¿Bombero o diputado?

Por Teresa Gurza.
¿Usted a quien prefiere a un bombero o a un diputado?
Seguramente al primero; pero si le preguntaran que le gustaría ser, bombero o diputado, tal vez aunque desprecie a algunos elegiría diputado porque ganaría muchísimo más.
Una nota de Reforma, afirma que el salario mensual de un  bombero es de siete mil 44 pesos; y cada cuatro años, recibe un equipo de 25 mil.
Mientras que un diputado federal gana unos 200 mil mensuales; los estatales por el estilo; y cada uno de los del DF, ha costado este año cuatro millones.
Y súmele autopistas, médicos, funerales, gasolina, choferes, vehículos, comidas, asesores, asistentes, boleadas, secretarias, edecanes, boletos, viajes, prendedorcitos de oro, viáticos, vacaciones, aguinaldos, y bonos de despedida.
Añádale que un bombero, arriesga su vida y salud cada que va a un incendio; y que el trabajo de un diputado no es muy agotador que digamos y que salvo excepciones, poco importa su desempeño porque de todos modos a los tres años podrá brincar al Senado y luego regresar a la diputación, irse a una alcaldía, delegación, gubernatura o secretaría; y si su partido no lo postula saltará a otro.
Y hay algunos tan ridículos como Guillermo Romo, que va al baño del congreso de Guanajuato acompañado de “asistentes” –pagados con dinero fiscal–, que le cargan traje y maletín de cosméticos, porque el angelito se unta hasta esperma de tiburón; y sin pudor, sube a las redes sociales sus secretos de belleza.
¿Es eso justo?, por supuesto que NO.
Es parte de la desigualdad y la corrupción que existe en nuestro país.
Y aunque reiterarlo parezca terquedad, es necesario terminar con ese desperdicio para poder lograr que no aumente la muerte de niños por males previsibles, como de acuerdo al Primer Informe de Gobierno sucedió este año respecto al 2012; y que disminuya el porcentaje de los mexicanos que viven en pobreza.
Pero como si no estuvieran enterados, los senadores derrochan miles de millones cada año; entre ellos 115 millones, –900 mil por cada uno de los 128 senadores–, en 981 asesores “personales”; y los hay también para cada bancada y las SESENTA Y DOS comisiones.
Sería bueno que si no saben nada de nada, como se advierte al requerir tanto asesor, mejor no se postulen.
Más de la mitad de las 195 mil primarias del país, necesitan con urgencia reparaciones o sanitarios y no va a la escuela el 6 por ciento de los niños indígenas.
Pero se perdonan impuestos a empresarios; no se indagan las voracidades de políticos y líderes sindicales; se permiten vacaciones de 45 millones para empleados de la Semarnat; y se tiran millonadas buscando dar buena “imagen” al presidente.
El Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, informa que en los últimos 25 años los salarios perdieron poder adquisitivo porque la carne subió más del 340 por ciento, y gasolinas, gas, electricidad, y transporte el 15 y 30 por ciento.
De ahí que los bomberos no puedan comprar con frecuencia carne, leche, huevo y pescado; su minisalario sólo les da para alimentarse bien, dos días a la semana.
Y casi el 45 por ciento de compatriotas está peor que los bomberos, porque ganan menos o están desempleados; y en ellos, se han incrementado al doble los suicidios.
Según la UNAM, el déficit laboral en México es de 34 millones de plazas; y 26 millones de personas trabajan en la economía informal, sin horarios ni prestaciones.
Y ocho millones, la mayoría jóvenes con formación técnica o universitaria, buscan empleo sin encontrarlo; y son parte de los 102 millones sin posibilidad de adquirir la Canasta Básica Constitucional Integral, que incluye alimentación, vivienda, educación, transporte, salud, esparcimiento, cultura, y acceso a servicios públicos.
Ya lo dijo hace poco el doctor Narro, rector de la UNAM, “México no es pobre, es la catorce economía mundial, pero está lleno de pobres”.
Pero sabiéndolo, la elite finge que no se entera para seguir gastando como si fuera manda; y los abusos se disuelven en la nada, porque unos a otros van tapándose malversaciones, desvíos, homenajes a cantantes, y otras ladronadas.
 

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