Justicia para todos, ¡Donald Trump y Hunter Biden son criminales convictos! 

Foto Yahoo/CNN

Por Walter Monge-Cruz*

Doce patriotas en Nueva York, quienes creyeron en la constitución y justicia como pilares indiscutibles de la democracia, pusieron sus intereses personales y políticos a un lado, y encontraron culpable más allá de toda duda razonable a Donald J. Trump, por delitos criminales de falsificación de documentos para interferir en el resultado electoral de 2016, que le hizo presidente, callando a la actriz porno Stormy Daniels — semanas antes de las votaciones— de hacer público el escándalo sexual de su infidelidad a Melania con ella, a cambio de un pago por $130 mil dólares.

Con este pago corrupto, Trump influyó fraudulentamente en la decisión de cientos de miles de ciudadanos votantes con profundas raíces conservadoras religiosas en la elección de 2016, quienes, conociendo el escándalo sexual, no habrían votado por él.

La defensa pública de Trump todo este tiempo, ha sido basada en ataques a la democracia, ley y orden con su falsa acusación que es un perseguido político en una cacería de brujas ejecutada por el Estado Profundo, liderada directamente por Joe Biden. Tal falacia, ha sido descubierta ante los ojos de toda la nación esta semana, cuando otros doce patriotas en Delaware encontraron culpable de delitos criminales por posesión ilegal de armas de fuego, nada menos que al hijo de Joe Biden, Hunter.

Por primera vez en la historia de este país, un expresidente y el hijo de un actual presidente han sido juzgados y encontrados culpables de sus delitos criminales. El Departamento de Justicia estadounidense, ha demostrado con estos dos ejemplares e históricos juicios criminales, que la justicia es ciega y se aplica a todos, sin privilegios de posición política, económica y social.

Por supuesto, la reacción de Trump tras su convicción es opuesta a la de Joe Biden, tras la de su hijo. Trump se dedicó a atacar al juez de corrupto y hacerse la víctima; mientras Joe Biden, ejemplarmente, declaró que no perdonara a su hijo —teniendo el poder de hacerlo—, y aceptó su convicción como un hombre honesto que cree en el proceso judicial del país.

El próximo once de julio Trump será sentenciado y el juez debería imponer una sentencia ejemplar. A un presidente de Estados Unidos, el pueblo le brinda la más alta confianza para definir su bienestar y el futuro del mundo entero. Traicionar ese espíritu patriótico, constitucional y democrático como Trump lo hizo, debe ser castigado con la más absoluta e inalienable severidad que el poder de la justicia brinda.

Sin embargo, el cultismo trumpista en su inconsciencia política, no cree que Trump merezca un castigo severo, ni siquiera alguno. La mayoría se definen como cristianos con profundas raíces evangélicas e intachable moralidad como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, más, al ignorar la inmoralidad sexual de Trump al serle infiel a su esposa Melania con una prostituta como Stormy Daniels, deja al descubierto la falaz hipocresía de este grupo, que incluye al 99% de congresistas y senadores del GOP, que ha aceptado tal infamia moral como conducta normal en un candidato presidencial conservador, al que han recibido con aplausos en el Capitolio esta semana, al visitar el máximo símbolo de la democracia en el mundo por primera vez, después de su convicción criminal y después de ordenar el ataque más infame en la historia del país a ese lugar con la intención de robar la elección de 2020.

Las altas ofensas y traiciones de Trump contra la democracia y la constitución del país deben ser cobradas, no premiadas. ¡Trump debe ser encarcelado!

Existen dos razones por las cuales Trump busca ser presidente nuevamente, la más importante es obtener impunidad criminal y evitar ir a la cárcel por el intento de robo de las elecciones de 2020, por el ataque al Capitolio con intento de asesinar a Mike Pence, por la retención ilegal de documentos secretos y obstrucción de la justicia; la segunda es la más brillante malversidad, clásica de Trump, evitar gastar dinero de sus bolsillos y cometer fraude, usando las donaciones de sus seguidores para pagar los millones de dólares por servicios legales que se le acumulan, al defenderse por toda la criminalidad hecha como presidente. Después de su convicción en Nueva York, sus infames llantos de ser una víctima perseguida por el gobierno, hicieron efecto en sus seguidores, recaudando más de 55 millones de dólares en cuarenta y ocho horas.  Esto es algo irrazonable.

¿Cómo es posible que cuerdamente millones de personas, consideren regresar a la Casa Blanca a un político caído en desgracia como Trump? Ahora oficialmente un criminal convicto, quien en sus discursos promete buscar revancha política contra quienes se han atrevido a seguir fielmente las leyes del país, demostrando que nadie, incluyéndole a él, y al hijo del propio presidente del país, Joe Biden, están por encima de la ley; alguien, quien también promete perdonar a los traidores de la democracia que asaltaron el Capitolio por su gran mentira electoral e intentaron asesinar a su vicepresidente; alguien quien ha prometido usar el Departamento de Justicia con un títere para que los graves casos judiciales en su contra no continúen.

El sentimiento nacional debe continuar siendo: ¡Justicia para todos! Eso ha hecho a esta nación el símbolo de la democracia en la historia humana. La libertad democrática y fibra patriótica que ha definido a esta nación por doscientos cuarenta y siete años debe ser defendida con firmeza, identificando a Trump como lo que verdaderamente es: un traidor de la democracia, y derrotándole decisivamente en noviembre, tal y como, se hizo en 2020.

*Walter Monge-Cruz reside en la región metropolitana de Washington.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos Relacionados