Con ocasión del Día de la Madre

Al festejar y conmemorar a nuestras madres, les ofrecemos continuar nuestra lucha por la dignidad, los derechos humanos, la justicia y la paz a nombre de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

 

En este día, 10 de mayo de 2012, nuestros pensamientos vuelan hacia nuestras propias madrecitas, algunas de ellas ya fallecidas, y a la condición de madre de nuestras mujeres, ya sea de quienes han tenido la dicha de tener hijos o hijas o de quienes, voluntariamente o no, no los han tenido. Esa condición de madre nos llama a hacer énfasis en las causas nobles, como la dignidad, tanto personal como nacional, los derechos humanos, la justicia y la paz, y a reiterar nuestro compromiso con la lucha por hacer avanzar dichas causas, tanto en Guatemala como en cualquier otro lugar en que nos encontremos.

La madre ha sido históricamente el símbolo de la dignidad humana, lo que nos hace  condenable el flagelo del feminicidio y la violencia contra la mujer que aflige actualmente a nuestro país. Sabemos que esto ha sido una consecuencia del genocidio en Guatemala durante el conflicto armado interno, en donde no se respetó la vida de nadie, incluidas miles de mujeres y niños; pero también hay causas más actuales, como la pérdida de los valores y la falta de ética. Por ello, en justo homenaje de la mujer-madre, apelamos a cesar todo tipo de violencia física; urge detener el baño de sangre que agota a nuestra población. Por otro lado, la dignidad no es solamente personal, como la exigimos para los migrantes que se ven acosados y discriminados, reducidos a la condición de no-ser humano, tanto en nuestro país como en los países de tránsito y destino, sino que también es nacional. Por ello, estamos dirigiendo hoy una carta a los Presidentes Obama de los Estados Unidos y Pérez de Guatemala para que, en respeto pleno de nuestra dignidad, se nos dé una respuesta a la solicitud de TPS para las y los guatemaltecos indocumentados en los Estados Unidos que se ha presentado a lo largo de casi dos años.

Reiteramos hoy nuestro compromiso con los derechos humanos.   Los derechos humanos se deben respetar siempre y se debe evitar que el Estado los viole con sus medidas arbitrarias. Por ello, es imprescindible que el gobierno actual levante de inmediato el estado de sitio en cualquier parte del territorio nacional – que es la forma “legal” de negar los derechos humanos—y cese la militarización del país, que son medidas que reflejan la condición de “estado fallido” de Guatemala.

En Guatemala, quienes desean escapar de la justicia tratan de caracterizarla como “venganza”. Dicen los voceros de la ignominia que hay que dar vuelta a la página de la historia y olvidar el genocidio –hasta se pretende que éste no existió– y los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado y sus agentes durante el conflicto armado interno. ¡Piden la reconciliación! Desde luego, piden con igual pasión la aplicación de “su justicia”, la heredera de la doctrina del descubrimiento y el despojo, para castigar fulminantemente a los dirigentes de las comunidades indígenas que han “osado” defender sus derechos sobre la tierra y sus recursos. ¡Ya basta de injusticia ancestral y actual! Hay que romper la impunidad de los poderosos y hay que imponer la justicia social por primera vez desde la “Primavera Democrática” del período 1944-1954. La justicia social es un clamor de la Iglesia Católica, otras iglesias cristianas, otras creencias y de la gente de buena voluntad en el mundo.

¡Claro que propiciamos la paz! Pero no “la paz de los cementerios”. Con 200,000 muertos durante el conflicto armado interno ya tuvimos bastante y todavía hay que aumentar los 15 años de desatinos –con cauda de decenas de miles de muertos– de los gobiernos desde 1996 a la fecha. La paz se basa en el respeto de la dignidad humana, el respeto y la promoción de los derechos humanos individuales y colectivos, la aplicación de la justicia, tanto la jurídica como la social, y la recuperación del espíritu y la letra del Acuerdo de Paz Firme y Duradera. Reiteramos hoy, en honor a las mujeres de nuestro país, nuestro profundo compromiso por continuar en la lucha por la paz y el desarrollo de Guatemala.

Comité Ejecutivo de la RPDG

Nueva York  y  Guatemala, 10 de mayo de 2012

 

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