La Lucha por la Dignidad.

Texto por María Fernanda Cabello
Foto: MovimientoCosecha.com.
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En noviembre 20 del 2014 tuve que hacer una de las llamadas telefónicas más difíciles de mi vida. La llamada era para mi mama Berzabeth, que se encontraba en Houston, Texas mientras yo estaba fuera de la ciudad, para compartir las noticias que me acababa de enterar. Estaba luchando para confrontar al presidente Obama para que expandiera su protección de deportaciones a más familias indocumentadas en este país, con las esperanzas de que mi mamá pudiera salir a manejar sin tener miedo de ser detenida por la policía por ser indocumentada y no tener licencia. Con la esperanza de poder unificarnos con la familia que dejamos en México.

Pero mi mama no fue una de las mas de 6 millones de personas que iban a calificar para DAPA o la extensión de DACA. En mi familia somos solo mi hermano y yo, los dos indocumentados. Asi que sin ningun hijo que fuera residente o ciudadano, en noviembre 20 le tuve que decir a mi mama por telefono “No vas a calificar, lo siento.” Y me puse a llorar. Me puse a llorar por que una vez más, unos políticos en Washington que nunca han tenido que sentir el miedo de ser separados de su familia decidieron que mi mama y millones de personas como ella no se merecían un alivio de deportación. Pero mi mama no lloró, aunque eran sus sueños y esperanzas que se habían puesto en alto otra vez. En vez, me pidió que dejara de llorar. Pero no pude y le respondí que me dejara llorar, por que lo que le estaba pasando no era justo.

Nos quedamos unos segundos en silencio, y siempre recordaré las siguientes palabras que me dijo “Ok llora, por que se que lloraste cuando murió el Dream Act y pasaron DACA en el 2012. Y estas llorando hoy pero se que pasaran algo otra vez.” Si mi mama que ha esperado no vivir bajo el miedo de deportación por 13 años podía seguir teniendo esperanza, no tenía ninguna excusa para no tenerla yo. Asi que como muchos otros líderes, decidí a continuar la lucha. Y hoy sabemos que aunque mi mamá hubiera calificado para este programa, las cortes siguen bloqueando la orden ejecutiva por ya casi dos años.

Pero qué significa continuar con la lucha?

Estos últimos días he escuchado los discursos de los demócratas en su convención en Philadelphia. Mas de una vez nos han dirigido la palabra a la comunidad inmigrante en español (o algo parecido) con palabras como “Si se puede,” y “Somos Americanos todos.” Estas palabra las confeso el nominado a vicepresidente, Tim Kaine. Otras palabras en español que no has dirigido fuera de la convención fue cuando prometió que él y Hillary nos darían una reforma en los primeros 100 días de su presidencia. Para ellos, y todos los políticos latinos que los están apoyando, la lucha por la comunidad inmigrante significa votar por ellos y poner nuestra confianza una vez más en el partido Demócrata.

Y a veces es fácil pensar que tienen la razón, especialmente cuando vimos a Donald Trump y el resto del partido Republicano en su convención la semana pasada en Ohio. Como podemos llegar cerca de una reforma migratoria con una Presidencia Trump? Si tal vez no vamos a poder ni quedarnos con DACA? Que nos queda? Poner toda nuestra fe en otro candidato presidencial que nos está prometiendo algo en sus primeros 100 días de su administración, aunque su sucesor Obama nos hizo la misma promesa dos veces y no cumplio?

No.

La lucha que continua para la protección de la comunidad inmigrante no va a ser decidida por otra eleccion. Como mujer indocumentada yo no estoy ni con ella ni para ella. Demasiadas veces hemos puesto nuestra esperanza en los democratas, y lo único que nos han dado son oportunidades para hablar en sus campañas políticas que les ayudan a ser elegidos (o reelegidos). Pero la lucha tampoco es solamente contra Trump. Trump no es algo nuevo que nuestro país no haya visto antes. Trump está dando a luz a el racismo y la humillación que vivimos todos los días cuando vamos a trabajar y por no tener papeles recibimos menos pago y menos seguridad en el trabajo. El dolor que sentimos cuando no podemos llenar la línea en una aplicación de trabajo que nos pide 9 números.

La lucha que sigue es en contra del racismo. La lucha que sigue es por nuestra dignidad. Y esta lucha tienes dos pasos. Primero, tenemos que derrotar a Trump. Y la única manera de hacerlo va a ser votando por Hillary. No estoy diciendo que el votar por Hillary significa que nos olvidemos de todo el daño que el partido demócrata nos hizo con Obama al ejecutar el mayor número de deportaciones que se hayan visto en la historia de este país. Vota por Hilary, dile a tus miembros de familia que voten por ella, no por que la queremos sino porque existe una lucha más grande. No podemos dejar que Trump sea el comandante de las tropas de inmigración y el dueño de los centros de detención.

Pero después le vamos a quitar esas mismas tropas a Hillary. Ese es el segundo paso. No podemos a volver a esperar 100 días, 4 años, 8 años para que Hillary y Kaine mantengan su promesa. Vamos a confrontar a Hillary desde el día número uno para conseguir protección permanente para la comunidad indocumentada. Pero vamos a luchar diferente, no vamos a ir a Washington DC a rogarles a los congresistas a que nos apoyen. No vamos a escribirles cartas o llamarlos por teléfono. Vamos a luchar con el poder que ellos más le tienen miedo: nuestro consumo y trabajo. Nos vamos a organizar para que el 2017 sea el año sin inmigrantes. En el Movimiento Cosecha, donde estoy organizando, ya nos estamos preparando para crear un boicot después que Hilary tome su juramento. Y este boicot nos va a dirigir a una huelga general de 7 días.

Primero vamos a derrotar a Trump. Despues confrontaremos a Hillary. Y al final al resto del pais, por que para ganar la lucha por la dignidad tenemos que demostrar que este país no puede funcionar sin nosotros: los inmigrantes.

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