INCA’S FUE EL PRIMER RESTAURANTE PERUANO EN EL EXTRANJERO, Y ALLÍ COMÍAN LAS ESTRELLAS DE HOLLYWOOD

Por: Milagros Lizárraga

La internacionalización de la gastronomía peruana empezó hace 60 años con el restaurante “Inca’s” en Los Ángeles, California.

El “Inca’s” abrió sus puertas en marzo de 1963, en la esquina de las calles Beverly y Berendo en la ciudad de Los Ángeles, consolidándose como el primer restaurante peruano en los Estados Unidos de América y el extranjero. 

Según Max Rodríguez Guillén, Director de la Oficina Comercial del Perú en Florida, en el presente hay aproximadamente 2000 restaurantes peruanos en EE. UU. 

El restaurante “Central” de Lima alcanzó en el 2023, por primera vez para el Perú y Latinoamérica, el puesto #1 entre los mejores del mundo, sin embargo, el “Inca’s” logró lo que en 60 años y con toda la fama que tiene la  gastronomía peruana en la actualidad, no ha podido lograr otro restaurante peruano: El convertirse en un lugar donde comen las grandes estrellas de Hollywood. 

“A Cantinflas le gustaban las papas rellenas, a John Wayne el chupe de camarones y el Inca Sour, a Cornel Wilde el anticucho, a Yma Sumac la papa a la huancaína y el ceviche, a Peter Graves (de Misión Imposible) el bistec a la chorrillana», comenta Gabriel Garciamendez mientras rememora algunos nombres de los personajes famosos que frecuentaban su restaurante “Inca’s”: “Rock Hudson, Elizabeth Taylor, Gregory Peck, Ricardo Montalban, Ida Lupino, Howard Duff, entre otros”.

El “Inca’s” hizo historia, no sólo por ser el primero fuera del territorio nacional, sino porque se posicionó entre los mejores restaurantes en una ciudad de alta competitividad y de importancia mundial como es Los Ángeles.

Gabriel Garciamendez se lanzó a esa gran aventura culinaria con sólo 24 años de edad, sin ser chef, ni tener experiencia previa en restaurantes. Garciamendez abordó la extraordinaria cruzada de llevar la comida peruana fuera del territorio nacional como un trabajo de la más alta diplomacia y con una visión adelantada a su época; haciendo en aquellos tiempos lo que los chefs peruanos hacen ahora: Adaptar los platos al ojo y gusto internacional para que sean no sólo aceptados, sino también preferidos.

Garciamendez se sabía  embajador del Perú por estar llevando la gastronomía peruana por primera vez fuera de casa y, siendo el buen servicio su bandera, llegó a lo más alto.

Llevaba 4 años buscando al propietario del “Inca’s”, el primer restaurante peruano en el extranjero, y al que personas de la comunidad peruana en L.A. evocaban con mucha nostalgia como un lugar muy especial que no ha sido igualado a la fecha. Era un restaurante de manteles largos, donde se servía el Inca Sour, tocaba un trío musical llamado «Incas» conformado por un peruano, un  boliviano y un ecuatoriano, y donde el ir a cenar era motivo de vestirse de traje y sacar a pasear el orgullo de ser peruano, me comentaban.

Gabriel Garciamendez estaba desaparecido del mapa, y con la pandemia el localizarlo se hacía más difícil, hasta que por azares del destino fue él quien me localizó a mí. Encontré a un peruano de lujo que hace honor a las historias narradas por terceros sobre él y su restaurante; y que va mucho más lejos y más alto de lo que algunos miembros de la comunidad peruana de antaño conocían sobre su persona.

Gabriel Garcíamendez, joven atleta peruano que ocupaba el tercer puesto nacional en lanzamiento del disco, era arquero del Club Universitario de Deportes, y formaba parte del equipo de remo del Club Regatas Lima, decidió probar suerte en los Estados Unidos de América llegando a New Jersey por primera vez en Setiembre de 1957. La idea que motivó a Garciamendez a emigrar fue la de continuar desarrollándose en el deporte y seguir una carrera universitaria para luego retornar al Perú.  En New Jersey tomó la decisión de alistarse en las Fuerzas Aéreas del país, donde pudo seguir cursos universitarios y viajó por diferentes partes del mundo. Luego de 5 años llegó a establecerse en Los Ángeles donde estaban su madre y padrastro que habían decidido también emigrar, por lo que sus planes iniciales de regresar al Perú dieron un giro. 

Garciamendez empezó a estudiar la carrera de arquitectura en L.A. y, calculando que la vida de estudiante no lo llevaría a alcanzar sus metas en el tiempo deseado, tuvo la osadía a la corta edad de 24 años, de abrir el primer restaurante peruano en el extranjero. 

Gabriel Garciamendez extrañaba su comida peruana, la cual no había encontrado en las diferentes ciudades del mundo donde había vivido, ni en EE. UU., por lo que decidió ofrecerla él mismo. Pensó en un inicio en abrir un quiosco, pero hablando con su familia decidió que un restaurante era lo más apropiado. 

Mientras transitaba en su auto por las calles de Los Ángeles a la salida  de la universidad, Garciamendez vio un restaurante chino cuyo local estaba en renta en el Wilshire District en el borde del Este de Hollywood. Gabriel Garciamemdez paró en seco, y allí nació el “Inca’s”: Primer restaurante peruano en el extranjero que se convertiría con el tiempo en lo que fue bautizado como “la embajada del Perú en Estados Unidos”.

 

El “Inca’s” era tema de conversación entre viajeros del mundo cuando salía a relucir el nombre del Perú y el de la ciudad de Los Ángeles; al restaurante llegaban clientes diciendo que tal o cual persona que habían conocido en tal o cual aeropuerto (o vuelo), les habían recomendado pasar por el “Inca’s” cuando estuviesen en L.A.

El restaurante se convirtió en un punto de encuentro por donde pasaban y se reunían personajes peruanos del mundo de la política, del espectáculo, del deporte, y de la colonia peruana en los Estados Unidos de América, a los cuales les podía tocar ser vecinos de mesa de una estrella de Hollywood en cualquiera de sus visitas al “Inca’s”.

Entre los muchos clientes famosos peruanos que estuvieron de paso por el “Inca’s” se encuentran la selección peruana de fútbol, que hizo una parada allí rumbo al mundial de México 70, y Violeta Correa, esposa del entonces presidente Fernando Belaúnde Terry. Correa y Belaúnde invitarían después a Garciamendez a su casa en Washington DC, donde Belaúnde le contaría, de sus propios labios (como cuenta emocionado Garciamendez), los acontecimientos del golpe de Estado de Juan Velasco Alvarado por el que fue derrocado y desterrado.

Gabriel Garciamendez era un dandy peruano en Los Ángeles, su inteligencia, diplomacia, humildad, voluntad de servicio, y condición atlética, le ganaron ser muy bien recibido en las más altas esferas de la sociedad angelina, desde donde promocionó la cultura peruana a través de su gastronomía, internacionalizándola en todo el sentido de la palabra.

Cuando uno llega o sale del aeropuerto internacional de Los Ángeles, lo hace en la terminal Tom Bradley, llamada en honor a quien fuese alcalde de L.A. y quien era, además, cliente asiduo del restaurante peruano “Inca’s”.

Garciamendez recuerda que Tom Bradley frecuentaba el “Inca’s” antes y después de ser electo alcalde, su plato favorito era el chupe de camarones aunque quería probar de todo, nos dice Garciamendez, quien ríe al recordar haber encontrado un día en el “Inca’s” a los 2 alcaldes de los Ángeles, Tom Bradley y su antecesor Sam Yorty, almorzando chupe de camarones.

Otro político famoso de Los Ángeles de dicha época fue John Ferraro, concejal del Distrito 4 y presidente de los concejales de L.A., en cuyo honor lleva el nombre el recinto de la alcaldía donde los concejales se reúnen en sesiones públicas para decidir el destino de dicha ciudad; así como el icónico edificio de “Water & Power” en el centro de Los Ángeles.  John Ferraro, quien había sido además jugador de fútbol americano, era también cliente asiduo del “Inca’s”, gustaba del lomo saltado, chupe de camarones, anticuchos, y papa rellena, jugaba racquetball con Gabriel Garciamendez en «The Los Angeles Athletic Club», y le otorgó una hermosa placa de reconocimiento al “Inca’s” por sus aportes durante 18 años a la ciudad de L.A.

Gabriel Garciamendez, además de abrir el primer restaurante peruano en el extranjero, abrió la primera escuela de mozos en los Estados Unidos de América, fue el 4to presidente (chairman) de “The Los Angeles Athletic Club”, formó el “Club La Unión de L.A.”, fue presidente de la organización “Tumi”, fue periodista y editor de revistas y periódicos en español e inglés, siendo miembro de la Asociación de Periodistas de L.A., y  corresponsal delegado de la Cámara de Diputados del Perú.

Gabriel Garciamendez se encargó, junto con el sr. Gonzalo Checa (quien trabajaba en el diario “La Opinión”) de realizar los primeros eventos en celebración de las Fiestas Patrias Peruanas en Los Ángeles, y lo hicieron por todo lo alto, llenando lugares como el Pantages, Beverly Hilton, Hollywood Palladium, Ambassador, California Yacht Club, Riviera Country Club – Pacific Palisades, y trayendo músicos desde Perú como Los Morochucos y Jesús Vásquez, los cuales también tocaron en el “Inca’s”. 

Al “Inca’s” no se le subió la fama a la cabeza; era un restaurante cuyo lema era servir y cuyo equipo gozaba haciendo felices a sus clientes, al punto de ofrecer platos estilizados para el gusto de comensales extranjeros, y si un cliente peruano se quejaba porque no era el suculento plato de comida al que estaba acostumbrado, lo regresaban a la cocina con el comando: ¡Plato para Peruano! y los cocineros ya sabían cómo servirlo; convirtiéndose en un restaurante  favorito para foráneos y peruanos.

Garciamendez tiene la teoría (aún no corroborada) que las Fajitas mexicanas  se originaron como una variación del Lomo Saltado peruano, así mismo el ceviche mexicano a partir del ceviche peruano. Según recuerda, nunca antes en sus viajes a México ni en EE. UU. encontró estos platos dentro de la cocina mexicana, sino hasta después de que el “Inca’s” se estableciera en Los Ángeles, donde entre sus comensales había también muchos clientes latinoamericanos. Garciamendez recuerda los comentarios de los clientes de origen mexicano que estaban fascinados con la gran variedad de platos de la comida peruana, tan diferentes entre sí y exquisitos cada uno en su propio estilo. 

El menú del Inca’s ofrecía los llamados «piqueos» que habían bautizado con nombres de ciudades y culturas peruanas como Callao, Piura, Chavín, Chimú, los cuales daban a los comensales la oportunidad de explorar una variedad de platillos peruanos en pequeñas porciones. Dicho menú educaba a los clientes sobre la comida peruana. En la introducción de la carta había una reseña sobre la historia y la diversidad de la gastronomía del país, sus regiones y productos, haciendo gala de la gran variedad que el Perú ofrece para los paladares más sibaritas: 

«No tenemos la carta completa en este restaurante (prácticamente necesitaríamos unas 50 páginas para la carta). Hemos diseñado este menú de manera que siempre tengamos platos permanentes, pero iremos introduciendo diferentes platos como «especial de la casa». Como sabrán, este es el primer restaurante típico de este tipo fuera del Perú. Nos gustaría contar con su sincera opinión en los diferentes platos que probarán, así sabremos cuál es la demanda del público y pondremos su plato favorito en la lista Permanente».   Estaba escrito en el menú del “Inca’s”. 

Periódicos como Los Angeles Times y revistas en inglés escribían sobre el Inca’s, ya sea por su comida peruana, sus clientes famosos, la escuela de meseros, o la labor social de sus dueños.  

 

Garciamendez comenta que al principio el barrio en donde estaba el “Inca’s” era predominantemente judío y que con los años se volvió un barrio latino. Recuerda cómo fue aumentando la sinergia de la comunidad peruana alrededor de su local: “Vivo a una cuadra del Inca’s”, “trabajo a tal distancia del Inca’s”, su restaurante era tomado como punto de referencia entre los miembros de la comunidad peruana en Los Ángeles quienes iban allí después de terminar su trabajo de valet parking, meseros, bartenders, o que regresaban de una jarana. “Todos terminaban en el Inca’s”, recuerda Garciamendez como si los estuviese viendo en su mente; “incluso antes de empezar su trabajo, como Carlos Neyra, encargado de la distribución del “L.A. Times” que pedía siempre «un ratito más» antes de cerrar”, continúa Garciamendez, mientras explica que, atendiendo las necesidades de su público, el “Inca’s” cerraba a las 3am a diferencia de la mayoría de restaurantes de la ciudad. 

La madre de Gabriel Garciamendez, Ofelia Mendez Vinazza, empezó a dar lo que denominaba “pensión” (comida diaria a cambio de un cómodo pago semanal) a jóvenes peruanos, muchos de ellos estudiantes, que encontraron en el “Inca’s” un pedacito del Perú que los acogía con amor de patria en el extranjero. Ellos llamaban a la sra. Ofelia tía y ella los llamaba sobrinos. El primero en recibir los potajes del “Inca’s” a manera de “pensión”, fue Tito Calambrogio, quien abriría después su propio restaurante en Studio City, recuerda Garciamendez con nostalgia. 

Gabriel Garciamendez, quien unió su apellido paterno con el materno en honor a su madre, le da crédito a ella como un factor primordial para el éxito del “Inca’s”. Ofelia Mendez puso en segundo plano su carrera como diseñadora de modas (la cual había tenido éxito en Lima) para ir al rescate de su hijo haciéndose cargo de la cocina del “Inca’s” cuando el primer chef que contrató Garciamendez no funcionó. 

Ofelia Mendez se convirtió en la mano derecha de Gabriel, juntos lograron idear la manera de que los platos peruanos llegasen con éxito al gusto norteamericano. Con el tiempo contrataron a otros chefs, aprendiendo de cada uno de ellos, mientras los chefs (que no eran peruanos) aprendían a cocinar la comida peruana bajo la supervisión de Ofelia. 

Ofelia Mendez también cumplía con muchas labores sociales en Los Ángeles, llevando la diplomacia y el activismo a otro nivel, y recibiendo al final de su vida un homenaje por parte de los concejales de la ciudad; quienes al ser conocedores de su fallecimiento, se pusieron de pie en la alcaldía como tributo y reverencia a ella al final de su sesión del 16 de abril del 2010.

El éxito del “Inca’s” animó a otros compatriotas peruanos a atreverse a ser también embajadores del Perú en L.A. usando como vehículo uno de los mayores tesoros del país: Su gastronomía.

Varios restaurantes peruanos abrieron en Hollywood siguiendo los pasos del “Inca’s”: “La Perricholi”, “El Chalán”, “Chavín”, “Machu Picchu”, siendo el más reconocido el “Peruvian Room” de Kenny MacKenzie, quien después abriría los clubes nocturnos “Florentine Gardens” y “Tropicana” en Hollywood.

Al preguntarle a Garciamendez cuál considera fue la razón por la que los restaurantes peruanos que abrieron después del “Inca’s” se situaran en Hollywood en lugar de irse hacia el Wilshire District, Garciamendez lo atribuyó a Kenny Mckenzie, Hugo Zapata y su grupo. “Ellos fueron los responsables”, nos dice Garciamendez: “Eran jóvenes peruanos a los que llamaba “rebeldes sin causa” ya que me recordaban a James Dean; eran los promotores de hacer cosas y su punto de reunión era un mercado grande “El Rancho Market” en la calle Vine en Hollywood”.

Garciamendez nos cuenta que el “Inca’s” también ocupó un papel en la historia de la comida peruana en New York; que el primer restaurante peruano, a inicios de la década del 70 en Nueva York, fue el “Inti Raymi” de Julio y Vita Astorga. Vita trabajó en la cocina del “Inca’s” junto a la madre de Garciamendez y Julio (quien era primo de Ofelia Mendez) ayudó en la construcción del salón de banquetes del “Inca’s” antes de mudarse a Nueva York.

Si en el siglo XXI un chef llamado Gastón Acurio logró poner a la cocina peruana en las grandes ligas del mundo utilizando como una herramienta a su programa televisivo; Gabriel Garcíamendez, medio siglo antes, hacía una labor parecida con la gastronomía peruana en EE. UU., utilizando a los medios de comunicación impresos para ello. 

Era una época en la que la prensa en español en Los Ángeles se circunscribía a “Univisión” y “La Opinión”, por lo que ser periodista y editor de las revistas latinas: Panorama, Eventos Latinos, ideas, TV guide en español,  fue clave para el marketing del “Inca’s”. Gabriel Garciamendez logró entrar a los círculos de Hollywood, siendo invitado a cubrir los premios “Oscar” y “Golden Globe”, donde tuvo acceso directo a las estrellas entre las que difundía la gastronomía peruana invitándolas a ir a probarla en el “Inca’s”.

Otros peruanos como Antonio Panta y Ricky Torres que trabajaban en las producciones de cine de Hollywood, y el afamado tenista peruano Alex Olmedo, fueron también esenciales. Ellos llevaban a gente famosa con la que trabajaban y frecuentaban al “Inca’s”, comenta Garciamendez, cuyo activismo y gran labor en la ciudad de L.A. jugó también un rol importante en el éxito de su restaurante, logrando hacer conocido al “Inca’s” entre políticos, empresarios y deportistas importantes de la ciudad. Del resto se encargó la riqueza de la gastronomía peruana (mundialmente reconocida ahora), la buena sazón, gran atención, y maestría creativa del “Inca’s”.

El equipo del “Inca’s” disfrutaba haciendo probar a sus clientes platos que los norteamericanos consideraban exóticos. Garciamendez recuerda al actor Cornell Wilde, quien al enterarse que la exquisitez que acababa de degustar no estaba hecha de filet mignon sino de corazón de vaca, solicitó al “Inca’s” hacer catering para una fiesta en su casa pidiendo especialmente que preparasen anticuchos de corazón y le otorgasen el privilegio de decirles él mismo a sus invitados el ingrediente de dicho platillo. Cornell Wilde realizó  esta tarea como siguiendo el guión de una serie de Netflix: En el momento en el cual sus invitados saboreaban gustosos los anticuchos, Cornell Wilde se paró en una silla desde donde les dijo que la delicia que estaban comiendo era corazón de vaca. Garciamendez ganaba así la mejor publicidad para el “Inca’s” y la cultura culinaria del Perú, el boca a boca nada menos que de las estrellas de Hollywood.

El éxito del “Inca’s” llevó a Garciamendez, después de más de una década de estar en la esquina de las calles Beverly y Berendo, a abrir un segundo local en Beverly Hills. El local estaba en una zona exclusiva y su éxito fue inmediato. El segundo “Inca’s”, situado en 427 North Camden Dr., Beverly Hills, se mantuvo muy ocupado desde su inauguración, teniendo largas colas de espera. Lamentablemente con la compra del local, sin haberse percatado, Garciamendez heredó una deuda considerable de su antiguo dueño, lo que dio por resultado la venta del restaurante en Beverly Hills, la bancarrota, y el fin de ambos “Inca’s”.

Garciamendez supo reinventarse teniendo gran éxito financiero como agente de Bienes Raíces e inversionista. El aprendizaje y experiencia acumuladas a lo largo de su vida, lo llevó a ser un exitoso «life coach» (entrenador/consultor de vida) para lo que decidió ingresar a la universidad a la edad de 60 años para culminar los estudios que había dejado en una larga pausa, y obtener un título profesional, que consideraba le serviría en esta etapa de su vida como respaldo para su trabajo. 

Garciamendez no sólo obtuvo un título universitario; a los 69 años de edad obtuvo también 2 maestrías, en “servicios humanos” y “desarrollo de organizaciones”, sumando esos cartones a los numerosos certificados, por parte del sector gubernamental y privado de los Estados Unidos de América, que había recibido en reconocimiento a su labor a lo largo de los años.

Gabriel Garciamendez ha tenido a grandes maestros de “life coach” convirtiéndose él mismo en otro ampliamente reconocido;  ha dado, y continúa dando en el presente, consultoría a profesionales, personas de negocios, deportistas, y emprendedores de EE. UU., muchos de los cuales gozan de fama y prestigio en sus respectivos campos de trabajo.

Ruth Taiman Zapata, esposa y compañera de más de 50 años de Gabriel Garciamendez, a quien conoció cuando fue a buscar trabajo en el “Inca’s” y quien también fue parte del éxito del restaurante, falleció después de una larga enfermedad en Diciembre del 2022, motivo por el que Garciamendez estuvo apartado; mas nunca inactivo. 

Gabriel Garciamendez, continúa sorprendiendo al mundo; acaba de terminar de escribir un libro que es una guía de vida para personas de negocios y emprendedores, la cual está generando mucha expectativa entre los personajes del sector financiero de los Estados Unidos que lo conocen. 

Garciamendez desea dejar un legado basado en lo aprendido a lo largo de su vida, que lo ha llevado a reflexiones muy profundas sobre el propósito del ser humano en su paso por la Tierra.  Su libro, que promete ser un bestseller, estará siendo lanzado oficialmente muy pronto.

 

 

Extensa entrevista a Gabriel Garciamendez en video:

 

Menú del primer restaurante peruano fuera del Perú:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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