Campaña electoral, en El Salvador: faltan propuestas

Las banderas de los diferentes partidos. Foto: LPG

Por Leonel Herrera*

Representantes de Acción Ciudadana, FUNDE, Colectiva Feminista y UNES —que participaron la semana pasada en el programa Puntero Electoral de la Red Informativa de ARPAS— señalaron la falta de propuestas como el principal problema de la actual campaña proselitista.

Por tanto, exigieron a los partidos y candidatos asumir compromisos serios frente a las graves problemáticas que enfrenta el país, sobre todo el desmantelamiento de la institucionalidad y el estado de derecho, el deterioro ambiental, la violencia de género, el endeudamiento estatal y la falta de transparencia en el uso de fondos públicos.

La crítica de estos referentes de sociedad civil es muy certera. Casi nadie aborda las causas estructurales de la pobreza, violencia, corrupción, impunidad y contaminación ambiental; ni propone una política tributaria progresiva “donde paguen más quienes tienen más”, incrementar el salario mínimo, renacionalizar las pensiones y otras medidas orientadas a desmontar el modelo económico neoliberal.

Por un lado, la campaña de los partidos tradicionales (ARENA, FMLN, PCN, PDC) se basa en estribillos, ofrece vagamente “defender la democracia” o cambian su imagen visual para parecer “nuevos”. Igualmente Nuestro Tiempo y Vamos no logran presentarse como alternativas creíbles capaces de calar en los electores.

Pero la campaña más vergonzosa es la de Nuevas Ideas (NI), el partido del presidente Nayib Bukele y gran favorito en todas las encuestas. Sus candidatos y candidatas no se molestan en hacer propuesta alguna, sino únicamente despotricar contra sus adversarios y pedir el voto por la “N de Nayib Bukele”.

Pero la campaña de NI no sólo es carente de propuestas, sino que también es difamatoria, violenta el principio de presunción de inocencia, se basa en repetir la narrativa presidencial sobre “los mismos de siempre”, utiliza recursos públicos y violenta el Artículo 218 de la Constitución al usar la figura presidencial con fines proselitistas. Por eso es vergonzosa.

Su aliado GANA no es diferente. La única propuesta de sus candidatos es “aprobar todo lo que pida Casa Presidencial», renunciando a la independencia de poderes y al rol legislativo de fiscalizar la gestión del Ejecutivo. Es, por tanto, tan vergonzosa como la de NI.

Frente a un escenario tan desolador, la ciudadanía democrática tiene urgente el desafío de presionar por una campaña de altura, con propuestas serias y compromisos reales de todos los candidatos, partidos y coaliciones. Y, luego del proceso electoral, exigir su cumplimiento.

Ojalá que así sea.

 

*Leonel Herrera es director ejecutivo de ARPAS.

 

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