Obama: de la audacia del cambio a la prueba de la esperanza

Fragmentos del discurso de Obama ante a la Convención Demócrata

La noche del jueves, en su discurso ante la Convención Nacional Demócrata, el presidente Obama pidió al país apoyar su reelección en noviembre frente a su rival republicano Mitt Romney.

Esperanza a prueba

“La primera vez que me dirigí a esta convención en el 2004, era un hombre más joven; un candidato al Senado de Illinois que habló sobre la esperanza—no de un optimismo ciego o una ilusión; de la esperanza frente a la incertidumbre; esa fe tenaz en el futuro que ha sido lo que impulsa a nuestro país hacia adelante, hasta cuando vamos contra toda probabilidad; hasta cuando el camino es largo.

Ocho años después, hemos puesto esa esperanza a prueba—por el costo de la guerra; por una de las peores crisis económicas en la historia; por un impasse político que nos dejó preguntándonos si aún era posible enfrentar a los retos de nuestra época.

El camino no es fácil

No fingiré que el camino que les ofrezco es rápido o fácil. Nunca lo he hecho. No me eligieron para que les dijera lo que quieren escuchar. Me eligieron para decirles la verdad. Y la verdad es que nos tomará más que un par de años para resolver los retos que se han desarrollado a lo largo de décadas. Requerirá un esfuerzo colectivo, todos tendremos la responsabilidad y también el tipo de experimentación audaz y persistente que persiguió Franklin Roosevelt cuando estaba pasando por la única crisis que fue peor que esta. Y además—aquellos de nosotros que continuamos el legado de su partido debemos recordar que no todos los problemas pueden resolverse con otro programa de gobierno u orden desde Washington.

Energía renovable

Pueden escoger un camino donde controlamos más de nuestra propia energía. Y después de treinta años de inacción, aumentamos los estándares de combustibles para que a medias de la próxima década, los autos y camionetas puedan ir dos veces más lejos con un galón de gasolina.  Hemos duplicado nuestro uso de energía renovable, y miles de estadounidenses ahora trabajan en la construcción de molinos de viento y baterías duraderas. Solo en el último año, ya hemos recortado las importaciones de petróleo por un millón de barriles al día –más que cualquier otra administración en la historia moderna.  Y ahora, los Estados Unidos de América depende menos en el petróleo extranjero que en cualquier otro tiempo en casi dos décadas.

Ahora, tenemos una decisión—entre una estrategia que le da la vuelta a este progreso, o una que construye en base a él. En los últimos tres años, hemos abierto para la exploración petrolera y de gas natural nueva hectáreas, y abriremos más. Pero, a diferencia de mi contrincante, no permitiré que las empresas petroleras dicten el plan energético de este país, o que pongan en peligro nuestras costas, o recibir otros $4 miles de millones en asistencia corporativa de parte de nuestros contribuyentes.

Nosotros ofrecemos un mejor camino—un futuro donde continuamos invirtiendo en energía eólica, solar, y carbón no contaminante; donde agricultores y científicos aprovechan biocombustibles nuevos para nuestros carros y camiones; donde obreros de la construcción construyen casas y fábricas que usan menos energía; donde desarrollamos un abastecimiento del gas natural que está en nuestras tierras para durarnos por cien años. Si ustedes eligen este camino, podemos reducir nuestras importaciones petroleras por la mitad para el 2020 y apoyar la generación de más de 600,000 nuevos trabajos solo en la industria de gas natural.

Y sí, mi plan continuará reduciendo la contaminación carbónica que esta calentando nuestro planeta—porque el cambio climático no es un engaño. Más sequías e inundaciones y fuegos no son una broma. Son una amenaza al futuro de nuestros hijos. Y en esta elección, puedes hacer algo para cambiarlo.

Guerras y terrorismo

En un mundo de nuevas amenazas y retos, ustedes pueden elegir a liderazgo que ha sido puesto a prueba y cumplió. Hace cuatro años, prometí terminar la guerra en Irak. Lo logramos. Prometí volvernos a enfocar en los terroristas que nos atacaron el 11 de septiembre. Lo hemos hecho. Hemos debilitado al Talibán en Afganistán, y en el 2014, nuestra guerra más larga llegará a su fin. Una torre nueva luce en el perfil de la Ciudad de Nueva York, al Qaeda está en el camino hacia la derrota, y Osama bin Laden está muerto.

Política exterior

Ahora enfrentamos una decisión. Mi contrincante y su compañero de fórmula son novatos en la política exterior pero según hemos visto y escuchado, quieren regresarnos a una época de amenazas y torpezas que le costó a Estado Unidos un precio demasiado alto.

Después de todo, no llamas a Rusia tu enemigo número uno—y no al Qaeda—a menos que sigas viviendo en la época de la guerra fría. Quizás no estés listo para la diplomacia con Beijing si no puedes asistir a las Olimpiadas sin insultar a nuestro aliado más cercano. Mi contrincante dijo que fue “trágico” ponerle fin a la guerra en Irak y no nos dice como le pondría fin a la guerra en Afganistán. Yo lo hecho y lo haré. Y mientras mi contrincante  gastaría más en equipo militar que nuestra Junta de Jefes del Estado Mayor no quiere, yo usaría el dinero que ya no estamos gastando en la guerra para pagar nuestro déficit y regresar a la gente al trabajo—reconstruyendo calles y puentes; escuelas y pistas de aterrizaje. Después de dos guerras que nos han costado miles de vidas y millones de millones de dólares, es hora de reconstruir nuestro propio país.

Economía

Puedes escoger un futuro en el cual reducimos nuestro déficit sin perjudicar a nuestra clase media. Análisis independientes demuestran que mi plan reduciría nuestro déficit por $4 millones de millones. El verano pasado, trabajé con republicanos en el Congreso para recortar $1 millón de millones en gastos—porque aquellos de nosotros que creemos que el gobierno puede ser una fuerza del bien debemos esforzarnos más que los demás para reformarlo, para que sea más compacto, más eficiente y más sensible a las necesidades del pueblo estadounidenses.

Papel del gobierno

Sabemos que iglesias y organizaciones benéficas pueden marcar una diferencia más grande que un programa en contra de la pobreza. No queremos darles favores a aquellos que no quieren trabajar por su propio bien ni queremos rescates para bancos que no siguen las reglas. No pensamos que el gobierno puede solucionar todos nuestros problemas.  Pero tampoco creemos que el gobierno sea la fuente de todos los problemas—o que tampoco lo son, los beneficiarios de asistencia social, o las corporaciones, o los sindicatos, o los inmigrantes, o los gays, o cualquier otro grupo que dicen que es el culpable por todos nuestros problemas.

Inmigración

Ustedes son la razón por la cual una joven inmigrante que se crió aquí, que se educó aquí, y que hizo un juramento a nuestra bandera, no será deportada del único país que conoce como su hogar; la razón por la cual no expulsaremos a soldados altruistas de nuestras fuerzas armadas por ser quienes son o por amar a quienes aman; la razón por la cual miles de familias por fin pueden decirles a sus valientes seres queridos: “Bienvenidos a casa.”

Candidato y presidente

Ya no soy solamente un candidato. Soy el Presidente. Sé lo que significa mandar a estadounidenses a la guerra, porque he abrazado a madres y padres cuyos hijos no regresaron a casa. He compartido el dolor de familias que perdieron sus casas, y las frustraciones de trabajadores que perdieron sus trabajos. Si los críticos aciertan cuando dicen que tomo mis decisiones en base a las encuestas, entonces significa que no sé interpretarlas muy bien. Y, mientras siento orgullo por lo que hemos logrado, estoy aún más consciente de mis fallas, conozco exactamente lo que Lincoln quiso decir cuando dijo, “La convicción aplastante de que ya no tengo a donde ir, me ha dejado en rodillas varias veces.”

No es fácil

Estados Unidos, nunca dije que este viaje iba a ser fácil, y no voy a prometer eso ahora. Sí, nuestro camino es más difícil- pero nos lleva a un lugar mejor. Sí, nuestro camino es mas largo- pero viajamos juntos. No nos vamos a dar la vuelta. Vamos a ayudarnos unos a otros. Vamos a sacar nuestras fuerzas de nuestras victorias, y vamos a aprender de nuestros errores, pero vamos a tener nuestra mirada puesta en el horizonte distante, sabiendo que la Divina Providencia está con nosotros, y que ciertamente estamos bendecidos de ser ciudadanos de esta gran nación en la Tierra.

 Fuente: Casa Blanca

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