La farsa electoral gringa en la hora final… y ¿El pueblo qué?

El día de votación es un día laboral. Es decir que para poder votar millones de trabajadores deben pedir permiso y es potestad de los patrones dárselo o no.

El día 21 de enero del 2010, la Corte Suprema de Justicia quitó de la legislación las leyes que prohibían a la industria privada contribuir a las campañas políticas. Ya no hay límites. Diferentes formas se han forjado para que las grandes industrias a través de sus lobby o directamente, financien las campañas de los dos candidatos. La simbiosis que antes era oculta ese día se desnudó. En estas elecciones de noviembre están en venta, perdón, se van a elegir, un Presidente, 33 senadores y 435 representantes a la Cámara.

En la reciente Convención Republicana, habían palcos especiales, encima del sitio de la Convención, donde llegaban o estaban los grandes financiadores de las campañas, los hombres y mujeres más ricos de Estados Unidos. A través de ventanas observaban el carnaval, donde se ratificó a Mitt Romney, como el rival del Emperador Obama. Ya no hay cuentas de la cantidad de dinero que se gasta en cada campaña, cada cuatro años. Son miles de millones de dólares. Oficialmente se habla de más o menos ochocientos millones de dólares por campaña.

¿Quien elige al Emperador o mejor quien decide su nombre en los Estados Unidos?

Los dos partidos, eligen su candidato en las llamadas primarias. Sobre un abanico y en gran disputa mediática y por supuesto económica, se declara el seleccionado que viene financiado por los grandes lobby, por todos los clubes de amigos y los donantes mayores. Los grandes oligarcas dueños de las compañías transnacionales petroleras, los emporios mediáticos, los grandes bancos y el complejo militar-industrial, imponen su candidato y luego gobiernan cuando él sea elegido Presidente.

Cada mediana y gran industria financia la campaña para que después cuando salga elegido el candidato se les otorguen los contratos o se legisle a su favor. Muchos de estos donantes lo hacen a ambas candidaturas, sin rubor, como parte de la inversión necesaria para su desarrollo como empresarios. Eso ya es parte de la cultura electoral yanqui.

Los matices que diferencian las candidaturas y sus programas alcanzan para que los ánimos de la población sean estimulados. La presencia en Obama de cuestiones sociales, de impuestos a los más ricos, del Seguro de Salud o Medicare y de algunas libertades y controles, con respecto al aborto, a los homosexuales, al uso de armas, a los inmigrantes y al desarme estratégico, son diferencias que suscitan grandes debates y «llenan de democracia y libertad» la ausencia de transformaciones estratégicas y sobre todo de cambios en la política militarista y de Asalto al mundo que lleva adelante el gobierno yanqui.

El barniz que cubre las verdaderas fauces de acero del establecimiento imperialista, todavía cubre el rostro de Obama y lo hace simpático a grandes masas de estadounidenses. Con las dos Convenciones realizadas y los dos candidatos electos arrancó la segunda parte de esta farsa que culmina en Noviembre. Ya se han realizado los debates en vivo, por la televisión, importantísimos para una sociedad tan mediática como la estadounidense.

De nuevo el afronorteamericano Obama ahora contra un ultrarreaccionario anglosajón llamado Mitt Romney. Dos símbolos de los nuevos Estados Unidos. Obama, prestigioso abogado que ha sabido mantener en el mundo el dominio yanqui y sobrellevar la crisis a lo interno, contra el mormón blanco y racista, acaudalado y exitoso hombre de negocios, que promete más de lo mismo, pero para los más ricos del país.

El poder conjugado de los emporios mediáticos con el control policíaco y estatal; la profunda soberbia que han inoculado en el pueblo y una planificada ausencia de cultura política; el extremo individualismo y la lucha despiadada por la subsistencia en la más profunda crisis social en décadas; el engaño del discurso electoral y la utopía del sueño americano, todo esto se conjuga en la realidad de cada uno de los pobladores de Estados Unidos que van a votar de nuevo como cada cuatro años por quien le pondrá la soga en el cuello y asolará en su nombre al resto del mundo.

El pueblo de los Estados Unidos tiene un papel esencial en la transformación del mundo en un lugar donde la justicia social y la equidad sea para todos los seres humanos, incluido el mismo. La toma de conciencia es lenta pero continua, en medio de la gigantesca crisis social. Los movimientos de los Occupy, de la contracultura, de los veteranos a las guerras imperialistas, son muestra de una simiente que está ahí y nos llena de esperanza.

Que despierte el Leñador!!, como decía el poeta nacional estadounidense Walt Whitman.

Fuente: REVISTA INSURRECCIÓN/ARGENPRESS.Info

 

 

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