder, combinando siempre brillantez y humildad.
Uno de los primeros arquitectos de Ayuda
La trayectoria de Luis con Ayuda comenzó cuando aún era estudiante de derecho en Antioch. Atraído por la misión de brindar servicios legales, sociales y de acceso lingüístico a inmigrantes de bajos ingresos, se convirtió en uno de los primeros líderes de la organización. De 1978 a 1980, como segundo director ejecutivo de Ayuda, contribuyó a forjar los valores y programas que siguen siendo la base de nuestra labor en la actualidad.
Un relato histórico de la comunidad latina/a/e de Washington sitúa a Luis dentro de un movimiento más amplio:
“AYUDA LEGAL SERVICES fue un centro de asistencia legal fundado en 1973, aunque surgió de la clínica de la Facultad de Derecho de la Universidad George Washington en la década de 1960, Ayuda Para El Consumidor, que brindaba asistencia legal a inmigrantes hispanohablantes que habían sido víctimas de fraude al consumidor. Rumbaut también trabajó en Ayuda, y para 1982, Yvonne Vega sucedió a Moreno como directora de la organización. Hoy en día, la organización cuenta con más de 60 empleados en múltiples oficinas en el área metropolitana de Washington”.

El liderazgo de Luis durante esos primeros años sentó una base sólida para Ayuda, garantizando que las familias inmigrantes pudieran acceder a la justicia en una época en la que dichos servicios escaseaban. Su influencia aún se siente en nuestra defensa, nuestros programas legales y nuestro firme compromiso con el acceso lingüístico.
Servicio Público y Defensa
Tras su paso por Ayuda, Luis dedicó dos décadas al servicio público en la Oficina del Asesor Jurídico Corporativo del Distrito de Columbia (actualmente la Fiscalía General). Ascendiendo de asesor jurídico principal a director de la Rama Civil, División de Cumplimiento, obtuvo reconocimiento por su excelencia en el servicio gubernamental y fue ampliamente respetado por su integridad y equidad.
La defensa de Luis se extendió mucho más allá de los tribunales. Fue un portavoz de la justicia no solo a través del derecho, sino también a través de la cultura, la educación y la opinión pública. Tras jubilarse del gobierno, se convirtió en director del Instituto Folclórico Latinoamericano, impulsando el aprecio por la música y el patrimonio latinos. A partir de 2004, fundó y editó en solitario el boletín bilingüe La Alborada, que publicó cinco números semanales durante más de doce años. Un esfuerzo titánico que llevó noticias seleccionadas y contenido editorial reflexivo sobre Latinoamérica, con especial atención hacia Cuba, a un amplio público internacional.
Músico, Escritor y Narrador
Para quienes lo conocieron personalmente, Luis era tanto músico y escritor como abogado. Desde su llegada a Washington en 1972, tocó el tres (guitarra cubana) y, a veces, el cuatro (guitarra puertorriqueña) en queridas bandas de barrio. Con humor y estilo, sus conjuntos llevaban nombres como Esto no tiene nombre, Los Funcionarios y Los Olvidadizos.
En Adams Morgan y Columbia Heights, su música se convirtió en parte del tejido cultural de la vida latina de D.C. Su arte, al igual que su activismo, se basaba en la alegría, el humor y un profundo amor por su comunidad y su herencia.
Un legado que continúa a través de la familia
El legado de Luis continúa profundamente a través de su familia. Su hija, Jazmín Beatriz, se desempeña como intérprete principal en la Alianza Nacional de Trabajadoras del Hogar, continuando el compromiso de su padre con la justicia para inmigrantes y el acceso al idioma. Su hijo, Luis Ernesto, sus cinco hermanos, su familia extendida e innumerables amigos atesorarán su memoria por siempre. Fue reconocido a lo largo de las décadas con premios por su destacado servicio a las comunidades de habla hispana, pero quizás su mayor logro fue el amor, el humor y la humanidad que compartió con quienes lo rodeaban.
Impulsando su visión
En Ayuda, honramos a Luis Eduardo Rumbaut no solo recordando su extraordinaria vida, sino también impulsando su visión. Él creía que la justicia para los inmigrantes no era solo una causa, sino una responsabilidad. Su historia nos recuerda que la misión de Ayuda se basa en la valentía, la creatividad y la compasión, y que ahora es nuestro deber continuar la labor que él inició.
*Laura Task, directora de desarrollo y comunicaciones en AYUDA.
Editado por Ramón Jiménez
