Mensaje del Secretario General de la OEA, Luis Almagro
Hoy, en el Día Internacional de la Madre Tierra debemos reconocer la necesidad urgente de cuidar de nuestro planeta, sus ecosistemas y los recursos y servicios que prestan para sostener la vida de generaciones presentes y futuras, al tiempo que debemos apostar a un desarrollo armónico con el medio ambiente que promueva bienestar con equidad.
El 2020 fue un año sin precedentes en nuestra historia moderna. La emergencia sanitaria suscitada por la pandemia del COVID-19, sumada a otras emergencias provocadas por eventos climáticos extremos, incluyendo inundaciones, sequias y en particular los huracanes Eta y Iota en Centroamérica, impactaron severamente en nuestras comunidades y economías.
Estos riesgos son de especial importancia para América Latina y el Caribe. En nuestra región, más de la mitad de la población vive en zonas de vulnerabilidad climática extrema y alta y el cuatro por ciento de nuestro Producto Interno Bruto podría perderse por los efectos del cambio climático.
Además, el 80 por ciento de la población vive en zonas urbanas, con una gran proporción concentrada en 6 megaciudades, caracterizadas por la desigualdad y la urbanización informal. Esta realidad nos ha hecho vulnerables a los impactos económicos y sociales de la pandemia.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) viene impulsando desde hace más de 50 años una agenda orientada a alcanzar el bienestar de todos los hombres y mujeres de las Américas, en armonía con la naturaleza y la Tierra y en cooperación solidaria y paz entre nuestros pueblos. Debemos seguir recorriendo este camino junto a la comunidad internacional, los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y nuestros ciudadanos.
La dimensión de esta crisis exige soluciones innovadoras para estimular la recuperación económica y social.
En la tragedia personal que la pandemia ha significado para muchos, surgen nuevas oportunidades para acelerar la transición a energías limpias y renovables y practicar un uso más racional y eficiente de los recursos naturales, suelo, agua y energía.
La pandemia también nos permite repensar la ocupación del territorio, la planificación urbana que permita reducir tiempos y costos de transporte, mejorar la calidad de vida y la salud física y mental de nuestros habitantes y avanzar a una distribución más equitativa de los recursos. Asimismo, reclama que aceleremos nuestros esfuerzos para alcanzar más la igualdad de género y el acceso a derechos para todas y todos.
Desde la Secretaría General de la OEA continuaremos apoyando a nuestros Estados Miembros para que toda nuestra población -sin importar su credo, raza, origen, identidad de género, o asociación o elección política- tenga acceso a agua potable, energía limpia y mayores oportunidades.
Es hora de restaurar nuestra tierra, apostemos a un desarrollo más sostenible y resiliente, en armonía con el medio ambiente y respeto por la diversidad biológica.