Voces conservadoras latinoamericanas en cumbre republicana de Maryland

El presidente argentino Javier Milei durante su participación. Foto: Lenin Nolly/MLNews

Por Ramón Jiménez

Los presidentes de Argentina, Javier Milei y de El Salvador, Nayib Bukele participaron como oradores invitados a la conferencia de la Acción Política Conservadora (CPAC) del partido Republicano, que tuvo lugar durante cuatro días en el área de Washington, D.C., y finalizó este sábado 24 de febrero.

El encuentro es celebrado una vez al año y reúne a referentes de la extrema derecha que provienen de todo Estados Unidos, así como invitados especiales de otros países que comulgan con esa corriente ideológica.

Tanto Milei como Bukele rindieron pleitesía a su “amigo” Donald Trump, quien busca ser reelegido en las elecciones presidenciales del mes de noviembre de este año, siempre y cuando gane las elecciones primarias y sea confirmado por los delegados en la Convención Republicana, a celebrarse en Milwaukee, Wisconsin en el mes de julio.

En el discurso del sábado —último día de la conferencia—, Trump se refirió a las elecciones presidenciales del mes de noviembre como “el día del juicio final”. Se declaró a sí mismo como “un orgulloso político disidente” y le dio una imagen religiosa a su campaña, al describir como una visión apocalíptica si el presidente Joe Biden es reelegido a un segundo término de cuatro años.

“Para los estadounidenses que trabajan fuerte, el 5 de noviembre será nuestro día de liberación, pero para los mentirosos y tramposos, fraudulentos e impostores que han comandado nuestro gobierno será el día del juicio final”, pronosticó Trump.

El expresidente Donald Trump. Foto: Lenin Nolly/MLNews

“Cuando ganemos, la cortina de su corrupto reinado se bajará y el Sol se levantará con un brillante nuevo futuro para Estados Unidos”, remarcó.

La fuerza política de Trump se mantiene a pesar de enfrentar 91 cargos penales relacionados con sus esfuerzos por revertir su derrota electoral de 2020 ante Biden, el hallazgo de documentos clasificados en su residencia de Mar-a-Lago en Florida, y las acusaciones de que organizó en secreto sobornos a la actriz Stormy Daniels en las últimas semanas de su campaña presidencial de 2016, a fin de comprar su silencio. El primer juicio penal del expresidente comenzará el 25 de marzo en Nueva York.

Sin embargo, en la cumbre de CPAC en Oxon Hill, Maryland ambos mandatarios latinoamericanos directa o indirectamente le brindaron un espaldarazo —con sus discursos— al aspirante a la presidencia de EE.UU., ya sea criticando abiertamente el socialismo o prometiendo hacer de su país “una Argentina grande de nuevo”, en el caso de Milei; que no es más que el slogan político de Trump, quien promete “hacer de Estados Unidos un país grande otra vez”.

En su discurso Milei señaló como la economía neoclásica y su visión de los fallos de mercado son funcionales a la base del socialismo, y sostuvo que eso “destruye el crecimiento económico poniendo un freno a las mejoras en el bienestar y la lucha contra la pobreza».

Expresamente, Milei pidió a los estadunidenses que «no dejen avanzar el socialismo, no avalen la regulación, la idea de fallos de mercado, que no permitan el avance de la agenda asesina [del aborto] y no se dejen llevar por los cantos de sirena de la justicia social».

«Vengo de un país que compró todas esas ideas. No entreguen su libertad, porque si no los va llevar a la miseria», alertó el mandatario argentino.

“Argentina parecía un país de ovejas condenado a la pobreza que nos llevan los socialistas, pero cuando inicié mi carrera política dije que no venía a guiar corderos, sino a despertar leones. Cada día despertamos más leones», sostuvo Milei.

Nayib Bukele. Foto CPAC/Facebook.

Por su parte el presidente salvadoreño Nayib Bukele destacó sus políticas contra las pandillas o maras, y alertó sobre el peligro que esos grupos pueden enfrentar a otros países, incluso a Estados Unidos.

Se atrevió Bukele a decir en su discurso «que tomen a El Salvador como advertencia» y recordó que las pandillas tomaron el control de su país y de la sociedad hace décadas, por lo que “era necesaria una lucha para arrestar a los criminales y destituir a los jueces corruptos”.

También sugirió Bukele al próximo presidente de Estados Unidos, que no sólo debe ganar una elección, sino que “debe tener la visión, la voluntad y el coraje para hacer lo que sea necesario; pero sobre todo, ser capaz de identificar las fuerzas subyacentes que conspirarán contra él”.

Para algunos analistas políticos como la abogada Bethy Arana el discurso de Nayib Bukele “ha sido muy valiente”.

“Pero también toda causa tiene su efecto; alguien se los tiene que decir, porque ya basta de sumisiones por centenares de años, y se los dijo Bukele. Pero ahora habría que ver qué va a pasar después de ese discurso. Un momento oportuno para la historia del país, quien quita y El Salvador lidere grandes cosas en Latinoamérica”, vaticinó Arana a través de las redes sociales.

Desde que Bukele le declaró la guerra a las pandillas y se implantó el régimen de excepción más de 70,000 personas han sido arrestadas, en su intento por romper la cadena de violencia que azotó al país durante muchos años. Su gobierno ha sido criticado porque muchos de los arrestos han sido realizados con poca evidencia o acceso al debido proceso.

En las últimas elecciones presidenciales del 4 de febrero Bukele fue reelegido con más del 80 por ciento de los votos, aunque muchos críticos no aceptan la forma en que se manejó el proceso.

“Ahora creo yo que el país sí ha dado un salto al vacío, votando por una asamblea [legislativa] y un presidente que nadie sabe lo que va a hacer”, señaló el periodista Leonel Herrera desde la capital salvadoreña, con relación a la reelección inconstitucional de Nayib Bukele como presidente de la república para otros cinco años y la Asamblea Legislativa, en un proceso lleno de irregularidades  —incluyendo fraude—, la que deberá legislar durante los próximos tres años.

Nayib Bukele es un caso insólito en la política salvadoreña, ya que por muchos años se cobijó bajo la bandera del izquierdista Frente Farabundo para la Liberación Nacional (FMLN), y fue alcalde de la ciudad de Nuevo Cuscatlán; luego fue elegido alcalde de la misma capital San Salvador; pero debido a su estilo propio de gobernar y conflictos con su mismo partido, fue expulsado de ese instituto político en 2017.

Ahora Bukele es un referente de la extrema derecha e invitado especial a eventos como el que finalizó este sábado en Oxon Hill, un poblado de Maryland a pocos kilómetros al sureste de Washington, D.C.

 

 

 

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