La muerte toma la palabra

Por Milagros Lizárraga

Entre tanto que el embajador del Perú en EE UU, Gustavo Meza Cuadra, da en Washington DC un apretón cruzado de manos (con la izquierda y la derecha) a los nuevos co-presidentes del Caucus Congresional del Perú en EE UU; el congresista Demócrata por California, Robert García co-presidente del Caucus, señala que trabajará en pos de estrechar los lazos bilaterales entre Perú y EE UU, en pos del fortalecimiento de una democracia con justicia social que llegue a los sectores indígenas, LGTB y que favorezca los derechos de reproducción; el congresista Republicano por Florida, Carlos Giménez co-presidente del Caucus, resalta la frase de Donald Trump “Make America Great”, que EE UU necesita mirar más hacia el continente Americano y dar un mejor trato a sus aliados que a sus enemigos, prometiendo también trabajar para estrechar los lazos bilaterales entre Perú y EEUU. 

Entre tanto que Norberto Curitomai, co-presidente de Peruvian American Political Organization – PAPO USA, que formó el Caucus Perú hace una década, dice que las manifestaciones en el Perú fueron violentas; un grupo de peruanos en NY reclama a  la presidenta Dina Boluarte en las afueras del local de la ONU (donde ella se encuentra formando parte de la Asamblea General), por las muertes en Ayacucho y Puno. 

Entre tanto que la presidenta del Perú, ante los otros presidentes del mundo, se identifica a sí misma como mujer del Ande (hablando partes de su discurso en quechua) y señalando que «su gobierno está comprometido a garantizar el acceso a la atención integral a la salud gratuita universal a todas y todos sin excepción”; la congresista Tudela apoyada por el congresista Cavero, pretenden derribar la actual Ley de Cine Nacional, señalando una «discriminación  positiva” al favorecer proyectos en lenguas indígenas como el quechua, y tildando de malas a todas las películas de la historia del cine peruano. 

En medio de este rosario de “entre tantos” la muerte toma inexorablemente la palabra y da muestra tajante del olvido que sufre el pueblo peruano. El vicepresidente del congreso del Perú, Hernando (Nano) Guerra García, de la bancada de Fuerza Popular e impulsor del emprendedurismo, fallece por falta de atención médica en el distrito de Punta de Bombón – Arequipa; así como hace un par de años falleciese el director de cine peruano Óscar Catacora, autor de  la galardonada película peruana “Wiñaypacha”  (en idioma Aymara y que fue parte de la programación internacional de Netflix), en el distrito de Conduriri – Puno. 

En el caso de Guerra fue una descompensación, en el caso de Catacora una apendicitis; en ambos casos no había hospital que pudiese darles atención a tiempo en la zona del Perú donde se encontraban.

Pareciera que los peruanos ni a cocachos hubiésemos aprendido las lecciones del COVID-19.  No ha habido un acercamiento, una reconciliación de clases; todo lo contrario, la división pareciera haberse materializado en murallas mentales regresando a la Lima virreinal; mientras el derecho a la salud (derecho básico de los seres humanos) se diluye fuera de la neblina capitalina.

Ambas muertes, las de Nano Guerra y Oscar Catacora, son muy lamentables. Ambos eran personas que estaban llenas de proyectos para continuar trabajando dentro de su rubro como peruanos; ambas muertes le dan rostro y nombre a tantas otras que pasan desapercibidas por tratarse de personas humildes, cuyas vidas parecieran no tener el mismo valor… hasta que la piedra de toque llamada muerte los equipara en su condición de seres mortales dependientes de su entorno.

La salud pública

Entrevistamos al dr. Ralph Kuon, peruano que radica en California desde hace varias décadas, ex-presidente de la ONG Peruvian American Medical Society (PAMS) que ha llevado exitosamente un sinnúmero de misiones médicas de EE UU al Perú.

El dr. Kuon nos dice con respecto a la salud pública del Perú:

“Hay una deficiencia de 23,000 médicos quiere decir que tendría que haber 2,300 médicos nuevos por año, por 10 años…

Les pagan a los médicos una miseria de plata por ir a esos sitios desolados. Yo ya estuve de servicio, es como una casita de un piso con tres dormitorios, un dormitorio para ti, otro para los pacientes, y otro la sala de consultas. Así son esas postas sanitarias, son super deficientes, por eso es que nadie quiere ir a trabajar allí… y están a 3000 metros de altura, sin aire acondicionado, sin calentador, con un baño afuera, sin agua potable…  ¿Qué doctor quiere ir a trabajar así? 

La solución es a largo plazo tienen que mejorar las postas sanitarias, tienen que incrementar los sueldos, y tienen que comenzar a reclutar enfermeras con experiencia “nurse practioners”, para que vayan a trabajar allí. Pueden trabajar en un sitio que sea razonable para ellos o para ellas, por ser el lugar donde han nacido; porque no hay suficientes médicos”.

En Lima hay muchos médicos venezolanos. ¿Crees que si se les ofrece algo interesante podrían emigrar más doctores venezolanos a cubrir esas zonas remotas?

“Esa es otra posible solución.  ¿Por qué hacía yo misiones médicas de salud en el Perú? Porque iba a sitios y no había nada. ¡Nada de servicios de salud! 

He estado en 15 departamentos de los 24 del Perú y en todos ellos he encontrado la misma situación. Yo me dediqué a trabajar en Apurímac y en Ayacucho, conseguí mejorar la situación en esos dos departamentos.

PAMS (Peruvian American Medical Society) tuvo que parar por dos años por la pandemia, y no hemos podido seguir haciendo cosas; pero la situación de salud en el Perú es deplorable por décadas. ¡Es terrible!

El SIS (Seguro Integral de Salud)  funciona para los que viven en las ciudades pero no para los que viven en los pueblitos, en las provincias, donde no hay servicios del SIS. La situación del Perú en salud es súper deficitaria.

Para empezar, el gobierno debería asignar un presupuesto de salud mucho mayor que el que designa ahora, podría contratar más médicos si es que pagara mejores salarios. Muchos médicos que trabajan en Lima ganan un sueldo que con la justas les alcanza para comer, si les pagaran para ir a trabajar a los sitios de provincia, con buenas condiciones, seguro que irían.

¡Qué difícil es!

Yo dediqué 25 años de mi vida a ir al Perú a hacer misiones médicas, peleando con los directivos, peleando con los alcaldes, peleando con el Ministerio de Salud, peleando con todo el mundo.  Teníamos que contratar abogados a nivel internacional para que el Ministerio de Salud nos diera permiso para hacer las misiones, teníamos que pelear con los directivos de los hospitales que se negaban a aceptar a menos que les diéramos coimas para ir a trabajar allí… ¡Es un laberinto enorme! Lo más dramático es la extrema deficiencia de salud en todo el Perú.

Todas las donaciones que nosotros llevamos, conseguimos que fueran protegidas y que llegaran a su destino. Nosotros vigilamos que se cuidaran las cosas, pero si no tienes esa estricta vigilancia se pierden las donaciones y se van por debajo de los bolsillos de otra gente.”

¿La bonanza económica del país no llegó aunque sea en algo al sector salud?

“Un poquito, mejoró un 10%, pero debió haber mejorado 150%. Construyeron un par de hospitales, uno en Cerro de Pasco, otro en Jauja, pero los salarios y las condiciones de vida eran tan malos, que los doctores no iban; estaban medio vacíos.

Roque Benavides y la mina Buenaventura

“Yo iba a trabajar por Ayacucho en las misiones médicas de PAMS y Roque Benavides tenía conexiones con esa área porque por ahí salen los productos de su mina Buenaventura. Empezaron a mandar empleados de la mina para que fueran atendidos en nuestras misiones médicas, y los reportes que Roque Benavides recibió de los empleados decían que nuestros servicios eran excelentes. Entonces Benavides se acercó a mí y me dijo: ¿Qué te parece si vas a hacer misiones a Huancavelica y nosotros te apoyamos en todo lo que sea necesario?  Aceptamos, y como ellos tienen mucha fuerza política y económica todo fue bien. Cuando yo les decía que querían hacer coima para sacar las cosas de la aduana, él decía “No te preocupes”, mandaba a sus abogados y todo salía bien, nadie pedía coimas. Cuando había que transportar las donaciones desde Lima hasta Huancavelica, él ponía los camiones de su compañía y todo llegaba en perfectas condiciones, y si había cosas que yo no podía comprar acá en Estados Unidos para llevar al Perú, él decía:  ¿Qué necesitas? Y él las compraba y las daba para las misiones. Esa relación con entidades privadas poderosas funciona bien.

Roque Benavides me conectó con la mina de Cuajone y Toquepala, y también hice misiones en Moquegua y Tacna con la misma facilidad que con Buenaventura en Ayacucho y en Huancavelica. Pero eso no es fácil de encontrar en el Perú; esa fue una iniciativa de Benavides, fue iniciativa privada. Con Buenaventura he trabajado como 15 años, yo introduje a varios para que trabajaran en similar con otras compañías que Buenaventura les presentó. Había una misión en Cajamarca y otra en Moyobamba, sitios donde había minas; pero fueron solamente tres o cuatro misiones y no sé si continuaron. Eran misiones creadas por doctores que habían nacido en esos lugares. Un doctor que nació en Cajamarca hacía misiones en Cajamarca, otro que nació en Tarapoto hacía misiones por allá. Generalmente vas donde tu padre, tu madre te criaron, donde tienes familia y ahí te ayudan.”

Eres tacneño

“Hice sólo dos misiones en Tacna. Tacna tenía muy buenos servicios médicos porque es un punto internacional y todos los chilenos del norte de Perú se atienden en Tacna, no en Chile. Desde Valparaíso para el norte. Si tú examinas la distribución de médicos en Perú, vas a ver que Tacna tiene una cantidad de médicos por cabeza mayor que en Arequipa y que en Lima porque ese es un servicio internacional que paga muy bien. Los chilenos pagan muy bien por ir allá y ser atendidos por los peruanos.

Ruego a Dios que despierten e inviertan en el Perú algo más en salud. El problema es bien complejo y yo no sé cómo resolverlo.” Termina diciendo el dr. Kuon

El retorno

Después de haberse especializado en EE UU como cirujano del corazón para adultos y niños en las universidades de USC y Harvard, el dr. Ralph Kuon regresó al Perú abriendo un área de cirugía del corazón en el hospital de la Marina de Guerra del Perú; mas después de un tiempo el dr. Kuon tuvo que regresar nuevamente a EE UU debido a Sendero Luminoso: “Ya no tenemos plata para comprar balas y hacer cirugía al corazón que es muy cara. Tenemos que cerrar su programa, lo siento mucho. En esta época de guerra es una traición salirse de la Marina pero entendemos que usted ha trabajado tanto para ser cirujano del corazón y si interrumpe su práctica ya no va a poder continuar haciéndola, por lo que le damos permiso para que se vaya de baja, se vaya del Perú, y regrese a los Estados Unidos”, le dijo el almirante al dr. Kuon; quien, con lágrimas en los ojos, hizo de EE UU su segunda patria desde ese entonces.

Habiendo llegado su noble humanidad a las 8 décadas, el dr. Kuon alista nuevamente maletas para hacer del Perú, junto a su esposa, su última morada.

 

Video de la presentación de los 2 nuevos co-presidentes del Congressional Caucus on Perú en Washington DC.

*Fotos de la página de facebook de PAMS California, de la embajada de Perú en EE UU (X-Twitter) y otras.

 

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos Relacionados