La ciudad de Pittsburgh, en Pensilvania, está de duelo tras lo que se describe como el ataque antisemita más mortal de la historia de Estados Unidos.
El sábado, un hombre blanco de 46 años llamado Robert Bowers irrumpió en la sinagoga Árbol de la Vida, ubicada en el vecindario Squirrel Hill, en Pittsburgh, gritando “Todos los judíos deben morir” mientras abría fuego contra fieles que preparaban los servicios de Shabbat.
Los oficiales de la unidad policial de élite SWATllegaron a la escena de la masacre y detuvieron a Bowers tras enfrentarse en un tiroteo unos 20 minutos después de que comenzara el ataque. Bowers tenía un rifle de asalto semiautomático y al menos tres pistolas en el momento de su arresto.
El rango de edades de las víctimas es de 54 a 97 años. Otras seis personas resultaron heridas, entre ellas cuatro policías. El domingo, unas 2.500 personas se congregaron en un acto conmemorativo para rendir homenaje a las víctimas y hacer un llamado a la reconciliación. Las siguientes son palabras del alcalde de Pittsburgh, Bill Peduto.
Bill Peduto expresó: “Creo que debemos enfocarnos en cómo quitar las armas, el común denominador de todos los tiroteos masivos en Estados Unidos, de las manos de aquellos que intentan expresar su odio mediante el asesinato”.
Líderes judíos a Trump: “Esta masacre no es el primer acto terrorista incitado por usted”
Un grupo de líderes judíos le anunció al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que no será bienvenido en la ciudad de Pittsburgh hasta que denuncie al nacionalismo blanco.
Once integrantes de la sede en Pittsburgh de la organización “Bend the Arc: A Jewish Partnership for Justice” escribió una carta a Trump en la que le dice al presidente: “Nuestra comunidad judía no es el único grupo atacado por usted. También socavó deliberadamente la seguridad de las personas de color, los musulmanes, las personas LGBTQ y las personas con discapacidades. La masacre de ayer no es el primer acto terrorista contra una minoría incitado por usted en este país”.
Atacante de Pittsburgh expresaba posturas antisemitas, racistas y xenófobas
Justo antes de la matanza, el atacante Robert Bowers escribió en una red social de extrema derecha: “A HIAS le gusta traer invasores que matan a los nuestros. No puedo quedarme sentado mientras asesinan a mi gente. No me interesa su opinión, voy a entrar”.
HIAS son las siglas de Hebrew Immigrant Aid Society [Sociedad Hebrea de Ayuda a los Inmigrantes], una agrupación de asistencia humanitaria sin fines de lucro que ha brindado ayuda a los refugiados a lo largo de más de 130 años. El año pasado, esa organización criticó al presidente Donald Trump por reducir la cifra de refugiados que tienen permitida la entrada a Estados Unidos a solo 30.000.
La organización declaró: “El presidente Trump ha traicionado una vez más a la historia de Estados Unidos y al liderazgo mundial al no brindar un refugio seguro a seres humanos inocentes que huyen de la violencia y la persecución”. El sábado, el presidente Trump sostuvo que el atacante debería ser condenado a la pena de muerte, y afirmó que si hubiera habido guardias armados dentro de la sinagoga, los resultados del ataque podrían haber sido distintos.
El presidente Donald Trump afirmó: “Si prestan atención, esto no tiene mucho que ver. Si hubieran contado con protección adentro [de la sinagoga], los resultados habrían sido muy distintos. Sospecho que esta disputa siempre existirá, pero si hubieran tenido alguna clase de protección dentro del templo, la situación podría haber sido muy distinta. Pero no la tenían”.
Kentucky: Hombre armado asesina a dos afroestadounidenses en supermercado
En la localidad de Jeffersontown, en el estado de Kentucky, un hombre blanco fue arrestado el miércoles por asesinar a tiros a dos clientes afroestadounidenses en una tienda de comestibles. Poco antes del tiroteo, el hombre había sido visto cuando intentaba, sin éxito, ingresar a una iglesia de mayoría afroestadounidense.
Según informó la policía, Gregory Bush, de 51 años, fue registrado por cámaras de seguridad al intentar forzar la entrada de la Primera Iglesia Bautista de Jeffersontown durante varios minutos, para luego dirigir su atención a un supermercado cercano de la cadena Kroger, en donde abrió fuego y mató a dos clientes afroestadounidenses, Maurice Stallard y Vickie Lee Jones. Momentos después, Bush fue confrontado en el estacionamiento del supermercado por un transeúnte que iba armado, de nombre Ed Harrel. Estas son las palabras Steve Zinninger, hijo de Harrel, quien habló en la sede local de la cadena de noticias NBC.
Reportero: “¿Entonces su padre confrontó al atacante?”
Steve Zinninger: “Sí. Sí”.
Reportero: “¿El hombre dijo algo? ¿Cómo se dio cuenta su padre de que algo andaba mal?”
Steve Zinniger: “No se dio cuenta de que era él hasta que vio el arma a su lado. Y dijo: ‘No dispares, y yo no te dispararé’. Y el hombre dijo: ‘Los blancos no les disparan a los blancos’”.
Gregory Bush tiene un historial de comentarios racistas y numerosos antecedentes de delitos menores que incluyen violencia doméstica y amenazas terroristas. En 2009, un juez ordenó a Bush que entregara sus armas y se sometiera a tratamiento psiquiátrico, luego de que sus padres afirmaran que los amenazó con dispararles en la cabeza.
El padre de Bush sostuvo que su hijo “va armado a todas partes”. No se sabe con certeza si las armas le fueron devueltas luego de que expiró la orden del tribunal, en 2011.
Gregory Bush enfrentará dos cargos de asesinato y diez de imprudencia temeraria en una audiencia ante un tribunal, programada para noviembre. La fiscalía investiga estos asesinatos como “posibles crímenes de odio”.
Fuente: Democracy Now!
Pittsburgh sigue de duelo por la muerte de 11 judíos en ataque a sinagoga
