Día Internacional de la Mujer

Por Teresa Gurza

Al acercarse el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, aumentan los datos sobre la marginación que seguimos sufriendo las mujeres.

Y se habla sobre todo, del maltrato del que decenas de miles son objeto y que muchas veces termina en feminicidio; que es el nombre que se da, al asesinato de mujeres por razones de género.

Matarlas por ser mujeres, no solo es un acto de barbarie; sino síntoma de una sociedad históricamente desigual; como se advierte en estos terribles datos mundiales que indican, que las mujeres de entre los 15 y los 44 años, tienen mayor probabilidad de ser mutiladas o asesinadas por hombres, que de morir por cáncer, malaria, accidentes de tráfico o guerra; y que entre 113 y 200 millones de mujeres desaparecen en el mundo, sin dejar huella.

Se sabe también, que hay más casos de abortos y de infanticidios femeninos; y que en la comida, los estudios y los cuidados médicos, tienen casi siempre preferencia los varones.

Diversos autores que han escrito sobre el tema aseguran que los feminicidios son causados por quienes pretenden afirmar su virilidad, mediante el uso de la sexualidad vinculada al poder, control, dominación, sometimiento, castigo y humillación.

Fue la académica sudafricana Diana Russell, quien en 1976 ante el Tribunal Internacional sobre los Crímenes contra la Mujer en Bruselas, utilizó por primera vez el término femicide para definir las formas de violencia extrema contra la mujer; y lo definió como, “asesinato de mujeres por hombres, motivado por el odio, desprecio, placer o sentido de posesión”.

El concepto fue castellanizado por la feminista mexicana Marcela Lagarde, como feminicidio; advirtiendo que lo es, cuando concurren el silencio, la omisión, la negligencia y la inactividad de las autoridades encargadas de prevenir y erradicar estos crímenes; como sucede en México, “donde el Estado no da garantías a las mujeres y no crea condiciones de seguridad para que puedan desenvolverse en la comunidad, el hogar, la vía pública o los lugares de trabajo y ocio”.

No por nada es que un informe de la ONU sitúa a nuestro país, en el décimo sexto lugar mundial en este tipo de crímenes; que para Patricia Ravelo Blancas, antropóloga y especialista en estudios de género del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, se explica por la fuerte discriminación de carácter político, social y económico que hay en México contra las mujeres.

“La cultura machista mexicana, escribe Ravelo, está muy arraigada. Todas las películas del cine clásico, muestran mujeres sometidas y subordinadas y hombres muy machos… y una forma de relacionarse con las mujeres de mucha desigualdad, dominación y sometimiento. El modelo ha cambiado un poco, pero sigue marcado por un patrón en el que los hombres son educados para sentirse dueños, de los cuerpos de las mujeres”.

Con los años, el concepto de feminicidio ha ido permeando la legislación internacional; y está ya incluido, en los Códigos Penales de 16 países latinoamericanos.

Sin embargo, no siempre es fácil acreditar los feminicidios que suelen pasar como homicidios corrientes; y son incontables los casos que no se denuncian, por falta de medios o desconfianza en las leyes y las autoridades.

En todo México ocurren feminicidios; y en todas las entidades, las mujeres tienen que vivir en situación de inseguridad.

Pero las condiciones son peores en los estados de México, Nuevo León, Morelos y Veracruz, donde la Secretaría de Gobernación ha debido emitir, con bastante retraso por cierto, alertas de género.

En Morelos lo hizo hasta agosto pasado, tras haberse registrado al menos 633 feminicidios en los últimos 15 años; y abarca ocho municipios: Cuernavaca, Cuautla, Emiliano Zapata, Jiutepec, Puente de Ixtla, Temixco, Xochitepec y Yautepec.

Así, que realmente poco podemos celebrar en este Día Internacional de la Mujer.

Pero debemos alegrarnos de que a nivel internacional, haya habido avances.

El más destacado ocurrió en China, donde la violencia doméstica se convirtió en delito perseguido por la ley; lo que implica que los abusos físicos y psicológicos dejan de ser «asunto privado o familiar».

La aprobación que los legisladores chinos hicieron el 27 de diciembre de la nueva norma, constituye un triunfo para las mujeres que lucharon durante más de diez años, para conseguir que los malos tratos sean punibles en su país.

Y esa ley que entró en vigor en estos días, considera abuso tanto el maltrato físico, como el psicológico; aun y cuando las parejas no estén casadas.

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