
Durante una nueva jornada de manifestaciones en Venezuela, los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que visitan el país se reunieron este miércoles con empresarios y estudiantes en su segundo día de «gestiones por la paz».
El presidente de la principal patronal venezolana Fedecámaras, Jorge Roig, dijo al salir de la reunión que la misión busca reconstituir «el dialogo social en Venezuela (…) y recuperar la confianza que se ha perdido entre los actores que estamos en este momento involucrados».
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«Ni el gobierno confía en sus empresarios ni los empresarios en su gobierno», añadió Roig.
Los estudiantes pasaron a reunirse con los cancilleres en dos tandas; primero pasó la representación de los que critican al gobierno y después los que lo apoyan.
El dirigente estudiantil opositor Juan Requesens, que ha impulsado muchas de las manifestaciones que se han realizado en el país desde el pasado 12 de febrero, aseguró que los estudiantes no abandonarán la calle y continuarán en protesta pacífica que es «un derecho de todos los venezolanos».
Por su parte, la dirigente estudiantil Anela Romero -que defiende la gestión de Maduro- dijo que la mayoría de los estudiantes universitarios «son bolivarianos» y creen en el gobierno.
Este miércoles por la noche volvieron a registrarse enfrentamientos en el este de Caracas entre los manifestantes opositores y la Guardia Nacional Bolivariana que disparó bombas lacrimógenas en zonas como Santa Fe, Altamira y Chacao.
Las protestas acabaron con varios detenidos.
Durante la jornada también se registraron protestas en Puerto Ordaz, en el estado Bolívar, y en ciudades como Barquisimeto (Lara) y Mérida.
Más temprano, la opositora María Corina Machado regresó a Venezuela proveniente de Lima y dijo sentirse «más diputada que nunca», a pesar de que el lunes pasado el presidente de la Asamblea Nacional anunció que le había sido despojada de su condición de legisladora.
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¿Hay un «golpe suave» en marcha en Venezuela?
Por Carlos Chirinos
Desde hace casi mes y medio, en muchas ciudades de Venezuela se ven masivas movilizaciones opositoras que, eventualmente, terminan en violentos enfrentamientos con la policía. Mientras tanto, en los cuarteles hay «total tranquilidad» como repite el presidente Nicolás Maduro.
La violencia callejera ha cobrado la vida de 36 personas, algunos de ellos muertos en episodios de represión protagonizados por la Guardia Nacional, -la policía militarizada venezolana-, el único sector militar involucrado directamente en la crisis. El gobierno reconoce que ha habido casos de excesos policiales.

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Hasta este martes, cuando el mandatario venezolano anunció la detención de tres generales de la Fuerza Aérea que supuestamente buscaban dar un golpe de Estado, fue la primera vez en los 15 años de la llamada Revolución Bolivariana que se acusa de sedición a oficiales activos de tan alta gradación.
Pero es un evento notable para un proceso revolucionario que se ufana de contar con el respaldo «monolítico» de las Fuerzas Armadas y que desde que se inició en 1999, encabezado por el fallecido presidente Hugo Chávez, se define a sí mismo como una amalgama cívico-militar.
¿Es creíble la acusación que hizo Maduro en medio de una reunión en Caracas con cancilleres de la Unión de Naciones del Sur (Unasur)? ¿Hay divisiones dentro de las fuerzas armadas venezolanas que amenazan la continuidad del gobierno y la estabilidad del país?
Unidad monolítica
La Guardia Nacional ha sido el único sector militar involucrado directamente en la crisis.
Una constante de los años de la era chavista ha sido la recurrente denuncia de supuestas componendas militares para derrocar al gobierno, algunas de ellas presuntamente incitadas desde el exterior y en coordinación con sectores de la oposición.
Oficialmente no se revelaron los nombres de los generales, ni se especificaron cargos. Algunos señalan que el procedimiento no cumplió con el protocolo, mientas que los críticos del gobierno descartan la importancia de cualquier iniciativa en la que pudieran estar involucrados.
Para aclarar que el caso de estos tres generales es una excepción, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) presentó este miércoles un comunicado de respaldo al gobierno en el que, mientras asegura que no hay problemas internos, defiende la tesis del «golpe suave» al que Maduro asegura está siendo sometido el país.
«Frente a estos hechos la Fuerza Armada Nacional Bolivariana se mantiene monolítica, y en nada merman nuestra convicción democrática ni la moral de quienes a través de sus actuaciones han logrado consustanciarse con la realidad de nuestro Pueblo pues gracias a nuestro Comandante Supremo y Eterno Hugo Chávez logramos comprender que la Unión Cívico Militar nos hace más fuertes y sólidos», se dice en el comunicado.
Sin embargo, fuentes conocedoras del sector militar venezolano, que prefirieron mantenerse anónimas, plantearon a BBC Mundo la posibilidad de que el arresto de este grupo sea una «acción ejemplarizante» destinada a sofocar cualquier irregularidad dentro de la fuerza armada.
Aunque algunas de esas fuentes dijeron creer que no hay condiciones, ni ánimo entre los uniformados para dar un golpe y asumir la administración del Estado, reconocieron que la FANB es una «caja negra» dentro de la cual es muy difícil saber a ciencia cierta qué es lo que pasa.
Golpe a golpe
Nicolás Maduro asegura que en los cuarteles hay «total tranquilidad».
De las tantas conjuras denunciadas durante la era chavista, al menos una se concretó y estuvo a punto de cerrar el ciclo iniciado por Chávez: la del 11 de abril de 2002.
Ese día una masiva movilización popular terminó a tiros en las inmediaciones del palacio presidencial de Miraflores de Caracas, y puso en marcha un proceso de insubordinación que motivó la salida de Chávez del poder por unas 48 horas.
En octubre de ese mismo año, un grupo de oficiales protagonizó en la emblemáticamente opositora plaza Altamira del este de Caracas, un «levantamiento» exigiendo la renuncia del gobierno.
Aquellos oficiales negaban que fueran «golpistas», pero la escena de uniformados iracundos pidiendo la salida de su Comandante en Jefe tenía todas las características de una rebelión militar o una insubordinación.
Aquel peculiar «pronunciamiento» desde la tarima de la plaza caraqueña terminó diluyéndose y los oficiales involucrados fueron paulatinamente desapareciendo de la escena, algunos saliendo del país y otros retomando un bajo perfil.
Frente a estos hechos la Fuerza Armada Nacional Bolivariana se mantiene monolítica, y en nada merman nuestra convicción democrática ni la moral de quienes a través de sus actuaciones han logrado consustanciarse con la realidad de nuestro Pueblo.»
Comunicado de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana
Luego ha habido otras denuncias, siempre involucrando a oficiales retirados, de quienes, tras difundirse por medios de comunicación sus nombres y sus supuestos delitos, no se sabe más, ni se les sigue su proceso judicial, si es que son sometidos a alguno.
Hasta ahora el único oficial preso en Venezuela es el general Raúl Baduel, considerado uno de los factores que garantizó el fracaso del golpe del 2002 y quien tras ejercer como ministro de Defensa y pasado a retiro en 2007 cortó públicamente con el presidente, su compadre, del cual se volvió un duro crítico.
Pero Baduel no está preso por golpista. En 2010 fue sentenciado a siete años de prisión por malversación de fondos durante su gestión al frente del ministerio, cargos de los que se sigue declarando inocente y que considera parte de una persecución política en su contra.
Milicia chavista
El comunicado de las FABN enviado este miércoles termina con las consignas «Chávez vive, la Patria sigue!
Tras quince años en el poder, ayudada por auto-purgas como la de plaza Altamira de 2002, y el natural proceso de renovación de mando, la revolución bolivariana ha logrado delinear una fuerza armada afín a su proyecto político.
Hoy los militares venezolanos emplean abiertamente una retórica política y participan frecuentemente en eventos del partido de gobierno, pese a que no les está permitido «participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político», según establece el artículo 330 de la Constitución que al inicio de su gestión promovió el presidente Chávez.
El comunicado de las FABN enviado este miércoles termina con las consignas «Chávez vive, la Patria sigue! ¡Independencia y Patria Socialista! ¡Viviremos y venceremos», las mismas de la revolución y del gubernamental Partido Único de Venezuela.
Aunque toda revolución se asume como un proceso nacional, en el caso venezolano, lo «revolucionario» está solamente vinculado al PSUV, que es uno más de los varios partidos que conviven dentro de la convulsa democracia de ese país.
Lo revolucionario en este caso está en romper la supeditación del poder militar al civil establecida desde el final del gobierno del general Marcos Pérez Jiménez en 1958, aunque claro está, el paradigma de los nuevos tiempos es el de la «unión cívico-militar».
Fuente: BBC Mundo