Golpe al poder local, en El Salvador

A pesar de que es una de Ley de la república, el gobierno busca bajar el Fodes del 10% al 1.5%. Foto: EDH

En su afán de controlar hasta el último resquicio del aparato estatal, el oficialismo sigue con su racha de golpes a la institucionalidad del país. Consumado el atentado contra el poder judicial, el bukelismo ahora prepara un zarpazo contra las municipalidades.

Por Leonel Herrera*

Luego de debilitar sistemáticamente a las alcaldías negándoles durante varios meses los recursos del Fondo de Desarrollo Social (FODES), el Ejecutivo presentó esta semana a su Asamblea Legislativa una propuesta de reforma que daría el tiro de gracia al poder local.

Según la información disponible, las modificaciones a la Ley del Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local (FISDL) buscan reducir de 10% a 1.5% el FODES. El gobierno también pretende liquidar el Instituto Salvadoreño de Desarrollo Municipal (ISDEM) y crear una Dirección Nacional de Obras Municipales que sustituiría al FISDL.

Lo actuado por la administración Bukele va en sentido contrario con la promesa del mandatario de aumentar significativamente el FODES para que las municipalidades dispusieran de mayores recursos para financiar proyectos de desarrollo local.

Durante su gestión como alcalde, de Nuevo Cuscatlán primero y de San Salvador después, Nayib Bukele se mostró siempre a favor de incrementar el FODES y fortalecer el rol de las municipalidades; y en su campaña electoral ésta fue una de sus principales ofertas.

Este atentado contra el poder local debería desatar más protestas contra el régimen bukelista. La situación amerita que los alcaldes, consejos municipales y la población de todos los municipios del país, especialmente de los más dependientes de la asignación del FODES, se levanten contra este nuevo atropello gubernamental.

Es esperable también que las protestas ciudadanas anunciadas para los próximos días y semanas incorporen en sus demandas el respeto a la autonomía municipal, el fortalecimiento del poder local y la asignación de mayores recursos para el desarrollo territorial.

Dios quiera que la ciudadanía honrada, decente y trabajadora no se quede solo observando cómo Bukele se desdice de cada una de sus promesas de cambio y que proteste con fuerza hasta revertir todas las medidas autoritarias, populistas, antidemocráticas y violatorias de derechos impuestas por la dictadura en ciernes.

Ojalá que así sea.

*Leonel Herera es periodista y director ejecutivo de ARPAS

 

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