Papa rechaza ser una estrella

Encuentro del Papa con la familia Walker que viajó de Buenos Aires hasta Filadelfia. Foto: L´Osservatore Romano
Encuentro del Papa con la familia Walker que viajó de Buenos Aires hasta Filadelfia. Foto: L´Osservatore Romano

Francisco enfrenta a poderosos en visita pastoral a Estados Unidos
El Papa culminó una visita pastoral el domingo 27 de septiembre en Washington, Nueva York y Filadelfia en la que confortó a los inmigrantes, a los discapacitados, a los presos y a las víctimas de abusos sexuales.
A la vez, Francisco desafió a los más poderosos en la Casa Blanca, el Congreso y la ONU sobre su responsabilidad para proteger a los más vulnerables sin importar el credo que profesen, rechazar la guerra y la pena de muerte, y defender el medio ambiente.
Ante una pregunta durante el vuelo de regreso de Filadelfia a Roma, el jefe de la Iglesia Católica respondió a la pregunta de un periodista sobre las bondades de ser considerado una estrella por las multitudes que lo recibieron en Estados Unidos luego de pasar por Cuba.
“Sí, en los medios se usa esto, pero hay otra verdad: cuántas estrellas hemos visto que después se apagan y caen, es una cosa pasajera. En cambio, ser el siervo de los siervos de Dios, esto es bello, no pasa”, respondió.
Tras su encuentro el domingo con cinco víctimas sexuales por parte miembros del clero, Francisco dijo que “Dios llora”, cuando  se cometen esos “crímenes” y se comprometió a una “celosa vigilancia de la Iglesia para proteger a los menores” así como un rendimiento de cuenta para los responsables.
Posteriormente visitó a cien presos de un centro correccional de Filadelfia condenados por violación, asesinato y narcotráfico, entre otros delitos. “Es penoso constatar sistemas penitenciarios que no buscan curar las llagas, sanar las heridas, generar nuevas oportunidades”, apuntó el Sumo Pontífice, quien pidió una “reinserción buscada y deseada por todos”.
Ante los políticos se le notaba muy serio a Francisco, pero en su encuentro con presos, niños y las familias la sonrisa iluminaba su rostro.
El Papa saludó muy temprano a la familia Walker, que viajó en auto por 13 países durante 194 días desde Buenos Aires para asistir al Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia.
En la misa de clausura dejó a las familias la siguiente pregunta: “En mi casa, ¿se grita o se habla con amor y ternura? Es una buena manera de medir nuestro amor”.

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