Andan por la vida contagiando

Foto archivo.
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Por Teresa Gurza
Mi nana Natalia que era sabia en otras cosas, decía que no hiciéramos corajes para que no nos diera hepatitis.
Y estoy segura que recomendaría lo mismo a AMLO y al Piojo corajudos de siempre y rechazados ahora por la CNTE y la Selección.
Pero Natalia se equivocaba, por fortuna.
Porque imagínense, a cuantos subirían los mexicanos con hepatitis si sumáramos los indignados de la semana por el bajón del peso; o por saber que el Senado dilapidará en 2015, tres mil 173 millones de pesos y tendrá 813 asesores en lugar de 382; o porque en los primeros seis meses del año, PEMEX perdió 185 mil 600 millones de pesos y 35 mil 287, la Comisión Federal de Electricidad; cantidades que sumadas, son superiores al gasto total del gobierno en educación.
Es ya suficiente con más de millón y medio de compatriotas que actualmente la padecen; siendo lo más grave, que cerca del 75 por ciento no sabe que la tiene, según afirma Hablemos de Hepatitis C, organismo integrado por la Fundación Mexicana para la Salud Hepática (FunHepa) y la Asociación Mexicana de Hepatología (AMH), que llamó a hacerse pruebas de detección para evitar que avance, porque cada año hay más de 19 mil nuevos pacientes; y sólo cuatro hospitales públicos calificados para tratarla.
Y según la Organización Mundial de la Salud, OMS, la tercera parte de la población del planeta padece esta enfermedad; que por ser infecciosa, se esparce fácilmente.
Es causada por virus, bacterias o parásitos, trastornos de tipo autoinmune, lesiones debidas a la interrupción de la irrigación sanguínea normal del hígado, traumatismos, tatuajes y secuelas dejadas en nuestro cuerpo por determinadas drogas, toxinas y medicamentos.
Las producidas por virus, pueden ser de tipo A, B, C y D.
Las hepatitis A y E, vienen de consumir agua o alimentos con materias fecales contaminadas o por contacto con personas que ya se infectaron.
Y producen cansancio, color amarillento de la piel, inapetencia, náuseas, vómitos, y orina oscura; generalmente no son graves ni dañan al hígado de forma permanente, pero sus complicaciones suelen ser mortales.
La hepatitis B, que es la más letal, mata a alrededor de 780 mil personas anualmente en todo el mundo; pero ya hay una vacuna segura y eficaz, que puede proteger de por vida.
Se contagia a través de fluidos contaminados como sangre, semen, secreciones vaginales, saliva, lágrimas, leche materna y orina; así que evite compartir jeringas, agujas, navajas de afeitar y cepillos de dientes y tener relaciones sexuales con alguien que la padece; y aunque después de seis meses puede volverse crónica y desencadenar cirrosis, hay personas que se curan y quedan inmunes a ese virus.
La hepatitis C, se transmite por contacto directo con una persona infectada y en caso de recién nacidos, durante el parto; el 85 por ciento de las personas infectadas, la desarrollan en forma crónica y sin síntomas y puede desembocar en cáncer del hígado.
En México las dos causas más frecuentes de cirrosis hepática son: la hepatitis C y la ingestión de alcohol.
La hepatitis D es la más grave y se contagia por las mismas vías que las dos anteriores; el cinco por ciento de los pacientes con hepatitis B, tienen el virus de la hepatitis D.
La hepatitis autoinmune, provoca que el organismo confunda las células hepáticas con elementos extraños y las destruya; es crónica, progresiva, de origen desconocido y afecta más a las mujeres que a los hombres.
Y la hepatitis de origen tóxico, es la causada por la presencia en el hígado de medicamentos, toxinas, y drogas.
Para frenar el avance de estos padecimientos y dar a los países lineamientos para hacerlo, la Organización Mundial de la Salud de la ONU (OMS) estableció en 2010 un programa y fijó como Día Mundial de la Hepatitis el 28 de julio, fecha de nacimiento del Profesor Baruch Samuel Blumberg, descubridor del virus y creador de la primera vacuna.
El programa de la OMS, propone cuatro ejes tendientes a fomentar conciencia sobre las hepatitis virales y las enfermedades que causan y a elaborar estrategias y planes eficaces para combatirlas y, sobre todo, prevenirlas.
Eso es muy importante en nuestro país donde como dije arriba, el 75 por ciento de los enfermos ignora que la padece y por ser una enfermedad silenciosa y sin síntomas, anda por la vida contagiando a otros.
 

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