En Richmond, Virginia —la capital estatal— un pastor evangélico que desafió las órdenes de quedarse en casa para mantener servicios religiosos a los que asistieron numerosas personas, murió de COVID-19.
El obispo Gerald Glenn, de la Iglesia Nueva Liberación, dijo a su congregación el 22 de marzo: “Creo firmemente que Dios es más grande que este temido virus. Pueden citarme en eso”.
El religioso decidió mantener su iglesia abierta, pese a las recomendaciones de las autoridades, y manifestó que seguiría predicando «hasta que termine en la cárcel o en el hospital», según trascendió.
Las controversiales declaraciones del pastor generaron un gran debate, debido a que tuvo una actitud desafiante con las recomendaciones de aislamiento social que estaban dando las entidades estatales.
De hecho, un día después de su último sermón (que seguía replicándose en redes sociales), el gobernador de Virginia, Ralph Northam, tomó la decisión de prohibir todas las reunions de más de 10 personas.
Pacientes fallecidos fueron apilados en cuartos vacíos cuando hospital de Detroit estaba desbordado

Los hospitales en lugares donde se presenta una alta concentración de casos de coronavirus de todo Estados Unidos reportan condiciones extremas, ya que se enfrentan a un aumento repentino de pacientes gravemente enfermos.
En la ciudad de Detroit, fotografías obtenidas por el canal de televisión CNN de un trabajador que se desempeña en la sala de emergencias del Hospital Sinai-Grace muestran cadáveres de personas que fallecieron por COVID-19 almacenados en habitaciones vacías del hospital y apilados uno encima del otro dentro de camiones con sistema de refrigeración en el estacionamiento.
Las fotografías fueron tomadas a principios de abril, cuando, según sostiene el personal del hospital, estaban tratando entre 100 y 130 pacientes a la vez.
Murió uno de los marineros del portaaviones de Theodore Roosevelt, fue afectado por el virus

En Guam, un marinero de la Armada de Estados Unidos que fue parte de la tripulación del portaaviones Theodore Roosevelt, en el que se detectaron varios casos de coronavirus, murió el lunes de complicaciones relacionadas con la COVID-19.
Es la primera muerte por COVID-19 registrada entre la tripulación de la embarcación. El capitán del portaaviones, Brett Crozier, fue destituido de su cargo después de que escribió un memorando solicitando ayuda cuando su tripulación comenzó a tener casos positivos de coronavirus.
Aproximadamente 600 marineros de la embarcación han dado positivo por COVID-19 desde su evacuación.