Periodistas latinos cuentan la historia de esa comunidad en Washington

Por Ramón Jiménez

Periodistas de diferentes medios de prensa latinos en Washington hicieron un recuento de algunos de los hechos más relevantes —positivos y negativos— que ha vivenciado esa comunidad en más de cuatro décadas en la capital estadounidense; también contaron parte de sus propias historias como inmigrantes y su relación directa con ese grupo a través de su profesión.

Por supuesto que salieron del archivo de los recuerdos el inicio de los primeros latinos a mediados y a finales de la década de los años 50, cuando los latinos en la capital del país eran muy escasos. Ahí se coló el cubano Ramón Irigoyen, luego el mexicano Juan Ramón Fernández y el colombiano Iván Quiñónez en la década de los años 60.

Mario Sol, Rebeca Logan y Santiago Távara/Foto Ramón Jiménez.Luego con la llegada de grandes activistas de la talla de los puertorriqueños Carlos Rosario y Marcelo Fernández; del cubano Emilio Perche Rivas, de las borícuas Sonia Gutiérrez y Marina Félix y la cubana Casilda Luna, la comunidad fue tomando una mayor relevancia en el Distrito de Columbia.

Fue así como inició el Festival Latino. Aunque al principio fue una celebración muy modesta, según narró el periodista Mario Martínez y Palacios, con los años fue creciendo tanto que tuvo que salirse del barrio latino para celebrarse en los alrededores del Monumento a Washington, y luego en la Avenida Pennsylvania, donde la asistencia ya se contaba por cientos de miles.

“El Festival Latino no comenzó como un evento cultural sino como una demostración de poder y de orgullo latino”, dijo Martínez y Palacios, quien por muchos años trabaja para la Organización de los Estados Americanos (OEA) y fue uno de los panelistas en la discusión desarrollada en el Teatro Warner Bros del Museo Nacional de Historia Americana.

José Sueiro, Mario Sol, Ernesto Clavijo y Mario Martínez/Foto R. Jiménez.

Martínez y Palacios también recordó que uno de los eventos culturales de mayor trascendencia para la comunidad hispana fue cuando la OEA trajo a Washington al comediante mexicano Mario Moreno «Cantinflas», para investirlo con el Premio Interamericano de Cultura por su contribución al mundo de las artes.

Aparte del acto principal en el Salón de las Américas del organismo regional, lograron traer a Cantinflas a un acto multitudinario conducido por Martínez y Palacios, que se llevó a cabo en el Parque Kalorama, en el sector de Adams Morgan.

«Una de mis frustraciones como periodista es no haber entrevistado a Mario Moreno, la persona, solamente a «Cantinflas» el personaje. Todas las preguntas que le hice en esa direccion me contestó con pura cantinflada», se lamentó Martinez y Palacios.

Otro de los periodistas participantes en la discusión fue el boliviano Ernesto Clavijo, director de noticias de Univisión Washington, quien llegó a la región metropolitana a finales de la década de los años 70, huyéndole a los constantes golpes de estado en su país.

De igual manera llegó a esta capital —debido a la inestabilidad política y socio-económica de su país— el salvadoreño Mario Sol, actual presentador de noticias de la cadena Univisión a nivel local.

“Me quedé sin trabajo y sin poder estudiar en la universidad, por eso me vine para Washington”, recordó Sol, quien antes de ser presentador de noticias televisivas fue locutor de la desaparecida Radio Mundo y otras emisoras radiales.

“Pero también trabajé como asistente de pintor y en otras labores que no me gustaban pero tenía que hacerlas, mientras encontraba algo mejor”, agregó.

Sin embargo, durante las dos horas que duró la presentación también se mencionaron casos donde los latinos han sacado la peor parte, como fue la quiebra del Banco Latino (Inversiones y Ahorros Latinos) a principios de los años 90, donde más de 3 mil salvadoreños perdieron los ahorros de toda su vida en esta ciudad. La suma que perdieron oscila entre 6.5 millones y 13 millones de dólares.

También a principio de los años 90 (mayo 1991) se dieron los grandes disturbios del barrio de Mount Pleasant, donde turbas enardecidas saquearon e incendiaron negocios, vehículos —incluidos los de la Policía Metropolitana del Distrito de Columbia—, después que una agente baleó a un salvadoreño.

Los disturbios finalizaron tres dias después, hasta que intervino la Guardia Nacional de Estados Unidos, que llegó en auxilio de los agentes de la Policía Metropolitana de la capital, que no supieron qué hacer ante ese nuevo reto.

Ese tema fue desarrollado por el periodista Santiago Távara, de la agencia NOTIMEX, y reforzado por José Sueiro y Rebeca Logan.

Logan también hizo un recuento de todas las penalidades que enfrentaron cientos de familias inmigrantes en el complejo de apartamentos Arna Valley, ubicado en el sector de Alexandria, Virginia conocido como Chirilagua.

Finalmente estas familias, contó Logan, perdieron sus viviendas, porque en lugar de sus humildes apartamentos fueron construidas unidades de lujo, con pagos fuera del alcance para ellos. De esa forma tuvieron que mudarse para otras áreas alejadas de donde muchos habían crecido desde pequeños.

Al final de la discusión el activista puertorriqueño Roland Roebuck exigió a los periodistas presentes una mayor cobertura de la comunidad afrolatina, a la que él pertenece.

«Muchas veces permanecemos silenciados o nos ignoran; eso es injusto. Espero que los medios en el futuro sean más serios y nos tomen en cuenta», enfatizó Roebuck, durante el evento auspiciado por Instituto Latino del Smithsonian y el Museo Nacional de Historia Americana.

 

 

 

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