Los pensamientos negativos segregan veneno

Con motivo del día mundial de la salud que tuvo lugar el pasado 7 de Abril, la Directora de esta Organización mundial, Margaret Chan, declaró: “Pensar y planificar de cara al futuro es lo más inteligente. El número de emergencias y catástrofes está aumentando en todo el mundo. Esa tendencia continuará a medida que los procesos de urbanización provoquen hacinamientos de población en lugares no seguros y el cambio climático haga que aumente la frecuencia de los fenómenos climáticos extremos. Hemos de pensar que habrá un número creciente de zonas que estarán expuestas a desastres naturales“. Los cientificos en el ultimo año han informado ampliamente sobre los graves problemas que ocasionará el cambio climático y como consecuencia de éste, los grandes desplazamientos de población, por este motivo es acertado que la Organización Mundial de la Salud prevea soluciones ante un futuro tan poco halagüeño.
Sin embargo pocos son los cientifícos o expertos médicos que dan un paso más sobre  el origen de las enfermedades, o cómo se ocasionan los conflictos bélicos, ni siquiera cuales son los motivos para un futuro tan poco alentador. Se podría decir que todo comienza en nuestros pensamientos negativos pues estos depositan sustancias venenosas en el sistema nervioso. Los pensamientos hostiles conducen a descargas en el sistema nervioso y los nervios emiten venenos. En el Libro titulado “Origen y formación de las enfermedades“ leemos: «Los nervios que están en fuerte tensión segregan venenos que según sea la vibración corporal de cada uno, atacan a órganos débiles o envenenan a todo el cuerpo. A través de la eliminación de venenos nerviosos se puede declarar la llamada fiebre nerviosa, que a través del sistema nervioso central pone en vibración a todos los nervios, de modo que todo el organismo se calienta, es decir, se afiebra».
Es decir, somos nosotros los que nos afiebramos a nosotros mismos calentándonos con pensamientos negativos, pensamientos ardientes. Tanto una pelea casera, como toda una guerra es algo muy ardiente y así se calienta también todo el ánimo, llegando la perturbación también a las células. Estamos hablando de inflamación, se inflama una discordia, pero también se inflama una enfermedad. A través del sistema nervioso se eliminan entonces sustancias venenosas y éstas van al cuerpo. Se podría entonces decir que la guerra empieza primero en nuestros pensamientos. A menudo empieza por deseos, por ansiedades, por pasiones que si no se satisfacen llevan a la agresión, luego al odio, a la envidia y a la hostilidad. Todo esto tiene su efecto en nuestro cuerpo, con lo que en definitiva nos hacemos la guerra a nosotros mismos y esta guerra con el tiempo nos endurece. Esta dureza también se manifiesta en la estructura celular, con lo que la estructura celular se convierte en antagonismo, y no puede desarrollar sus funciones armoniosamente ya que no fluye la armonía por ella.
De la historia sabemos que los antiguos espartanos endurecían a sus hijos para la guerra. Por lo tanto, este embotamiento en nuestras sensaciones es la condición para hacer la guerra, pero es también la condición para que nuestra estructura celular se endurezca, se enfríe. La frialdad en nosotros conduce a la frialdad del corazón y muchos corazones frios regados con millones de pensamientos de odio, enemistad, codicia, celos y envidia conducen a un conflicto armado, del que luego pocos saben como se inició ni tampoco cómo salir.
Justamente la dureza, la agresividad, la brutalidad es lo que se presenta hoy como un valor en alza en nuestra sociedad, mostrandose en muchas ocasiones en los medios de comunicación incluso en las peliculas como signo de valor. Con esto la enseñanza pacifista de Jesús de Nazaret es tambien en los paises denominados cristianos, prácticamente puesta del revés, pues en la medida en que se endurecen los seres humanos, se endurecen sus conciencias, lo que es igual a perder los escrúpulos. Hoy día lo que se denomina “sentir“ es algo que tiene cada vez más dificultades en este mundo. ¿Sabemos de verdad cómo sentimos? ¿Nos hemos endurecido ya acostrumbrados a tanta violencia? ¿Queremos seguir endureciéndonos y con ello enfermando cada vez mas? Si no es así deberíamos reorientar nuestra vida a la elevada ética que trajo Jesús de Nazaret y a la moral del Sermón de la Montaña que es valida hoy más que nunca para todos los pueblos y razas, pues en ella encontramos la clave para una vida pacifica y feliz, tambien la clave para salir de guerras y conflictos y la solución para que la Tierra vuelva a ser un lugar habitable y sano.
Maite Valderrama
www.radio-santec.com
 
¿Estamos preparados para que el clima cambie nuestra vida?
El futuro del planeta Tierra ya ha sido explicado de forma amplia y drástica por las Naciones Unidas a través de algunos informes sobre el clima, en los que se daban detalles del calentamiento global de la Tierra el cual traerá inundaciones, sequías, derretimiento delos glaciares y de los polos y aumento del nivel del mar. Los medios de comunicación han tratado este tema con mucha profusión dando titulares como: « ¿Se acerca la humanidad a su fin?» o « ¿Se puede aún salvar la Tierra?».
Un aspecto realmente importante de los informes de la ONU referentes al clima, es el hecho de que por fin se puede afirmar que el problema del calentamiento del planeta está causado por el ser humano. Desde ese momento parece que los politicos han despertado, incluso algunos piensan que no pueden seguir haciendo las cosas como hasta ahora. Sin embargo los ciudadanos de a pie la mayoria de las veces no nos enteramos de la situación en que nos encontramos realmente. Es posible incluso que la ciencia no haya destapado aún todo lo que sabe con respecto al cambio climatico, quizás los politicos quieran protegernos de lo que nos produciría un Shock, sin embargo esta es una decisión equivocada, ya que con el estar desinformados se impide tambien que se tomen las medidas correctas.
A final de enero, en la ciudad de Lübeck volvieron a reunirse investigadores para preparar el próximo informe sobre el clima. Simultáneamente la Cruz Roja publicaba un estudio que explicaba que en los últimos 29 años las catástrofes de la naturaleza se han duplicado. En la actualidad se podría decir que cada año se producen 400 catástrofes naturales, mientras que hace 20 años se producían unas 200. Por tanto, es previsible que en el futuro vayan en aumento. No obstante habría que señalar que los mismos investigadores han de ir variando continuamente sus cálculos, puesto que sus propias previsiones van cambiando significativamente, dándoles tras cada estudio, resultados menos alentadores.
Tanto los informes de la ONU como los científicos coinciden en que las personas más afectadas serán las que viven en zonas costeras, es decir, el 80% de la población mundial sufrirá tempestades marinas, inundaciones, movimientos sísmicos y actividad volcánica.
La contaminación de ozono se está convirtiendo en un problema mundial. Sobre todo en algunas zonas de África, los valores de ozono se han duplicado en dos años. El consumo de energía que aumenta mundialmente conduce a un aumento en gran medida de la cantidad del mismo, y con ello disminuye globalmente la calidad del aire. El hielo de la Antártida occidental se derrite con más rapidez de lo supuesto hasta ahora. La capa de hielo pierde en el año 250 Km3 de agua congelada. Algunos cálculos han demostrado que las placas tectónicas bajo el territorio de Alaska se mueven más libre y rápidamente cuando disminuye el peso de los glaciares.
Según la OMM desde el año 1991 hasta el año 2000, 210 millones de personas estuvieron afectadas por catástrofes naturales relacionadas con el agua y el clima. La Cruz Roja y la Media Luna Roja calculan que sólo por catástrofes de las aguas mueren anualmente 3,4 millones de personas. Ámbitos como el área mediterránea se secarán cada vez más a causa del cambio del clima. La elevación de las temperaturas continuará evaporando las aguas que se encuentran en terrenos que ya de por sí son secos.
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) señaló que la producción ganadera es una de las causas de los problemas ambientales más apremiantes del mundo, como el calentamiento del planeta, la degradación de las tierras, la contaminación atmosférica y del agua, y la pérdida de biodiversidad. Con una metodología que contempla la totalidad de la cadena del producto, el informe estima que el ganado es responsable del 18% de las emisiones de gases que producen el efecto invernadero, un porcentaje mayor que el del transporte. Sin embargo, añade, el sector pecuario podría contribuir en igual medida a la solución de esos problemas y por un costo razonable podría mejorar mucho esta situación.
Por otra parte el metano ha aumentado notablemente desde 2007, entre los motivos está la ganadería intensiva, pero también que los suelos de permafrost de Siberia se descongelan cada vez más, liberando a la atmósfera grandes cantidades. Algunos científicos afirman que a corto plazo se reducirá el número de cabezas de ganado sobre la Tierra, ¿pero como reducir las emisiones de los 12 billones de metano existentes bajo los océanos y que se liberan cuando la temperatura del mar sube 5º o más? La liberación a la atmósfera del metano contenido en los océanos podría provocar desplazamientos terrestres con sus correspondientes Tsunamis, ya que el hidrato de metano estabiliza las vertientes continentales como si fuera una sustancia cementosa.
 

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