Tiempo de zopilotas

Foto: UNAM

Por Teresa Gurza.

Resulta curioso que queriendo insultar a los periodistas, López Obrador haya revelado que él y su gobierno son carroña.

“Es tiempo de zopilotes” dijo hace pocos días arrebatando el micrófono a un reportero de Radio Fórmula.

Y dio en el clavo, porque los zopilotes consumen solo deshechos y la descomposición está cada día más presente en su administración; y para mayor degradación, tres zopilotas surgieron de sus propias filas:

La ministra Lenia Bartres, Ernestina Godoy ex fiscal de la Ciudad de México, y la directora de Notimex Sanjuana Martínez, a la que usó para dejar a México sin agencia de noticias.

Bartres llegó a la Suprema Corte de la Nación impuesta por AMLO y está cumpliendo su misión de descalificar a la Corte y sus ministros.

Y en un vídeo donde lanza leperadas a una vecina y López Obrador difundió “para probar que no es fifi”, vimos que tiene una boquita de esas que las mamás amenazaban con lavar con jabón, a niños mal hablados.

Godoy no pudo ser ratificada como fiscal de la Ciudad de México, pero para evitarle cárcel tendrá fuero como senadora.

Por si acaso, heredó la fiscalía al padre del hijo de la ministra Bartres sin estudios para ejercer como tal; pero como este gobierno es rápido y eficiente logró cursara en 24 horas, los cinco años de la carrera de Leyes y le entregó de la noche a la mañana, título de abogado.

Sanjuana escribió en La Jornada dos artículos dando pelos y señales de lo que asegura sucedió cuando fue directora de Notimex.

Narró supuestos actos corruptos de la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde y de su padre.

Y aseguró ser tan, pero tan honrada, que se negó a entregar 50 millones de pesos de los 250 de la liquidación de los trabajadores de la agencia, que para la campaña a la presidencia de Claudia Sheinbaum exigía el secretario del Trabajo, Marath Bolaños.

López Obrador, que la colocó en el puesto elogiando su capacidad y honradez, demandó pruebas.

Sanjuana contestó que las tiene y sus abogados presentarán las denuncias correspondientes.

Ya veremos si lo hace o hay arreglos en lo oscurito; que al fin todos son, como ha reiterado el presidente, “personas idealistas, íntegras y morales”.

Y me pregunto en qué grilla andará La Jornada, que si no fuera por los cientos de millones que le ha inyectado AMLO no existiría, para publicar los “testimonios” de la ineficiente y despótica exdirectora de Notimex.

Que ahora está furiosa, porque le negaron la millonada que pedía como indemnización; y la diputación que le daría fuero por si se indaga a dónde pararon los 900 millones de pesos que recibió siendo directora.

Curioso es también, que el presidente esté molesto porque narcos a los que tanto ha defendido, reparten despensas en pueblos hambrientos.

Y como en muchos lugares suplen al gobierno, me imagino su reacción si al rato se les ocurre vacunar niños viendo que la mayoría no tiene completo su esquema de vacunación.

O si les da por ser banqueros, al enterarse que en este sexenio cuya propaganda de campaña fue “primero los pobres”, han ganado 248mil 23 millones de pesos; más del 12 por ciento que el año pasado.

En fin, entre los delitos por los que López Obrador tendrá que ser juzgado si como muchos esperamos pierde el poder el próximo junio, está su complicidad con el narcotráfico y las masacres de jóvenes, mujeres y niños.

La inseguridad y el miedo que recorren México.

El colapso del sistema de salud, patente en la faltade atención médica y medicinas y los cientos de miles muertos por su mal manejo del Covid.

Los bajos niveles de educación manifiestos en la deserción estudiantil y el pésimo desempeño en la prueba PISA.

La sistemática destrucción de instituciones democráticas, sintonía con dictadores y sumisión a poderosos como Trump.

Opacidad y despilfarro en los gastos públicos.

Inauguración de obras inconclusas como la refinería Dos Bocas, el Tren Maya, el aeropuerto Felipe Ángeles y la mega farmacia; que nos han costado casi 500 mil millones, por arriba de lo anunciado.

Robos en Segalmex por 9 mil 500 millones, permitidos por su exjefe Ignacio Ovalle, al que exonera “porque fue engañado por mafiosos.”

Acusaciones en contra de sus tres hijos, que han gestionado negocios para sus amigos y compartido los beneficios.

Entrega a militares de empresas paraestatales, ferrocarriles, aeropuertos y puertos.

Fuga de capitales por miles de millones de dólares.

Maltrato a migrantes que al cruzar México queriendo entrara Estados Unidos, padecen crímenes.

Alarmantes grados de impunidad.

Y división de los mexicanos a consecuencia del odio que sembró, al cotidianamente calificar como hipócritas, clasistas, corruptos y traidores, a los que se le oponen.

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