Comentario a tiempo: Bush, el torturador mayor

Foto archivo.
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Por Teodoro Rentería Arróyave

Les asiste toda la razón a los reconocidos organismos internacionales defensores de los derechos humanos, cuando afirman que los delitos cometidos con la más refinada brutalidad por torturadores de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, CIA, por sus siglas en inglés, a raíz del 11S quedarán en la más absoluta impunidad, puesto que nadie se atreverá a llevar ante los tribunales al “torturador mayor”, el ex presidente George W. Bush.

El Informe del Senado de la gran potencia, dado a conocer tras 5 años de investigaciones y con un costo de más de 40 millones de pesos, hace saber en primer lugar que la CIA engañó a la Casa Blanca, al Congreso y a la opinión pública sobre los resultados de su criminal actuación que además no sirvió para nada y si para descubrir la sevicia de que son capaces los funcionarios y sus atormentadores profesionales.x

Tienen razón los legisladores miembros de Comité de Inteligencia del Senado, en voz de su presidenta, Dianne Feinstein, a raíz de presentar en Washington el informe sobre técnicas de tortura de la CIA en la guerra contra el terrorismo, cuando afirman que dichas técnicas, brutales e inútiles implementadas por los agentes de la CIA, “es una mancha en nuestros valores e historia”,

El informe, con toda la crudeza de que era necesaria para no soslayar nada, documenta una serie de técnicas de tortura que incluyen las ya conocidas, como el famoso waterboarding (ahogamiento simulado, también conocido como submarino) y otras más severas que no se habían revelado anteriormente, como someter a detenidos a la privación de sueño hasta por una semana, con amenazas de que los matarían, o que sus hijos o madres serían atacados.

Con la asistencia de médicos, algunos padecieron algo llamado alimentación rectal. Otros fueron obligados a pararse teniendo las piernas fracturadas, mantenidos en oscuridad completa en celdas con ruidos a volumen elevado. Un detenido murió de frío en una de las cárceles clandestinas de la CIA.

Cómo serian los tormentos, que el mismo Informe, revela que las torturas fueron tan extremas que oficiales de la CIA pedían ser trasladados o relevados, ya que no aguantaban, y otros enviaron mensajes a sus superiores para preguntar sobre la legalidad de lo que hacían. Los encargados del programa ordenaron que dejaran de preguntar, ya que todo estaba autorizado a los más altos niveles.

Con toda la desvergüenza de que son capaces estos esbirros del poder imperial, la propia CIA se defiende y trata de justificarse, como si tales prácticas pudieran tener excusa alguna, en su Informe particular al afirmar que tenía 119 detenidos, y de ellos, por lo menos 39 fueron sometidos a estas torturas y cuando menos en 20 casos, a contrapelo de los resultados de la investigación del Senado, asegura que estas técnicas rindieron frutos en cuanto a inteligencia clave, que ayudó a descarrilar atentados terroristas, y que hasta brindó información importante para la captura y muerte de Osama Bin Laden.

El presidente Barack Obama, cuya Casa Blanca, junto con su jefe de la CIA, logró frenar durante meses la divulgación de este informe, ahora aprovecha el Informe Senatorial para justificar su decisión de anular el programa de interrogatorios y detenciones clandestinas cuando asumió la presidencia.

Lo dicho, el Informe si ganó y mucho, al desenmascarar a los torturadores oficiales de la potencia imperial, sin embargo tienen razón los organismos internacionales de Derechos Humanos al afirmar que todo quedará en eso, en un informe por el contrario prevalecerá la impunidad, puesto que nadie se atreverá a llevar ante los tribunales al torturador mayor, el ex presidente, George W. Bush.

Fuente: ARGENPRESS.Info

 

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