La euforia duró poco, Argentina noqueó a México, con dos impactos paralizantes 2-0

Messi celebra su gol anotado mientras un jugador mexicano se muestra impávido. Foto: Yahoo.com

Por Willians A. Castillo

LUSAIL -No pudo, no supo, no quiso. A México se le atragantaron las ganas de ganar —y con eso, de sumarse concretamente a la pelea de fondo y tratar de sumar— por culpa de sus propias limitaciones, confusiones y decisiones. De otra manera no se explica, caer contra otro seleccionado que lucha por la clasificación en el Grupo C.

Es posible buscar razones en una derrota, es inadmisible quedarse en eso: México no jugó a lo grande, como debe hacerlo un equipo que esta luchando por ganar y sumar.

Algo así parecía decir el rostro del capitán Guillermo “Memo” Ochoa, cuando no disimulaba sus gestos para pedirles a sus compañeros que se juntaran alrededor de Héctor Herrera al contragolpe del equipo, que ocuparan la cancha en posiciones más avanzadas.

No lo consiguió, ni siquiera con sus esporádicas pinceladas de jugador distinto.

Por eso cada partido del cuadro azteca es un acto dramático. Cinco días antes un zapatazo afortunado empate ante Polonia reavivaron el fuego de la victoria ante los albicelestes que siguen siendo un obstáculo infranqueable para México en las Copas del Mundo.

Argentina con una excelente combinación entre Ángel Di María y Leonel Messi, al minuto 64 de la etapa complementaria, Messi alcanzó un remate con la izquierda desde fuera del área por el lado derecho de la portería del “Memo” Ochoa para el 1 a 0 que a la postre sería una derrota.

Al minuto 87 del complemento, el cuadro albiceleste ya se codeaba con el festejo. Messi cobró un tiro de esquina y llegó un nuevo error de la zaga. Enzo Fernández se proyectó desde el lado izquierdo del interior del área y ahí estuvo preciso con un disparo al ángulo del meta mexicano para convertir el 2-0.

Después del gol, México también trató de removerse sin variantes, el clima de hostilidad hacia el técnico Gerardo “Tata” Martino, por parte del aficionado azteca: los insultos llueven sobre el estratega. Las razones no son misteriosas: el equipo juega mal. Como hace cinco días. Como hace un mes. Como al principio del campeonato mundial. Pero ya nada será igual.

El sábado 26 de noviembre ha marcado una línea divisoria. Esa noche quedó al margen del triunfo, pero además este proceso de Martino perdió definitivamente credibilidad ante el hincha mexicano. Será muy difícil curar heridas, quizá imposible.

Hay cosas que el hincha mexicano no perdona, como aquella derrota a puertas de su debut en el mundial el 16 de noviembre frente a Suecia, y que marcó el comienzo del deterioro. Aunque su capitán Ochoa, diga lo contrario.

Este cachetazo que le dio el seleccionador argentino Lionel Scaloni, tiene el mismo sabor, amargo por el resultado, doloroso por la entrega sin lucha. La exteriorización queda a la vista de los 130.3 millones de televidentes mexicanos el sábado.

Para el observador del mundillo azteca hay cosas que no se puede pasar por alto.

Cuando terminó el encuentro frente a Argentina la mayoría de los jugadores buscaron rápidamente el túnel para salir y mucho menos esperaron al técnico.

El atacante Alexis Vega, un habitual sostén y trabajador de la cancha no parecía contento, su rostro no era el mismo de antes del ser reemplazo por Uriel Antuna y esto parecía tomar distancias.

 

¿“Memo” Ochoa, cómo es la relación con Martino?

Normal. Ni buena ni mala. En los primeros días las palabras contenían otros elementos, apuntaban a una identificación total, casi cariñosa.

La misma sensación parece inoculada en el resto. No hay divisiones ni grupos enfrentados. Lo que sí corre es la depresión. El plantel perdió la alegría. El técnico también.

Memo Ochoa. Foto: IMDb.

La situación parece haber desbordado sus nervios. Hay gestos que pintan actitudes, como el empate transitorio frente a Argentina, provoca una descordinación en las tres líneas.

La noche del 26 de noviembre el cuadro azteca trata de mantener la calma: Andrés Guardado, no disimula su descontento por los magros resultados, “falta un partido, y los resultados matemáticos son nuestra esperanza”.

En el “Tri” no hay una paz futbolística. Esa es la realidad. Y no habrá mientras siga jugando así, con Martino o sin Martino. No se entiende que México y Argentina tengan una propuesta similar. Que los dos entren con tres volantes defensivos. Que Rodrigo de Paul sea desenganche. México y Argentina no son los mismos, hay diferencia de ambiciones, el quién es quién del protagonismo no admite dudas y la albiceleste lo demostró.

Tata Martino. Foto: El Futbolero US.

Por eso el silbido al técnico, una derrota más, el silencio a la salida, con toda la euforia del hincha mexicano quien no lo puede creer. Simplemente por eso. Lo que quedó en claro es que ya nada será igual. El amor del hincha del “Tri” por este equipo entró en crisis.

Argentina revive tras la derrota del debut ante Arabia Saudita y suma ahora 3 puntos, poniéndose segundo solo superado por Polonia, líder con 4 unidades. Los sauditas son terceros con tres puntos y cierran la llave los mexicanos al fondo de la tabla.

Así está México. Lejos de la punta, lejos de la clasificación a octavos y, sobre todo, bastante distanciado de su mejor nivel. Mientras que Argentina hará lo propio contra Polonia, por eso solo esperemos que el 30 de noviembre la historia no

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