
Por Isaac Cohen*
Esta semana serán divulgados los resultados finales de las pruebas anuales de tensión requeridas para los 31 mayores entidades financieras de Estados Unidos. Como preámbulo la semana pasada, la Presidenta de la Reserva Federal Janet Yellen describió, en un discurso en Nueva York, como el banco central ejecuta la supervisión de las grandes instituciones financieras.
Como consecuencia de la Gran Recesión, las funciones regulatorias y de supervisión del banco central fueron fortalecidas mediante reformas legislativas y organizacionales. La presidenta Janet Yellen describió esas grandes empresas, como aquellas cuyo “peligro financiero puede generar un riesgo significativo para la estabilidad financiera.” Porque estas empresas tienen “importancia sistémica,” el banco central somete a 16 de ellas a niveles más elevados de vigilancia. Como un indicador de su importancia, la mitad de estas 16 empresas poseen 60 por ciento de todos los activos del sistema bancario estadounidense.
Sin embargo más allá de los requerimientos de capital y de liquidez, para promover la seguridad y solvencia de esos bancos, la supervisión también se enfoca sobre su administración y gobernabilidad. En años recientes, dijo la presidenta Yellen, “los banqueros de estas grandes instituciones” no han observado la ley, ni operado de una manera ética, “algunas veces descaradamente.”
Además, para asegurar la efectividad de la regulación y supervisión, la presidenta Yellen resaltó la necesidad de evitar “la captura regulatoria.” La cual ocurre cuando “una agencia regulatoria avanza los intereses de la industria que supuestamente debe regular en vez del interés público más amplio que debe representar.”
*Analista y consultor internacional, ex-Director de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio.
