Magda Torres Gurza

 Teresa Gurza.
Como tengo una gripa espantosa me da vueltas la cabeza embotada por la fiebre, sólo de pensar en la subordinación de México a Estados Unidos en seguridad, migración y economía; en las casas y los departamentos en Miami y Barcelona de líderes y gobernadores corruptos y su contraste con las viviendas de 45 metros, que entrega el gobierno; y en las insolencias y los abusos de juniors y ladys.
Así que dedicaré este espacio a un  tema más amable; a mi sobrina Malenita, a ella le gusta que le digan Magda, una preciosa muchacha, madre de dos niños; y tan magnífica pintora que sus cuadros viajan ya a exposiciones en otros países; y salen en Wikipedia como ilustración para el hiperrealismo, que es su tendencia.
Y además como esta semana es su cumpleaños, leer esta nota será su cuelga.
Es curioso que la dulzura de Malenita no se vea reflejada en sus obras, que tienen mucha fuerza; pero ella la tiene en el corazón porque ha salido adelante sin más ayuda que ella misma y ha hecho de la necesidad virtud, porque empezó a pintar desde los 8 o 9 años viendo a su mamá y con el tiempo, eso se ha convertido en su trabajo y forma de vida.
Y es ahora protagonista de algo que me parece precioso.
Resulta que su madre, que era mi hermana y también pintora, iba semanalmente al Hospital del Niño Morelense, a enseñarles a pintar a los niños con cáncer para hacerles menos duras las horas de la quimioterapia.
Cuando ella murió hace dos años, Malenita ideó una nueva forma de seguir ayudando a estas criaturas, con un proyecto al que  llama Artistas al Cubo; y consiste en que los artistas participantes, pinten un cubo cerámico con su propio estilo.
Ya pintados, todos los cubos serán subastados para conseguir recursos para los tratamientos de los niños con enfermedades terminales que atiende ese Hospital.
Hasta el momento tiene ya más de 430 pintores inscritos, algunos tan famosos como Martha Chapa, Octavio Ocampo, Joy Laville, Juan Sebastián, Conrado Domínguez, Arturo Vázquez Navarrete.
Y también participan artistas de otros países.
Malenita, estudió Artes Plásticas en Bellas Artes; y fotografía en la escuela activa de fotografía en Cuernavaca.
La fotografía, le ha servido mucho como pintora; porque le enseñó a agudizar la mirada ante los detalles de los objetos reales; y la capacitó para advertir con más cuidado, el trazo de las diferentes pinceladas en las técnicas pictóricas.
En el impresionismo, dice, la pincelada la das como quieras o sientas; en la noche estrellada de Van Gogh, por ejemplo, puede observarse que trabajó el cielo con pinceladas circulares y cortas; en cambio, para que una obra se vea hiperrealista debes seguir con el trazo su micro estructura; si es madera, seguir la beta de la madera con pinceladas más o menos largas y finas; y si es arena, el trazo debe ser de punteo, porque está hecha de pequeños y redondos granos.
Como parte de su firma, Malenita agrega siempre a sus cuadros un destello de luz; que constituye su recordatorio personal de que en la vida ocurren milagros maravillosos.
Como el que le sucedió a ella, cuando estuvo a punto de perder un ojo y tras un largo tratamiento, lo salvó.
Dice que nunca pinta nada que genere incomodidad, molestia o dolor, cosas sangrientas o negativas; “pinto tratando de dar un mensaje de esperanza, de bienestar, de luz, porque finalmente alguien va a colgar mi cuadro en su casa y lo va a ver constantemente y de alguna manera, aunque sea mínima, eso va a afectar su entorno, su manera de pensar”.
Agrega que las investigaciones han demostrado claramente que las imágenes y los colores, influyen en las personas; y que ser pintor no es solo una actividad, sino una especie de meditación, un estilo de vida porque al pintar, el autor entra en diálogo con la obra “un diálogo de ida y vuelta”.
“Si pintas cosas horribles, después te quedas negativo y bajo de energía, si pintas cosas que signifiquen algo bello para ti, te sientes satisfecho, completo y lleno de vida”.
Si a usted le interesa conocerla y ver sus cuadros, busque hiperrealismo en Wikipedia donde sale el óleo Luz tras el cristal, que acaba de terminar.
O entre a su página de Facebook, Arte Magda Torres.

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