Poema

poema-floresPor Guillermo Henao
 
Por tus voces minu ociosas,
hermano,
per diste tu herradura
en la herrumbre
del derrumbe
final.
 
Con tu elongada estatura en cara amada
osaste combatir tantas osambres
cuando cunde un día untuoso
y los jóvenes atizan su jolgorio.
 
Mas el pasó entre pensamientos, bibliotecas,
postulando abstracciones,
agostado.
Quiso penetrar en lo real, preparándose
con una sentencia más sobre una pequeña
verdad: vivir se vive viviendo.
 
Ni en la vía
a morir
se auto extra-
vía.
A-caso en el o-caso.
Si éste llega temprano,
aporreado como pre-monición sin munición,
su neblina
borra las crestas de las montañas distantes,
más allá del vallecito.
Con su túmulo
hurgamos doquiera en colectivo ramillete de despedida.
 
Cuando mueres, la gloria y el olvido son lo mismo.
 
 
Guillermo Henao escribe desde Medellín, Colombia.
Fuente: ARGENPRESS CULTURAL

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