Los haitianos condenan las deportaciones masivas y el trato inhumano por parte de EE.UU.

Foto: cortesía Democracy Now!

En la ciudad texana de Del Río, las autoridades desalojaron un campamento instalado de forma improvisada que había servido de paso o de alojamiento para hasta 30.000 solicitantes de asilo haitianos, al tiempo que el Gobierno de Biden continúa acelerando la expulsión masiva de migrantes sin el debido proceso.

Al menos cinco vuelos partieron el domingo con destino a Haití para deportar a ciudadanos de ese país, y tan solo la semana pasada miles de solicitantes de asilo fueron expulsados de Estados Unidos. La Organización Internacional para las Migraciones anunció que entre los deportados a Haití había decenas de menores de edad que tenían pasaportes de otros países.

El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, dijo que se permitió que unas 12.000 personas permanecieran en el país para intentar conseguir el asilo. Asimismo, se calcula que 8.000 haitianos se vieron obligados a cruzar la frontera para regresar a México después de enfrentarse a la violencia y a la falta de comida, agua y refugio en Estados Unidos. En la capital de Haití, la ciudad de Puerto Príncipe, manifestantes condenaron el trato inhumano que recibieron los solicitantes de asilo en Estados Unidos.

Saint-Fleur Edouard: “No vinimos a pedirle favores a Estados Unidos. Vinimos para exigir que respeten que nosotros, como haitianos, como migrantes haitianos, tenemos derechos. Exigimos que las leyes estadounidenses sobre inmigración se apliquen a los haitianos tal como se aplican a las personas de otros países”.

Mientras tanto, el primer ministro haitiano, Ariel Henry, dijo a los líderes mundiales en la Asamblea General de Naciones Unidas que las migraciones no se detendrán mientras continúen existiendo grandes desigualdades a nivel mundial.

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