En Boston, el equipo de béisbol Red Sox declaró el miércoles que le prohibirá de por vida el ingreso al estadio Fenway Park a un aficionado, después de que fuera escuchado usando epítetos racistas en varias ocasiones.
La medida se produjo después de que el jugador de los Orioles de Baltimore, Adam Jones, se quejara por los insultos racistas que provenían de las gradas durante un partido jugado el lunes por la noche.
En una declaración, el presidente de los Red Sox, Sam Kennedy, dijo: “Estoy aquí para enviar un mensaje alto y claro de que el tratamiento hacia otros [en este estadio] sobre el que hemos estado leyendo últimamente es inaceptable”.
