Obama toma acción frente a la violencia de las armas de fuego

WASHINGTON, DC— En su mensaje semanal, el Presidente Obama reiteró su compromiso a hacer todo lo que esté en sus posibilidades para implementar diversas medidas de sentido común que puedan reducir la violencia con las armas en los Estados Unidos.  El Presidente comenzó ese esfuerzo con 23 medidas concretas que está tomando inmediatamente su Administración bajo su autoridad legal existente.  Sin embargo, para que tengan un impacto duradero, el Congreso tiene que apoyar a la administración y aprobar leyes de sentido común tales como requerir una verificación universal de antecedentes para todo el que intente comprar un arma, y restablecer la prohibición de las armas de asalto de estilo militar y un límite de 10 cartuchos para los cargadores de municiones.  Si ellos lo hacen, podemos respetar los derechos bajo la Segunda Enmienda que tienen los ciudadanos que cumplen las leyes al tiempo que contribuimos a impedir que los pocos irresponsables ocasionen daños masivos.

El audio y el vídeo de este mensaje están disponibles en línea en www.whitehouse.gov

Declaraciones del Presidente Barack Obama

Mensaje semanal

La Casa Blanca

19 de enero, 2013

Hola a todos.  Esta semana, di a conocer varias medidas concretas que debemos tomar para proteger a nuestros hijos y nuestras comunidades de la violencia con las armas.

Estas propuestas fueron resultado de reuniones que sostuvieron el Vicepresidente Biden y su grupo de trabajo durante este último mes con más de 200 grupos diferentes, desde padres y maestros, hasta personal de cumplimiento del orden y deportistas, hasta líderes religiosos y profesionales de salud mental.

Y, en las próximas semanas, haré todo lo que tenga a mi alcance para hacerlas realidad.  Porque, aunque es posible que no podamos impedir todos los actos insensatos de violencia en este país, si acaso hay una sola cosa que podamos hacer para reducirla, si acaso podemos salvar una sola vida, tenemos la obligación de intentarlo.

Mi administración está tomando diversas acciones ahora mismo, desde reforzar nuestro sistema de verificación de antecedentes, hasta ayudar a las escuelas a contratar más oficiales de recursos si así lo desean, hasta encargarles a los Centros para el Control de las Enfermedades que estudien las mejores maneras de reducir la violencia con las armas.

Sin embargo, la realidad es que, para marcar una verdadera diferencia que sea perdurable, también se requiere que el Congreso actúe, y que lo haga muy pronto.

Primero, es hora de que el Congreso requiera una verificación universal de antecedentes para todo el que intente comprar un arma.  La ley ya les requiere a los concesionarios de armas con licencia que realicen dichas verificaciones, pero tanto como un 40% de todas las compras de armas se llevan a cabo sin hacerlo.  Esto no es una cosa segura, ni es sensata, ni es justo para los compradores o vendedores de armas que son responsables.  La inmensa mayoría de los estadounidenses está de acuerdo en que todo el que intente comprar un arma debe tener que probar al menos que no es un delincuente, ni alguien a quien se le prohíbe oficialmente ser dueño de un arma.  Eso es simplemente algo de sentido común.

Segundo, el Congreso debe restablecer la prohibición de las armas de asalto de estilo militar, y un límite de 10 cartuchos para los cargadores de municiones.  Muchos rifles de asalto, cuando se combinan con cargadores de alta capacidad, tienen un propósito y solo uno: disparar la mayor cantidad posible de balas lo más rápido posible.  Esas armas no pueden tener lugar en nuestras comunidades.  Y la mayoría del pueblo americano está de acuerdo conmigo.

Por último, el Congreso tiene que hacer que sea más fácil, en lugar de más difícil, que los encargados del cumplimiento del orden hagan su trabajo.  Debemos ser más estrictos con la gente que compra armas simplemente para dar media vuelta y vendérselas a los criminales.  Y, en un momento en que muchas comunidades se han visto obligadas a hacer recortes a su fuerza policial, debemos contratar más policías y ponerlos nuevamente en las calles.

Al igual que la mayor parte de los estadounidenses, yo creo que la Segunda Enmienda garantiza el derecho que tiene una persona de portar armas.  En este país tenemos una sólida tradición de ser dueños de armas, y la inmensa mayoría de los dueños de armas se comportan de manera responsable.

Sin embargo, también creo que la mayoría de los dueños de armas está de acuerdo en que podemos respetar la Segunda Enmienda al tiempo que impedimos que unos cuantos irresponsables que no cumplen las leyes ocasionen daño a nivel masivo.  Con ese objetivo es que hemos diseñado esas reformas.

Nada de esto será fácil.  Hasta el momento, ya hemos visto a expertos, políticos y cabilderos de intereses especiales decir que todo intento para lograr una reforma de sentido común es un asalto avasallador a la libertad, no porque esa sea la verdad, sino porque así es como ellos obtienen mejores índices de aprobación y ganan más dinero.  Y, entre bastidores, ellos están haciendo todo lo posible por proteger el statu quo.

Sin embargo, esta vez, no son ellos los que toman la decisión.  Tienen que ser ustedes los que la tomen.  Si, tal como yo, ustedes quieren que esta vez sea diferente, entonces necesito la ayuda de ustedes para que sea diferente.  Pregúntenles a sus miembros del Congreso si apoyan las verificaciones universales de antecedentes y renovar la prohibición de las armas de asalto de estilo militar y los cargadores de municiones de alta capacidad.  Y, si la respuesta es negativa, pregúntenles por qué no.  Pregúntenles por qué una calificación de A de los cabilderos a favor de las armas es más importante que mantener seguros a los niños en una clase de primer grado.

Desde que ocurrió la tragedia en Newtown, he recibido cartas de todas partes del país, incluyendo muchas de nuestros jóvenes.  Una de ellas era de una niña de ocho años llamada Rachel, que vive en Brooklyn, New York.  Y me escribió lo siguiente: “Por favor haz algo para que la gente mala no pueda conseguir armas para matar a otra gente.  Los niños deben estar protegidos, especialmente en la escuela”.

Rachel está contando con nosotros.  Hagamos esto por ella, y hagamos de este país un lugar más seguro en el que todos nuestros hijos puedan criarse y aprender.

Gracias, y que disfruten de un magnífico fin de semana.

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