Miedo y errores

Esta vez ganó el partido de José Antonio Kast. Foto Yahoo

Por Teresa Gurza

Este pasado domingo 7 de mayo se enfrentaron nuevamente en Chile, la derecha y la izquierda.

Y contrario a lo ocurrido en noviembre de 2021, cuando el izquierdista Gabriel Boric ganó en segunda vuelta la presidencia del país al derechista José Antonio Kast, ahora triunfó la derecha.

Obtuvo 34 de los 51 consejeros, que deberán redactar una nueva constitución; 23 pertenecen al Partido Republicano lidereado por Kast y 11 al pacto Chile Seguro.

La izquierda oficialista obtuvo 16, un representante mapuche ganó el escaño reservado a los pueblos originarios y centro izquierda y centro derecha, no tuvieron un solo consejero.

Tras votar en su ciudad natal de Punta Arenas, al presidente Boric se le ocurrió ir a un parque de juegos infantiles y echarse en un tobogán de plástico, donde quedó atrapado y pataleando hasta poder salir.

Situación que puede compararse con lo que ha sido su gobierno, que por miles de problemas ha quedado atorado sin cumplir la expectativa generada.

Hace tres años que no voy a Chile por lo que escribo de oídas y leídas, pero como he dicho en otras ocasiones viví ahí muchos años felices con Matías, de los que conservo preciosos recuerdos y muy queridos familiares y amigos y me preocupa lo que allá suceda.

Medios de prácticamente todo el mundo, se han referido a la “sorpresa” de que ganara el partido más derechista de Chile; que, además, se ha opuesto a un nuevo proceso constituyente.

Pero me parece que en ésta la segunda elección con más sufragios de la historia, el resultado era previsible y que el miedo, ha definido las votaciones a partir de 2019.

Es útil recordar que los gobiernos de la Concertación, salvo el de Ricardo Lagos, se fueron derechizando y resultaron incapaces de proporcionar la salud, educación, vivienda y transporte de calidad, que la mayoría esperaba.

Que durante los 24 años de administraciones de centro izquierda y los 8 del derechista Sebastián Piñera, aumentó en Chile la desigualdad, aunque haya disminuido la pobreza y eso provocó los estallidos sociales de octubre de 2019.

Y que el entonces presidente Piñera, calmó el descontento convocando a una nueva constitución “para quitar la de Pinochet”.

 

Lo que era falso, porque la entonces vigente y lo seguirá siendo hasta que se apruebe otra, es la de 2005 que lleva la firma de Lagos; a la que bastaría con hacer algunas reformas, imposibles de lograr en su época por oposición de la derecha.

Pese a eso, se siguió hablando de “la constitución de Pinochet” y en el referéndum de octubre de 2020 millones de chilenos votaron por cambiarla y Piñera dejó el problemón al siguiente presidente; que resultó ser casi de chiripa, Gabriel Boric.

Su ascenso empezó, cuando por miedo a que ganara Daniel Jadue candidato del Partido Comunista, gente de derecha votó en las primarias izquierdistas de julio de 2021, por ese dirigente estudiantil que pocos meses antes batallaba para conseguir las 15 mil firmas necesarias para inscribir en ellas su candidatura.

Y aunque él mismo declaró que le faltaban “edad, conocimientos y experiencia”, seis meses después fue electo presidente de Chile en parte por el miedo de muchos, al derechismo de Kast; auto declarado admirador de Pinochet.

Ya en la presidencia, Boric inició el proceso para la prometida nueva constitución y en una votación, en la que solo participó el 42 por ciento del padrón, fueron electos 155 “convencionalistas”.

Y los partidos políticos tradicionales fueron semi borrados, en favor de “personalidades” casi desconocidas y sin la educación académica y experiencia legal y política, requeridas para esa tarea.

Por lo que elaboraron un larguísimo texto de más de 400 artículos llenos de disparates y faltas de ortografía, que daba a los pueblos originarios, -13 por ciento de la población- derechos, atributos y leyes que negaba al 87 por ciento de chilenos.

Ese texto, con algunas correcciones, fue rechazado por más del 61 por ciento de los votantes, en el plebiscito de salida de septiembre de 2022.

Foto Yahoo.

Para enmendar los errores todos los dirigentes políticos, con excepción de Kast, firmaron el Acuerdo por Chile.

Que establece que una nueva propuesta constitucional debe ser redactada por un Consejo Constituyente de 51 integrantes electos en comicios de sufragio obligatorio, que trabajará junto a una Comisión Experta designada por el congreso y formada por 12 mujeres y 12 hombres de reconocida solvencia y conocimientos.

El borrador se entregará este próximo 21 de octubre para ser revisado por un Consejo Técnico conformado por 14 juristas y decidido por el Senado y será sometido a un plebiscito de voto obligatorio, el 26 de noviembre.

Este domingo 7 se cumplió ya, con la elección de consejeros en una concurridísima votación impulsada por la indignación y el miedo a la delincuencia, incremento del narcotráfico, inmigración ilegal en el norte del país, tomas y quemas de predios forestales en el sur y agresiones mortales a Carabineros.

Ciudadanos de prácticamente todas las tendencias sufragaron a favor de la seguridad, el “orden” y la mano dura, que intuyen en Kast.

Quien, quien ayudado por los errores del gobierno de Boric, logró poder de veto sobre una nueva constitución que, repito, nunca quiso y está pavimentando su camino para la elección presidencial de noviembre de 2025.

Y Boric, reconociendo que el anterior intento fue fallido por responsabilidad de la izquierda extrema, le ha pedido evitar el mismo error y hacer una constitución para todos.

 

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