Terremoto de abstención sacude a Chile

Por Enrique Torres

Los resultados de las elecciones municipales en Chile cayeron como balde de agua fría en el Gobierno de Sebastián Piñera, tanto a causa de los bastiones perdidos por la derecha como por el alto nivel de abstencionismo.

Poco después de conocerse los primeros resultados, el mandatario, aunque no se refirió a las derrotas de sus aliados políticos en importantes municipios, expresó preocupación por el desinterés mostrado por una gran parte de la ciudadanía en los comicios.

«En esta oportunidad muchos chilenos decidieron no ejercer ni su derecho, ni su deber de participar en estas elecciones, y eso es una señal de alerta, que no pasa ni debe pasar desapercibida, ni debe dejarnos indiferentes», expresó el gobernante en un breve discurso en La Moneda.

De acuerdo con datos recabados por diferentes medios de comunicación, en los recintos de votación el abstencionismo osciló entre 40 y 70 por ciento, con casos incluso como en el Liceo B36, de la capitalina comuna de Recoleta, donde a la hora de cierre de los comicios 16 mesas de votación tenían cero voto. El promedio general en el país alcanzó 60 por ciento.

«Hemos escuchado con mucha atención el mensaje que significa la disminución en la participación de nuestros ciudadanos en nuestro proceso democrático», alegó Piñera.

Analistas y medios de comunicación había pronosticado que el protagonista de los comicios sería el alto nivel de abstencionismo, considerado muestra de castigo a la desidia política en el país y como signo que pone al desnudo la crisis que afecta a la institucionalidad heredada de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-90).

Sin duda alguna, gran parte de la campaña electoral tuvo en la mira a los jóvenes, que desde hace años traen a flor de piel su rechazo a la institucionalidad política.

La convocatoria a la abstención provino fundamentalmente de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), cuya vocera, Eloísa González, dijo que la exhortación del movimiento iba mucho más allá de estos comicios y en realidad lo que busca es repudiar prácticas políticas viciadas.

Sin embargo, todo indica que el descontento rebasó el llamado de la ACES, pues otras organizaciones estudiantiles sí convocaron a su membrecía a votar, y a toda luz muchos decidieron quedarse en casa.

En cuanto a los resultados, los partidos de la coalición gubernamental, integrada fundamentalmente por Renovación Nacional (RN) y Unión Demócrata Independiente (UDI), perdieron varios de sus principales enclaves de poder, como Santiago Centro, Providencia, Ñuñoa y Recoleta en la capital, y Concepción, en la región del Bío Bío.

La comuna de Santiago, escenario de una de las mayores batallas electorales de esta lid, vio ganar a la candidata por el Partido Por la Democracia, Carolina Tohá, sobre el actual edil, Pablo Zalaquett, de la UDI.

Zalaquett perdió incluso la votación en el lugar, donde en la mañana del domingo ejerció el sufragio el presidente Piñera, en la mesa 126 de la escuela República de Alemania.

En otro de los declives del oficialismo, la candidata independiente Josefa Errazuriz destronó a Cristian Labbé, un excoronel del Ejército que fue agente de la policía secreta de la dictadura de Pinochet y que buscaba su quinto período al frente del municipio de Providencia.

También resultó significativa la victoria de la socialista Maya Fernández, nieta del presidente Salvador Allende, quien tras un agonizante conteo voto a voto venció en Ñuñoa a Pedro Sabat, de RN, alcalde de esa localidad metropolitana desde la década del 90.

Al filo de la media noche fue anunciado el triunfo de Fernández, con apenas una veintena de votos de diferencia. En general, los sectores más fuertes de la oposición, que compitieron con las listas de la Concertación y el pacto de la izquierda Por un Chile Justo, sumaron casi el 43 por ciento de los votos para alcaldes, frente al 38 por ciento del oficialismo. Por sí sola la Concertación computó casi 30 por ciento.

En cuanto a los concejales, los principales bloques opositores conquistaron en conjunto casi el 50 por ciento de los votos, frente al 34 de la coalición gubernamental.

Entre las anomalías más sobresalientes de los comicios estuvo el hecho de que aparecieran en el padrón electoral nombres de personas fallecidas, entre ellos el del presidente Allende, muerto el 11 de septiembre de 1973 en los primeros momentos del golpe de Estado dirigido por Pinochet.

Al igual que el de líder del Gobierno de la Unidad Popular, los listados incluyeron las generales de otras víctimas de la dictadura, entre ellos ejecutados políticos.

Las elecciones tuvieron la singularidad de que fueron las primeras desarrolladas bajo el sistema de inscripción automática y voto voluntario.

Los chilenos votaron para elegir a 345 alcaldes y más de dos mil concejales, pero la mirada de los timoneles de los partidos políticos ya se ubica mucho más allá, con la vista en los comicios parlamentarios y presidenciales de 2013.

Fuente: Prensa Latina

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