Por Fernando Duarte
Una vez más Brasil tendrá que vérselas sin su máxima estrella, Neymar Jr. Y otra vez, los hinchas y los periodistas se están comiendo las uñas por su ausencia.
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Después de confirmarse su suspensión por cuatro partidos –quedó fuera de la Copa América- por los incidentes después del partido frente a Colombia que Brasil perdió 1-0 este miércoles, el delantero del FC Barcelona no estará en el partido clave de este domingo frente a Venezuela.
Partido que Brasil debe ganar sino quiere arriesgarse a quedar eliminado en la serie de grupos del torneo continental, algo que no ocurre desde 1987.
Y las predicciones no son buenas. Los dos últimos partidos que Brasil disputó en una competencia oficial sin su jugador talismán fueron en el Mundial de 2014.
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Uno de esos partidos fue la infame semifinal frente a Alemania que terminó 7-1. El otro fue la derrota frente a Holanda en el partido por el tercer lugar que terminó 3-0.
Supersticiones
Sin embargo, la influencia de Neymar Jr., es mucho más que meras supersticiones – algo que él ha mostrado innumerable veces marcando goles decisivos y siendo el único punto creativo del equipo. Actualmente es el quinto goleador histórico de la selección con 44 goles en 64 partidos.
De hecho en esta Copa América, lo hizo de nuevo, al ser el hombre fundamental para la victoria en el primer partido frente a Perú: marcó un gol y asistió a Douglas Costa para marcar la anotación del triunfo.
Pero más allá de estos hechos, lo cierto es que es tiempo de que Brasil comience a funcionar sin su máxima estrella para su propio bienestar.
A pesar del prestigio de la Copa América –con la desaparición del British Home Championship en 1984, se convirtió en el torneo de selecciones más antiguo del planeta- los sudamericanos están más preocupados por las eliminatorias al Mundial de Rusia 2018, que inician en el mes de octubre.
Con un sistema parecido a una liga y con casi dos años de duración, se necesitará más de un equipo balanceado que de héroes. Las eliminatorias sudamericanas han sido extremas hasta para jugadores de la talla del argentino Lionel Messi.
Durante la jornada clasificatoria para el Mundial de Sudáfrica 2010, Argentina evitó el repechaje solamente por un punto.
La Neymardependencia
Pero más importante aún: Brasil nunca ha dependido tanto de un jugador, incluido el gran Pelé. En 1962, por ejemplo, Brasil ganó el Mundial a pesar de que Pelé se lesionó en el segundo partido.
Podríamos mencionar el rol fundamental de Ronaldo en la campaña de Francia 98 –incluida su inexplicable conmoción nerviosa minutos antes de la final ante Francia- pero sería injusto no nombrar el enorme aporte de Rivaldo en la victoria sobre Dinamarca en los cuartos de final.
Romario estuvo increíble en Estados Unidos 1994, pero lo cierto es que no hubiera conseguido destacarse tanto si no fuera por esa inmensa muralla que construyeron Mauro Silva y Dunga en el medio campo, respaldados por Aldair y Marcio Santos en la defensa: solo pudieron marcarle tres goles al portero Taffarel durante todo el torneo.
Y no olvidemos que la final ante Italia se ganó en los penaltis, después de 120 minutos de juego sin goles.
Hay una idea en común alrededor de los hinchas y los periodistas de que Neymar Jr. es una liga propia dentro el fútbol brasileño: mientras que él es de hecho la mejor apuesta que tiene el país para quedarse con el Balon D’Or por primera vez desde que Ricardo Kaká lo ganó en 2007, está a su vez rodeado de jugadores que no están a su nivel.
Así como es de tentador armar un equipo alrededor de Neymar, hacerlo podría ser una maldición a largo plazo.
Y resultaría mucho más saludable que la evitara más temprano que tarde, inclusive si eso significa perderse el resto de la fiesta en Chile este mes.
