Se echan solitos de cabeza

Teresa Gurza.
 
Por su mente no le pasó renunciar, dijo el procurador del Consumidor Humberto Benítez Treviño al intentar defenderse tras enterarse de la insolencia de su hija Andrea; pero, lo renunció el presidente.
Es curioso como a muchos que suben a las alturas, se les altera el cerebro; y llegan a tener la seguridad de que no es tan peor lo que sucede y por tanto, no hay de qué preocuparse o porqué siquiera pensar en la renuncia; al fin que cultivan lealtades y valores republicanos como dijo el ex funcionario.
O a lo mejor tienen el cerebro ya alterado desde endenantes, y por eso llegan a donde están; y de donde estrepitosamente algunos, que ojalá fueran todos los que la deben, caen.
Siente Benítez que no fue su responsabilidad, sino la de su hija; en cuyos zapatos y enfrentando la furia del padre y de toda su familia por la pérdida del hueso y el posible fin de la carrera política, no quisiera estar.
Pero por supuesto es su responsabilidad; porque o no la educó, o lo hizo mal.
Tan mal, como para que la muchacha se haya sentido con todos los derechos de convertir un simple incidente que la molestó, en llamadas telefónicas a la chamba del papá para pedir a los ofrecidos que nunca faltan, la clausura del Máximo Bistrot; cuyos dueños por cierto intentaron minimizar las cosas, por simple decencia o para no salir más perjudicados.
Pero a Benítez como decía mi nana Natalia, “se le apareció la pachona”; personaje justiciero al que cuando yo era niña, ella encargaba componer todos los desaguisados.
Con la originalidad de que su pachona fue su propia hija; por ella cayó y por ella fue removido, en una “llamada de atención y mensaje claro para que todos los funcionarios se conduzcan con ética, y profesionalismo y apego a la ley”, según dijo el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong.
Pero el panista César Nava, no va a necesitar de hijas que lo tumben; él solito se echó hace años la soga al cuello, al comprar un departamento en Polanco totalmente fuera de sus posibilidades; pero encandilado como estaba por la cantante Patylu y ansioso por apantallarla, no se fijó en el pequeño detalle de que alguien podría notar que su salario no le daba para eso y hoy enfrenta demandas de parte de Pemex.
Otro con hijas presumidas y cultivos de valores propios, es el exgobernador de Tabasco Andrés Granier Melo, quien tiene además donde cosechar zapatos, camisas, tenis y trajes.
Este hombre que al salir del cargo en octubre del 2012, dejó un déficit de 20 mil millones de pesos; es para colmo blofista; característica que lo perdió, porque lo hizo presumir -según él borracho- hasta de lo que ahora dice no tener, y que seguramente pasará a integrar la averiguación penal en su contra.
De acuerdo a la grabación que se ha difundido, Granier Melo en   conversación con su hijo Fabián, que al parecer heredó las brillantes cualidades del padre, y con un escolta apodado El Ruso, alardea de lujos y derroches y lo que gasta en darse gustitos.
Siempre que salen a la luz grabaciones que involucran a políticos, pienso que más que denunciarlos los grabadores quieren que nos enteremos de las tonterías que los ocupan.
Y es que la verdad, sorprende el grado de estupidez de lo que dicen los protagonistas de esas pláticas y secretos; que por su importancia política podríamos imaginar más inteligentes y cultos.
Los hemos visto y oído mucha veces; y para muestra bastan unos cuantos botones:  las conversaciones de los hermanos Salinas de Gortari; las sandeces de las que hablaban Mouriño y sus acompañantes, minutos antes de que su avión se desplomara; las doctas pláticas entre la entonces legisladora Claudia Corichi, y el candidato a gobernador de Guerrero, Angel Aguirre; o los telegramas insulsos pero super confidenciales que para informar situaciones en México, cruzaban embajadores gringos y su gobierno.

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