Por Isaac Cohen*
El banco central, la semana pasada, aumentó la tasa de interés de los fondos federales un cuarto de punto porcentual, entre 0.75 y 1 por ciento. Esto indica que la economía estadounidense está fuerte, aunque continúa creciendo moderadamente, con vigorosa creación de empleo en febrero y la inflación cercana al objetivo de 2 por ciento. Las predicciones de crecimiento siguieron iguales, en alrededor de 2 por ciento para este año, aumentando levemente a 2.1 por ciento en 2018 y 1.9 por ciento en 2019.
Esto contrasta con la promesa de campaña del nuevo gobierno de empujar el crecimiento por encima de 3 por ciento, resultante de menos regulaciones, menores impuestos y mayor gasto en infraestructura, lo cual ha generado optimismo entre inversionistas y consumidores. Sin embargo, mientras que el mercado de acciones ha alcanzado niveles récord y el índice de confianza del consumidor ha aumentado, tomará algún tiempo aprobar la legislación requerida para implementar las promesas de campaña. En opinión del Director de Presupuesto Mick Mulvaney, citado en el Wall Street Journal, la secuencia es “seguro médico, política fiscal y luego infraestructura.” En otras palabras, el gasto en infraestructura tendrá que esperar hasta 2018.
Por consiguiente, durante la conferencia de prensa posterior a la reunión de la Reserva Federal, la Presidenta Janet Yellen dijo que el panorama podría cambiar, si de esas expectativas resulta “un cambio significativo en el gasto.” Agregó que el banco central ve con beneplácito “el crecimiento económico más vigoroso en un contexto de estabilidad de precios.”
*Analista y consultor internacional, ex-Director de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio, UNIVISION, TELEMUNDO y otros medios.