Patrimonio histórico y cultural en el oriente salvadoreño

Los bailarines utilizan un comal de barro negro en su presentación. Foto: Miguel Ángel Álvarez

Por Miguel Ángel Álvarez/enviado especial

GUATAJIAGUA, El Salvador.- La fabricación de artesanías de barro negro es un patrimonio histórico y cultural de esta población lenka del departamento de Morazán, en el oriente salvadoreño, que se transmite de generación en generación.

Bajo esa premisa, se celebró este domingo 6 de noviembre el Primer Festival de Artesanías del Barro Negro y del Maíz, organizado por la Parroquia San Sebastián, Mártir, que también cubre las poblaciones vecinas de Yamabal y Sensembra.

La niña Evelyn Guadalupe Álvarez luce su traje hecho con material de la planta de maíz. Foto: Miguel Ángel Álvarez.

Gracias al esfuerzo que muchas familias de Guatajiagua hacen para que ese patrimonio cultural no se pierda, aunque ya no es igual el auge que esos productos artesanales tenían en el siglo pasado, más que todo en las zonas rurales.

En esa época era normal ver a hombres de rasgos indígenas con cargas pesadas sobre sus espaldas, sostenidas por una faja especial que se colocaban en la frente; y así bajaban a las ciudades más grandes a vender sus artesanías, que se utilizan como utensilios en la cocina.

Comales de barro negro para cocer tortillas, pupusas o riguas. Foto Facebook.

Cabe destacar que la mayoría de artesanos del barro negro son mujeres y niñas, quienes dedican largas horas en la fabricación de ollas, comales, sartenes, cántaros, muñecos y otras artesanías que usan ese material que extraen de un cerro ubicado en las inmediaciones de esa ciudad.

Los asistentes al Festival pudieron disfrutar los productos del maíz, muy populares en los hogares salvadoreños como son los elotes locos, riguas, tamales y atol, que son elaborados a base de maíz tierno.

Grupo de Danza de Yamabal. Foto: Miguel Ángel Álvarez.

Los encargados de poner el toque musical, fue el grupo de música andina Guataoxia, así como la actuación de bailes folklóricos, por el grupo del Instituto Nacional de Yamabal, quienes bailaron conocidas piezas del folklore y música tradicional salvadoreña como “Las cortadoras” o “El Xuc”. Los chiquitines se divirtieron con la participación del payaso El Sopladito, que puso a bailar a los más pequeños.

Grupo de música andina Guataoxia. Foto: Miguel Ángel Álvarez.
Estudiantes del Instituto Nacional de Yamabal. Foto: Miguel Ángel Álvarez.
«El Sopladito» puso a bailar a los más pequeños. Foto: Miguel Ángel Álvarez.
El barro negro también se puede pintar de rojo. Foto: Miguel Ángel Álvarez.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos Relacionados

  • Escritores rechazan participar en los premios literarios de PEN America

  • Entre besos y sabáticos

  • Grandes espectáculos teatrales para el 2024 en Lima