Más de 1.100 exfuncionarios del Departamento de Justicia de Estados Unidos están pidiendo la renuncia del fiscal general, William Barr, después de que este interviniera para reducir la recomendación de sentencia efectuada por el Departamento de Justicia para Roger Stone, ex asesor de campaña y viejo amigo del presidente Donald Trump.
En una carta abierta publicada el domingo, los exfuncionarios escribieron: “Los Gobiernos que utilizan el enorme poder de los organismos judiciales para castigar a sus enemigos y recompensar a sus aliados no son repúblicas constitucionales, son autocracias”.
Barr intervino en el caso luego de que Trump calificara la recomendación de sentencia para Stone de entre siete y nueve años como un “error judicial”.
Cuatro fiscales federales se retiraron del caso, y uno renunció a su cargo, por las medidas tomadas por Barr.
El viernes, Trump afirmó que tiene el poder de intervenir en casos penales. En respuesta a las afirmaciones hechas la semana pasada por Barr en las que sostuvo que Trump nunca le ha pedido que “haga algo en un caso penal”, Trump tuiteó: “¡Esto no significa que yo no tenga, como presidente, el derecho legal de hacerlo; lo tengo, pero hasta ahora he elegido no hacerlo!”.
Un grupo de nueve senadores demócratas, entre los que se incluyen los precandidatos presidenciales Elizabeth Warren y Bernie Sanders, también solicitaron la renuncia de Barr en una carta abierta publicada el viernes.
Mientras tanto, según se informó, el fiscal general Barr asignó a un fiscal externo para revisar el caso penal contra el ex asesor de seguridad nacional de Trump Michael Flynn, quien se declaró culpable en 2017 de mentir a investigadores federales sobre las conversaciones que mantuvo con el embajador de Rusia en Estados Unidos.
