Un llamado a la paz y la unidad de El Salvador

Joseph Eldridge (der.) recibe el reconocimiento por parte de el embajador Francisco Altschul. Foto: Ramón Jiménez.
Joseph Eldridge (der.) recibe el reconocimiento por parte de el embajador Francisco Altschul. Foto: Ramón Jiménez.

El mensaje que prevaleció durante la celebración del 194 aniversario de la Independencia de El Salvador este 15 de septiembre —en la Embajada de ese país en Washington— giró en torno a la paz, la unidad y el fin de la violencia que todos los salvadoreños desean.
Tanto el embajador Francisco Altschul como otras personalidades invitadas —incluyendo a un grupo de jóvenes estudiantes y otras personas que participaron en una vigilia por la paz esa misma tarde al frente de la Embajada, que dirigen los activistas Luis Cardona y Juan Pacheco— hicieron votos por la pronta solución de los serios problemas socio-políticos y económicos, en especial la violencia que agobia a ese país centroamericano de unos 7 millones de habitantes.
“Con el esfuerzo de todos juntos vamos a salir adelante y a encontrarle la solución a los problemas; ya estamos avanzando en ese camino”, destacó Altschul.
Explicó el diplomático que un caso concreto de ese avance fue la reciente firma de un pacto entre representantes de los diferentes partidos políticos en el tema de la seguridad y sostuvo que van a seguir trabajando en esa dirección.
“Es un problema muy serio, pero si no trabajamos todos juntos no vamos a salir de esto. Tenemos que estar todos en una sola voluntad”, apuntó.
A la celebración de esa fiesta cívica se unieron nacionales de Cuba, Venezuela, Bolivia, Puerto Rico, Panamá, Estados Unidos, Bélgica, Francia y otros países.
«Me uno a la celebración de Independencia de los salvadoreños y de los otros países centroamericanos», dijo la puertorriqueña Sonia Gutiérrez, una reconocida educadora y fundadora del prestigioso centro educativo Carlos Rosario Ineternacional, donde se han graduado miles de estudiantes  inmigrantes de todos los países.
Durante el desarrollo de la celebración fueron reconocidos diferentes personalidades, que de alguna han colaborados con los salvadoreños.
Es el caso del analista en derechos humanos a nivel internacional Joseph Eldridge, del Kay Spiritual Center de American University en la capital estadounidense, quien por muchos años ha estado conectado con los quehaceres de los salvadoreños que residen en el Distrito de Columbia, Maryland y Virginia.
“Independencia no es un hecho histórico; hay que luchar por la independencia todos los días”, dijo Eldridge tras recibir una placa de reconocimiento.
También fue reconocida la empresaria Dora Escobar, dueña de la cadena de restaurantes y centros de envíos La Chiquita en Maryland, por su dinamismo, entrega al trabajo y gran éxito demostrado, después que inició con un pequeño negocio ambulante en las canchas deportivas del área y otras concentraciones de latinos. Su trayectoria como empresaria ejemplar se encuentra archivada en el prestigioso Instituto Smithsonian de esta capital.
Además fueron reconocidos los deportistas Frank Velásquez y Eliodoro Portillo al poner en alto a nivel mundial el nombre de El Salvador con la selección de Fútbol de Playa.
El mensaje de los pacifistas
«Soy de El Salvador y les quiero hablar un poco sobre la paz que quiero que allá. El Salvador es un lugar muy lindo, con muchas personas amables y trabajadoras y tiene muchos lugares lindos turisticos para muchas personas que lo quieran visitar, pero necesitamos paz en nuestro país, nesecitamos paz para que nuestro país se levante con orgullo como toda una nación unida», fue el mensaje de Heidy, quien no pudo estar en la Vigilia por la Paz, pero su mensaje lo leyó su mentora Tania Alfaro.
La empresaria Dora Escobar muestra su galardón. Foto: Ramón Jiménez.
La empresaria Dora Escobar muestra su galardón. Foto: Ramón Jiménez.

Frank Velásquez y Eliodoro Portillo tras ser reconocidos. Foto: Ramón Jiménez.
Frank Velásquez y Eliodoro Portillo tras ser reconocidos. Foto: Ramón Jiménez.

La candidatas a reina del Carnaval de San Miguel en Washington. Foto: Ramón Jiménez.
La candidatas a reina del Carnaval de San Miguel en Washington. Foto: Ramón Jiménez.

Jóvenes preocupados por la violencia en su país despuees de participar en una Vigilia por la Paz. Foto: Ramón Jiménez.
Jóvenes preocupados por la violencia en su país después de participar en una Vigilia por la Paz entraron a celebrar en la Embajada. Foto: Ramón Jiménez.

Los puertorriqueños Sonia Gutiérrez, Roland Roebuck y Carmen Ramírez. Foto: Ramón Jiménez.
Los puertorriqueños Sonia Gutiérrez, Roland Roebuck y Carmen Ramírez. Foto: Ramón Jiménez.

———————————————————————————
La paz siempre es possible
 
El canciller Hugo Martínez. Foto: Ramón Jiménez.
El canciller Hugo Martínez. Foto: Ramón Jiménez.

Por Hugo Martínez*
 
Del 6 al 8 de septiembre pasado se realizó en Tirana, Albania, el XXVIII Encuentro Internacional por la Paz, un diálogo interreligioso que se realiza año con año, a partir de la primera convocatoria que hiciera San Juan Pablo II, en 1986.
Este encuentro reúne a hombres y mujeres representantes de diversas iglesias y comunidades religiosas para intercambiar opiniones sobre distintas problemáticas que aquejan a la humanidad  y  abogar por la no violencia.
Antes como hoy, en un mundo convulso, con mucha violencia y guerras,  como profetas en el desierto, estos religiosos y representantes de distintas comunidades se reúnen para hacer un llamado a los líderes políticos a que se comprometan a trabajar por construir la  paz para la humanidad.
Su Santidad, el Papa Francisco, en su mensaje al encuentro de Tirana, ha señalado que precisamente porque se basa en Dios, la paz es siempre posible… y que es necesario reafirmar esas verdades hoy, cuando en algunas partes del mundo parecen prevalecer la violencia, las persecuciones y los abusos contra la libertad religiosa, junto a la resignación ante los conflictos que asuelan al mundo. Y nos señala que nunca debemos resignarnos a la guerra y que no debemos ser indiferentes a quien sufre por la guerra  y por la violencia.
Al participar en ese encuentro, rodeado de cristianos, judíos, coptos, ortodoxos, budistas, musulmanes, suníes, chiítas y representantes de otras religiones, me preguntaba cómo podemos llegar a la barbarie de la guerra sin agotar los esfuerzos de diálogo, de convivencia, de fe, de amor.
Efectivamente, no podemos cerrar los ojos ante los hechos que nos afectan tanto a nosotros como a nuestros semejantes.Por eso, coincido con el profesor Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad San Egidio, en que es necesario crear un nuevo y gran movimiento por la paz; que mueva, que comprometa a las mentes y los corazones, especialmente a los tomadores de decisiones, que la paz siempre es posible y que es nuestra mejor opción.
Al experimentar la armonía, la calma y el orden en Tirana, es difícil imaginar que es la capital de un país que fue desangrado por los coletazos de la guerra de los Balcanes hace menos de un cuarto de siglo y que fue asediada y golpeada por muchas guerras en el pasado reciente.
Durante mi encuentro con el canciller de Albania, Ditmir Bushati, para fortalecer las relaciones político-diplomáticas y desarrollar lazos económicos, comerciales y de cooperación, me comentaba cómo la paz ha sido posible en Albania después de tanto sufrimiento  y coincidimos también en algunas similitudes que tienen nuestros países.
Ambas naciones venimos de enfrentar conflictos armados, ambos somos países en transición y desarrollo de un sistema democrático, tenemos una extensión territorial similar, con una importante comunidad migrante; pero lo más importante aún es que ambos somos la cuna de dos beatos que han aportado su ejemplo, su amor y su fe a la humanidad, me refiero a Monseñor Romero y la Madre Teresa.
Abrigo la esperanza de que el espíritu del encuentro de Albania contagie al mundo y podamos ir poniendo fin a tanta guerra, a tanta violencia que solamente traen desgracia para la humanidad.
Ojalá ese espíritu de convivencia pacífica y religiosa de Albania pudiera contagiarnos también en El Salvador y nos diera además de la convivencia religiosa, la convivencia social que tanto necesitamos para sacar adelante a nuestro querido país, confiando en que la paz siempre es posible y es nuestra mejor opción.
*Ministro de Relaciones Exteriores de El Salvador
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos Relacionados