Santiago Carrillo

Teresa Gurza.

La prensa internacional ha dedicado en estos días muchísimos artículos a destacar la vida y trayectoria de

Santiago Carrillo, por ser una de las personas claves en la transición de su país a la democracia, tras la dictadura franquista.

Carrillo, fallecido este martes18 alos 97 años de edad y con la mente totalmente lúcida, fue también fundamental en la evolución del Partido Comunista Español (PCE) del estalinismo al eurocomunismo.

Como la mayor parte de los hombres de izquierda de su época, Carrillo fue de origen modesto.

Nació en una familia campesina de tendencias socialistas, participó en la guerra civil, estuvo preso y sufrió 38 años de exilio, que vivió en la Unión Soviética, Argentina, México, Argelia y Francia.

En nuestro país fue amigo de varios de los comunistas de entonces, como José Encarnación Pérez, Arnoldo Martínez Verdugo, Enrique Ramírez y Ramírez y Manuel Terrazas entre otros.

Militante comprometido desde su juventud, primero en el partido socialista y más tarde en el PCE al que se afilió en 1936, Carrillo ocupó la máxima dirigencia de esta organización cuando renunció a la misma, su camarada Dolores Ibarruri, la mítica Pasionaria.

Como secretario general fue su dirigente histórico durante 22 años, en los que propició muchos cambios; por lo que ha sido calificado con razón como símbolo de la lucha antifranquista y de la política democrática del siglo XX.

Al regresar a España clandestinamente a fines de 1976, luego de la muerte de Francisco Franco, logró la legalización de su partido proscrito durante décadas, y fue uno de sus primeros diputados.

Y tuvo la visión y generosidad de impulsar consensos y facilitar acuerdos a fin de hacer posible que su país pasara sin muertos ni víctimas, de la dictadura a la democracia.

Para ello renunció a su aspiración de construir una República y aceptó la monarquía parlamentaria con Juan Carlos de Borbón como Rey y jefe del Estado, lo que permitió abrir un nuevo camino para España y la reconciliación de los españoles.

Momento estelar en la vida de Carrillo fue su condena a la invasión a Checoslovaquia por tanques soviéticos en 1968; lo que lo alejó de los dirigentes del Partido Comunista de la Unión Soviética, (PCUS).

Pocos años después –con Enrico Berlinguer y Georges Marchais, secretarios generales del Partido Comunista Italiano y el Partido Comunista Francés, respectivamente,– impulsó el eurocomunismo; y lo que entonces no era fácil: una visión independiente de Moscú sobre los sucesos mundiales, la relación del PCUS con los llamados países socialistas y con la dirigencia China, con la que entonces los rusos tenían fuertes discrepancias.

Invitado por el Partido Comunista Mexicano, Santiago

Carrillo estuvo en México en la segunda mitad de la década de los 70; aquí lo entrevisté para el periódico El Día en donde entonces yo trabajaba, y cuyo director el priísta y ex comunista Enrique Ramírez y Ramírez era como dije arriba, su amigo.

En 1982 su partido perdió las elecciones porque los votantes de izquierda prefirieron dárselos al PSOE; lo que casi puso fin a la influencia comunista en España, por lo que Carrillo renunció a la secretaria general del PCE.

Y tres años más tarde, en 1985, fue expulsado de ese partido porque sus concepciones políticas fueron consideradas demasiado moderadas.

Siguió sin embargo de alguna forma activo en la política; de la que se retiró hasta los 88 años.

Fue periodista desde muy joven y prácticamente hasta su muerte siguió escribiendo artículos, participando en debates y haciendo colaboraciones radiofónicas.

Carrillo es reconocido también, por la valentía mostrada el

23 de febrero de 1981, cuando se intentó dar un golpe de estado en el Congreso de los Diputados.

Al respecto la agencia Reuters recordó ahora con motivo de su muerte que Carrillo, el presidente Adolfo Suárez y el vicepresidente general Gutiérrez Mellado, fueron los únicos que siguieron sentados cuando entraron al salón los golpistas; y sin asomo de miedo, les hicieron frente.

Descanse en paz, este hombre cuya vida fue esencial en la historia reciente de España y el mundo.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos Relacionados

  • Desencantos 

  • El infierno se está desatando en el Líbano, pero Biden podría detenerlo

  • Recalibrando