Perú: Una mirada turística al alejado distrito de Putis en Ayacucho

Otrora deshonrada comunidad andina, ofrece hoy una vía al turismo ecológico y cultural en el Perú

Por Ángel Mendoza. Cortesía en Especial para METROLATINOUSA. Textos y fotos

Ayacucho, Perú – Las aldeas rurales del interior de Perú, en los últimos 30 años salieron del anonimato a raíz de sus desgracias y constantes atropellos a los derechos humanos por grupos represores del Estado peruano y los terroristas que desde 1980 al 2000 diezmaron muchas comunidades que encontraron a su paso.

Uno de esos caseríos “inexistentes” hasta el informe del año 2003 de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) fue Putis donde en diciembre del año 1984 fueron asesinados 123 personas entre mujeres, hombres, niñas y niños por miembros del ejército de la base de Putis, según reveladores testimonios obtenidos por la CVR.

Este poblado muy alejado de la urbe va dejando años de olvido y violencia sobreponiéndose a la tragedia con su mirada progresista al mundo, ofreciendo su historia, costumbres, tradiciones y paisajes como uno de sus ejes, el turismo, para su desarrollo.

Los carnavales.

El recorrido

Es lunes, son las 7.30 de la mañana y tengo frente a mis ojos el inmenso cañón de Huatuscalle de Luricocha que cubre de niebla y un blanco humo al río Mantaro que surca por sus entrañas entre la cadena de grandes montañas de la zona norte de Ayacucho.

Las cumbres más altas cubiertas de nieve y los tímidos rayos de sol que se asoman entre las nubes dibujan el zigzagueante camino que conduce al distrito de Santillana en la provincia de Huanta en Ayacucho.

La vía de curvas interminables apenas son unas delgadas líneas en la inmensidad de las cumbres que dominan todas las zonas de Santillana y de Ayahuanco que le llenan de éxtasis y adrenalina a esta nueva aventura por las zonas altoandinas de la región Ayacucho.

Son las 9.30 de  la mañana, estamos en la plaza principal de Santillana y en el camino muchas casas abandonadas. Un breve y corto desayuno en una de las tiendas de esta plaza para proseguir el recorrido hacia el poblado de Putis.

En el recorrido podemos notar la distancia que separa al valle y la altura por donde va la carretera de por lo menos 2 kilómetros. En toda esta cuesta la gente vive dispersa y aprovecha la carretera para llevar sus ovejas, llamas y alpacas hacia los ichus y mojadales.

Estamos en Laupay, un bosque de piedras al lado de la vía nos muestra su mejor semblante: figuras de elefante, el Che Guevara, el lanzón monolítico y otras figuras por descifrar. Más adelante un rebaño de ovejas junto a sus pastores recorren el lugar.

El cielo cubierto de gris y la incesante garúa controlan el espacio de Rodeo, hoy capital del nuevo distrito de Putis que concentra una buena cantidad de personas y en el que se encuentra el camposanto donde están enterradas parte de las 123 personas asesinadas en los ochenta; es un lugar para la reflexión y la meditación.

Al fin el sol calienta, el cielo se muestra azul y estamos camino a Putis. Quince minutos lo separa de Rodeo. Un velo de agua blanca surca el cerro y estamos entrando a Putis. Entre los cerros varias cascadas de agua que alimentan el río que cruza este poblado y se va hasta el VRAEM (valles de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro). Ríos y lagunas de abundante trucha.

Geografía andina.

Muros de piedra

Un aire de tranquilidad y calma se apodera de nosotros, no hace frío, es un ambiente tibio en Putis. Unos muros de piedra orlada por el Qantu (flor de Cantuta) llaman nuestra atención; son de color rosado que cuelgan como campanas de las vetustas plantas. Una inmensa vegetación de arrayanes, chachas, qeñuas, sacha muña, marmaquillas, etc, cubren de verde el paisaje de Putis, que a cinco minutos colinda con la ceja de selva que se muestra con montañas más bajas cubiertas de árboles y mucha vegetación.

Cae la tarde, es hora del retorno y de esta breve visita podemos decir que valió la pena, porque en el camino se pudo apreciar los cambios de altura, paisaje como los bosques de la selva sin la molestia de los mosquitos y el calor abrazante. Invito a esta aventura llena de éxtasis y adrenalina.

La recientemente inaugurada carretera que une el distrito de Putis con Choymacota en el VRAEM, se va convirtiendo en una vía obligada para comunicar los poblados de la selva ayacuchana con las Provincias urbanas de Huanta, Huamanga y la capital Lima.

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