Venezuela, Ucrania, Siria y el guión de guerra TC 18-01

Por Gustavo Herren

‘El intento de los esfuerzos de la Guerra No Convencional de los Estados Unidos es, aprovechar poderes políticos, militares, económicos y las vulnerabilidades psicológicas para desarrollar y sustentar fuerzas de resistencia para llevar a cabo los objetivos estratégicos de los Estados Unidos…’ (TC 18-01)

En la extensión del presente artículo se intenta no solo visualizar la estructura y dinámica de la guerra no convencional siempre vigente y plantear un estado de alerta temprana, nunca subestimando al enemigo, sino también de entender algo más el perfil de aquellos que diseñan y ejecutan estas clases de guerras. Con quienes se está tratando realmente, cuando proclaman ser portadores de la ‘democracia y la libertad’ para los países.

En 1602 cuando comenzó la conquista de la India, Inglaterra tenía 10 millones de habitantes y la India 200 millones. Cuando llegaron, la única mercadería inglesa que podía competir en el mercado hindú eran los arcabuces y mosquetes, así iniciaron el tráfico de armas, la Inteligencia y las guerras políticas. El Imperio Británico identificaba los puntos conflictivos de potencial ruptura social y promovía enfrentamientos internos traficando sus armas a ambos bandos para que se maten entre sí. Una vez debilitados tomaba el control. En 1757, comenzó la conquista territorial con la caída del reino de Bengala con 30 millones de habitantes, en la batalla de Plasey. El sultán de Bengala (islámico) tenía 40.000 soldados, los ingleses atacaron con 2.000 (800 soldados ingleses y 1.200 cipayos), el sultán fué derrotado (los ingleses habían comprado y sobornado a sus generales y a su primer ministro). El éxito de las guerras políticas ameritó a que se sigan utilizando para tomar los fuertes reinos Marathas con unos 100 millones de habitantes de religión hindú. También las utilizaron en el intento de controlar China con las guerras asimétricas del narcotráfico de opio, en las rebeliones árabes contra el imperio Turco Otomano, en Africa, en Asia, en la misma Europa y en América. ‘ …El soborno puede ser un arma’ (T.E. Lawrence; Lawrence de Arabia)

El estudio y análisis de la Historia muestra la continuidad y actualidad que tienen las guerras políticas no militares o cuasimilitares en su amplio espectro. Las guerras políticas modernas promovidas desde las potencias imperialistas contra un gobierno, se basan en dos componentes principales. La primera, es externa exógena al país elegido como blanco, en el caso de la guerra no convencional de los Estados Unidos pueden ser las Fuerzas Especiales; la segunda interna nativa, son los grupos autóctonos de insurgencia o movimientos de resistencia, que a su vez tienen tres elementos: una organización encubierta o subterránea (underground), una fracción de la población que actúa como auxiliar, y los grupos de guerrilla.

Las Fuerzas Especiales foráneas y la insurgencia local interaccionan entre sí, y esta última es apoyada por el gobierno de Estados Unidos en forma directa o indirecta.

Si bien la insurgencia y los movimientos de resistencia tienen definiciones diferentes según las comunidades académicas (1), la Circular de Entrenamiento TC 18-01 (2) los identifica de modo amplio, en el sentido que ambos convergen en una estrategia de insurrección.

El documento 18-01 es complementario de otros anteriores de distintas agencias gubernamentales, según la visión de Guerra No Convencional propuesta por el Centro y Escuela de Guerra Especial John F. Kennedy del Ejército de Estados Unidos (3), que ha sido designado como desclasificado ‘…para asegurar la mayor distribución posible para las Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército (4) y para otras agencias interesadas del Departamento de Defensa y del Gobierno, pero manteniendo protegida por otros medios la información técnica y operacional. Está dirigido a comandantes, oficiales, personal de destacamento, compañía y batallón de fuerzas especiales operacionales, especificamente a los soldados de las fuerzas especiales y al Ejército en general, para mejorar su integración en los planes y operaciones de otras fuerzas de operaciones especiales y de fuerzas convencionales.’

El Comando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos (USSOCOM), define a la guerra no convencional como : ‘…La Guerra No Convencional consiste en actividades conducidas a habilitar un movimiento de resistencia o insurgencia para coercionar, desestabilizar o derrocar un gobierno o los ocupantes del poder, operando a través de, o con, elementos encubiertos (underground), auxiliares, y fuerza guerrillera en un área denegada.’

El TC 18-01 plantea como guía de planeamiento y ejecución para la guerra no convencional, siete fases :

Fase 1. Preparación. La resistencia local y los promotores externos conducen la preparación psicológica para unificar al pueblo en contra del gobierno establecido o del ocupante del poder, y preparan a la población para aceptar el apoyo de los Estados Unidos.

Fase 2. Contacto inicial. Antes de que el gobierno de Estados Unidos decida dar apoyo a la resistencia, los planificadores de las agencias del gobierno arreglan contactos con los líderes de la resistencia, para coordinar el soporte que desean de los Estados Unidos y la compatibilidad de intereses y objetivos mutuos. La reunión puede realizarse dentro del territorio negado, en los Estados Unidos o en una tercera nación parte.

Fase 3. Infiltración. Un equipo de fuerzas especiales infiltra clandestinamente el área operacional, establece comunicaciones con su base y contacta a la organización de resistencia local.

Fase 4. Organización. El equipo de fuerzas especiales y los asesores de Estados Unidos, organizan, entrenan y pertrechan un cuadro. El énfasis está en desarrollar infraestructura.

Fase 5. Construcción. El equipo de fuerzas especiales asiste al cuadro para que se expanda en una organización de resistencia efectiva. Se pueden conducir algunas operaciones de combate limitadas, pero el énfasis permanece en el desarrollo.

Fase 6. Aplicación. Las fuerzas de resistencia inician una expansión de las operaciones ofensivas para alcanzar los efectos deseados hasta lograr el fin de las hostilidades, o bien la transferencia a fuerzas convencionales.

Fase 7. Transición. Las fuerzas de guerra no convencional transfieren el control nacional a las fuerzas regulares o se desmovilizan cuando el poder hostil es removido y el gobierno postconflicto refleja sus expectativas originales. (5)

Sobre las funciones de las Fuerzas Especiales de los Estados Unidos el documento menciona: entrenar y asesorar a las fuerzas encubiertas como parte de la resistencia y también a la guerrilla, coordinando y sincronizando los distintos elementos de comando de la resistencia con los esfuerzos de Estados Unidos. Determinar los factores psicológicos clave en el ambiente operacional. Proporcionar entrenamiento y asesoramiento a líderes insurgentes nativos y unidades sobre desarollo, organización y empleo de las capacidades de información de la resistencia. Identificar acciones con efectos psicológicos que puedan crear, cambiar o reforzar comportamientos deseados en grupos o individuos tomados como blanco. Conformar percepciones populares para apoyar los objetivos de los Estados Unidos. Contrarrestar la desinformación o información falsa que pueda socavar la guerra no convencional. Respecto de la población civil, entre otros planificar movilizaciones de apoyo popular a la campaña de la guerra no convencional. Analizar los impactos de la resistencia sobre la población nativa, instituciones y centros de gravedad para preparar la Inteligencia del ambiente operacional.

Respecto de los elementos nativos la Circular señala: ‘…Para habilitar un movimiento de resistencia se requiere el desarrollo de una organización subterránea o encubierta y de fuerzas guerrilleras, y también para cada una, de un soporte de auxiliar de parte de la población. Los movimientos de resistencia o insurgencias siempre tienen un elemento encubierto. La componente armada de estos grupos es la fuerza guerrillera, que solo se hace presente si la resistencia evoluciona hacia un conflicto. Los efectos combinados de estas líneas interrelacionadas de esfuerzos generan en su mayor parte el resultado final de la campaña de guerra no convencional. Los esfuerzos van dirigidos en última instancia al conflicto armado y la subversión. Las fuerzas conducen el conflicto armado normalmente en forma de guerra de guerrillas, contra el aparato de seguridad de la nación huésped o del ocupante militar. El conflicto también incluye operaciones que atacan y degradan la moral del enemigo, la cohesión de sus organizaciones y

su efectividad operacional, y aisla al enemigo de su población. Con el tiempo estos ataques degradan la habilidad de la nación huésped o del ocupante militar para proyectar poder y ejercer control sobre la población. La actividad subversiva socava el poder del gobierno o del elemento ocupante, mostrándolo como incapaz de una gobernabilidad efectiva de la población’

Sobre la Organización Subterránea de una insurgencia el manual refiere: ´…La organización encubierta (underground) está siempre presente y es la primera componente de la insurgencia. Generalmente son miembros activos de la comunidad, y sus servicios están en función de su vida normal o su posición dentro de la sociedad. Se trata de una organización celular dentro del movimiento de resistencia que opera clandestinamente en áreas que son inaccesibles para las guerrillas, como áreas urbanas bajo el control de las fuerzas de seguridad local. Utilizan distintas configuraciones de celdas, como celdas operacionales, de Inteligencia, en serie, en paralelo o auxiliares. Aunque funcionan en forma compartimentada en celdas compuestas por un lider y pocos miembros, todos operan como unidad.

Algunas de sus funciones incluyen redes de Inteligencia y Contrainteligencia; estaciones de radiodifusión subversivas; redes de propaganda que controlan diarios y periódicos o folletos impresos y/o páginas Web; Fabricación de materiales especiales como explosivos, municiones, armas e identificaciones falsas; individuos o grupos que realizan actos de sabotaje en centros urbanos; control de redes para movimiento de personal y logística; facilidades médicas clandestinas… Entre sus metas está identificar condiciones de insatisfacción política, económica, social y administrativa, aspiraciones nacionales (como de independencia) o deseos de cambios ideológicos o de otra índole; crear una atmósfera de amplio descontento mediante propaganda y esfuerzos políticos y psicológicos para desacreditar al gobierno; generar agitación y evocando la causa nacional crear una favorable opinión pública y la desconfianza hacia las instituciones establecidas.

En cuanto a la componente Auxiliar de la resistencia, está formada por una fracción de la población que provee soporte clandestino activo tanto al subterráneo como a la guerrilla. Son voluntarios a tiempo parcial cuyo valor está dado por su posición normal en la comunidad. Sus funciones específicas incluyen gestión y distribución logística (toda clase de suministros); trabajar en la fabricación del material especial; seguridad y alerta temprana para refugios de la organización encubierta y bases guerillleras; recoleción de información de Inteligencia; reclutamiento; forman parte de la red de comunicaciones, como correos y mensajeros; distribución de propaganda; logística y transporte personal. Son los elementos que corren el mayor riesgo y los más sacrificables, actúan como una capa protectora que mantiene vivas las otras dos componentes de la insurgencia.

Sobre la ayuda de Washington a la insurreción nativa indica que: ‘…Historicamente, las insurgencias no tienen éxito sin alguna forma de soporte externo, que puede ser de tipo moral o político en los foros internacionales, recursos como dinero, armas, alimentos, asesores y entrenamiento, y santuarios tales como sitios seguros de entrenamiento, bases operacionales sobre la frontera, o protección desde la extradición.’

‘…Antes de dar soporte a una resistencia o insurgencia, los planificadores estadounidenses deben considerar como la ideología y objetivos del movimiento de resistencia afectan los intereses estratégicos en la región y asegurarse que el liderazgo defina claramente la estrategia nacional de los Estados Unidos… El apoyo del gobierno de los Estados Unidos a una resistencia o insurgencia puede manifestarse en cualquiera de las siguientes maneras:

Soporte Indirecto. En casos de escenarios de guerras limitadas (esto es un conflicto armado entre dos o más naciones, que es mucho menor que una guerra general pero con incidentes que comprometen en manera evidente a sus fuerzas militares), el soporte abierto o evidente del gobierno de los Estados Unidos a movimientos de resistencia no es conveniente. De modo que puede dar soporte indirecto mediante una coalición de sus socios o un tercer país. Normalmente se limita a ayuda logística y entrenamiento.

Soporte directo (menos de combate): En casos de guerra general, la visibilidad del soporte del gobierno es menos controversial, expandiendo su asistencia de soporte logístico, entrenamiento y asesoramiento, que puede incluir asesores en santuarios o áreas controladas por la insurgencia fuera del combate directo. También los Estados Unidos pueden brindar asistencia desde un país vecino.

Soporte de combate, incluye todas las actividades de soporte anteriores más, operaciones de combate.’

‘…El soporte externo produce un grado de dependencia de la potencia extranjera. Las insurgencias pueden ver este hecho como una desventaja porque la potencia foránea puede luego intentar controlarla o manipularla para servir mejor a sus intereses. Desde el fin de la Guerra Fría, para disminuir la necesidad de soporte de gobiernos extranjeros simpatizantes, muchos grupos insurgentes hacen alianzas con otros grupos del crimen organizado, del narcotráfico y usan el secuestro para juntar fondos. Ha sido probado que esta táctica es extremadamente efectiva para generar ingresos, aunque es contraproducente para las metas originales de los movimientos.’

Y agrega, el movimiento de resistencia debe tener tres características para que tenga el soporte de Estados Unidos. Primero, debe existir un deseo genuino de cooperar con los Estados Unidos por parte del liderazgo de la fuerza local o nativa. No se puede suponer que un líder entregue el control de sus fuerzas a Estados Unidos, sino que esperan retener su autoridad y control, beneficiando su causa por la colaboración con Estados Unidos. Mensajes adaptados y persuasivos apuntando a los líderes clave puede incrementar su deseo de aceptar la cooperación. Segundo, los movimientos exitosos deben tener objetivos compatibles con los de Estados Unidos y una ideología que mantenga a sus fuerzas unidas. Y Tercero, que el liderazgo de la resistencia sea capaz. Los líderes de los movimientos son muy cautos en formar rapidamente nuevas asociaciones. Los planificadores deben considerar lo que Estados Unidos está requiriendo y ofrecer un retorno desde la perspectiva insurgente, lo que requiere un conocimiento profundo del grupo y sus líderes, sus características psicológicas, para predecir su comportamiento futuro como potenciales socios, el grado en que pueden ser confiables, como se comportarían en un esfuerzo de guerra no convencional, y sus métodos de combate y tratamiento a civiles.

Los gobiernos poco confliables para los intereses de los anglosajones y los atlantistas, a los que aplican las guerras políticas y no convencionales, tienen en común conflictos sociales internos en un equilibrio inestable latente o en desarrollo factibles de ser realimentados hasta el punto de ruptura. Estos enfrentamientos internos pueden ser de tipo étnico, religioso, cultural, ideológico, político, o por economías suceptibles con sectores clave en manos de las burguesías locales y extranjeras, peor aún si en el gobierno existe burocracia y corrupción.

Al respecto el manual indica, ‘…Hay condiciones físicas y ambientales que permiten el éxito de una resistencia o insurgencia. Las tres principales son, un gobierno u ocupante del poder debilitado o no consolidado, una población dividida y un territorio favorable desde donde pueda organizarse una subversión y una resistencia armada.

Sobre un gobierno poco consolidado afirma ‘… Las condiciones deben ser tales que los mecanismos organizacionales que usa el régimen de gobierno para mantener el control sobre la población civil, estén suficientemente divididos y debilitados, de manera que la resistencia organice exitosamente un volumen mínimo de actividades clandestinas. Esto se dificulta bajo un gobierno consolidado con un fuerte aparato de seguridad interna, ya que a pesar del descontento general de la sociedad, la resistencia tendrá baja probabilidad para desarrollar la infraestructura de soporte que necesita. Los planificadores deben reconocer las diferencias significativas en la habilidad de los diferentes elementos para ejercer control sobre la población. Así un ocupante externo reciente, no tiene la misma habilidad que un régimen dictatorial nativo que ha tenido años para consolidar poder.

…En cuanto a la población no solo debe poseer el deseo de resistir sino también aguantar la dureza de las medidas contrarrepresivas del gobierno. Las poblaciones que el régimen subyugó o adoctrinó por largos períodos están menos dispuestas a una lucha difícil y prolongada, y generalmente se refugian en su identidad religiosa, cultural, étnica, o comienzan a asimilarse con el régimen por instinto de supervivencia.’

La información que incrementa la insatisfación con el régimen hostil y presenta como alternativa viable la resistencia son componentes importantes del esfuerzo de resistencia. También se puede aumentar su apoyo mediante mensajes persuasivos que generen su simpatía entre la población.

La polación tiene una minoría activa que apoya al gobierno, y otra minoría militante que apoya los movimientos de resistencia. Para que la resistencia tenga éxito debe convencer a que sea aceptada como entidad legítima, a la mayoría de la población no comprometida, pasiva o neutral, que incluye simpatizantes pasivos de ambos lados.

Respecto del territorio favorable, para conducir las operaciones las fuerza de resistencia requieren un terreno seguro para que sus miembros puedan entrenarse, organizarse y recuperarse. Debe contar con refugios seguros en áreas relativamente inaccesibles que restrinjan la habilidad de las fuerzas militares de la nación huésped para proyectar poder y ejercer control. Estos pueden ser desde refugios artificiales como ghettos urbanos, a junglas, montañas, pantanales o fronteras internacionales. En el terreno humano, se presenta una oportunidad cuando la resistencia accede a poblaciones en áreas controladas por el enemigo para diseminar información sobre la resistencia y sus objetivos, y establecer líneas de comunicación beneficiosas con comunicadores claves, el cultivo de una relación activa con éstos puede bajar barreras e incrementar la cooperación con las fuerzas de Estados Unidos.’

Indica además que ‘…Estados Unidos puede conducir la guerra no convencional de dos maneras. Una es con la previsión de involucrar fuerzas militares convencionales en gran escala, tal fue el caso de Kuwait (1990-91), Afganistán (2001-02) o Irak (2002-03). La otra, no contempla esta posibilidad, como en Cuba (1960’s) o Nicaragua (1980’s) en que utiliza operaciones de involucramiento limitado para presionar a un adversario, parte de lo que llama guerra limitada.

Interesa esta última, en que el desarrollo de las operaciones se hacen sin evidencias o eventuales hostilidades del país promotor, tomando un aspecto estratégico y político. La manera en que operan las fuerzas difiere significativamente de los escenarios de guerra en gran escala. Sin el beneficio de una fuerza de invasión convencional, la resistencia debe limitar una exposición abierta de sus fuerzas y soportar durante un período prolongado una infraestructura para sustentar las operaciones, teniendo en cuenta la respuesta y represión del enemigo. Si ésta ocurre, la resistencia puede explotar sus consecuencias negativas para ganar mas simpatía y apoyo de la población enfatizando que los sacrificios y trabajo duro de la resistencia están perdurando en interés ‘del pueblo’. Si la represión no ocurre o no es efectiva, la resistencia puede usar el hecho para mostrar su habilidad para llevar un combate efectivo contra el enemigo, y como signo de su debilidad.’

El documento pone especial énfasis en la logística ‘…el soporte logístico para la guerra no convencional es diferente del soporte para otras clases de operaciones especiales, ya que las fuerzas de resistencia y las fuerzas especiales externas infiltradas requieren cantidades significativas de materiales’. Hace consideraciones sobre el reabastecimiento de pertrechos y da algunas precisiones sobre las técnicas de ocultamiento de equipos y materiales en escondrijos seguros como para intentar recuperarlos para las futuras operaciones. Por último describe la dinámica del proceso de guerra no convencional, desde que ha comenzado la actividad de la organización subterránea hasta el punto crítico donde empiezan a aparecer operaciones paramilitares o de guerrilla:

1) Crecimiento de la agitación, el desasosiego y el descontento; Infiltración de la administración y las organizaciones policiales, militares y nacionales; boicot, piquetes y huelgas. 2) Infiltración de activistas y asesores externos, de propaganda, materiales, dinero, armas y equipos desde el exterior. 3) Reclutamiento y entrenamiento de cuadros de resistencia. 4) Penetración dentro de sindicatos, organizaciones de estudiantes y todas las partes de la sociedad. 5) Difusión de organizaciones subversivas en todos los sectores de la actividad del país. 6) Establecer Frentes Nacionales y Movimientos de Liberación apelando a simpatizantes extranjeros. 7) Expansión de los Frentes Nacionales. 8) Intensificación de la propaganda; Preparación psicológica de la población para la rebelión. 9) Presiones abiertas y encubiertas contra el gobierno (como huelgas, motines, movilizaciones con revueltas y desorden). 10) Incremento de las actividades subterráneas para mostrar la fuerza de las organizaciones de resistencia y la debilidad del gobierno. 11) Intensificar el socavamiento de la moral (gobierno, administración, policía y militares). 12) Intensificar la violencia política y los sabotajes.

No pocos analistas vienen alertando sobre la aplicación imperial de un mismo guión de guerra no declarada, un hilo conductor que se puede rastrear por décadas. Entre muchos otros, la guerra de golpes en Irán (Mossadegh,1953), Guatemala (Arbenz, 1954), Chile (Salvador Allende,1973), en los Balcanes, la Yugoslavia soviética un mosaico de etnias mantenida en un equilibrio inestable con baja entropía por Iosip Broz Tito, similarmente en Irak donde Saddam Hussein mantenía un equilibrio frente al enfrentamiento religioso interno (hasta 2003), en Libia con la confrontación religiosa entre las ramas del Islam mantenido en equilibrio por Kadafi (hasta 2011), las llamadas primaveras árabes que a la inestabilidad de enfrentamientos étnico-religiosos, si los hubiera, se sumó el descontento del pueblo generado por los procesos económicos neoliberales de desigualdad y empobrecimiento, por eso las potencias atlantistas conocedoras del desenlace final se anticiparon intentando encubiertamente cambios de régimen a su favor, como el caso de Egipto y Túnez. Las divergencia religiosas y políticas en Siria con al Assad (2011), y hoy en Ucrania con las diferencias políticas y étnicas entre ucranianos y rusos catalizada por la corrupción de los gobiernos. La sucesión de golpes de Estado muchos fallidos en las Américas Central y del Sur, como en Bolivia (2008), Honduras (2009), Ecuador (2010), Paraguay (2012) y Venezuela (2014). El TC 18-01 no está dentro de las teorías conspirativas, la guerras políticas y no convencionales son una realidad…

Notas:

1) En el documento, se define un ‘Movimiento de Resistencia’ como un esfuerzo organizado por una fracción de la población civil de un país para resistir al gobierno legalmente establecido o a un poder ocupante, y para romper el orden civil y la estabilidad. ‘Insurgencia’, se define como un movimiento organizado que apunta al derrocamiento de un gobierno constituído a través del uso de la subversión y el conflicto armado. ‘Guerra de guerrillas’, como operaciones militares y paramilitares conducidas en territorio enemigo u hostil por fuerza irregulares, predominantemente nativas o locales. ‘Subversión’ como las actividades para socavar las fuerza militar, económica, psicológica, política y moral de una autoridad de gobierno.

2) Training Circular No. 18-01; Special Forces Unconventional Warfare; Headquarters, Department of the Army, Washington, DC, 30 November 2010

3) United States Army John F. Kennedy Special Warfare Center and School (USAJFKSWCS)

4) Army special operations forces (ARSOF)

5) La Circular hace algunas precisiones sobre las fases de la guerra no convencional. La fase 1 de ‘Preparación’ comienza con la Inteligencia necesaria para preparar el ambiente de operaciones. El gobierno de Estados Unidos comienza a conformar el medio ambiente elegido como blanco con la mayor anticipación posible. Este esfuerzo puede incluir acciones para incrementar la legitimidad de las operaciones de Estados Unidos y la resistencia, construyendo apoyo interno y externo para el movimiento. Como mínimo el área necesita el análisis de las fortalezas y debilidades de la resistencia local, su logística, niveles de entrenamiento y experiencia, sus agendas militares y políticas, sus relaciones con los rebeldes y con la política externa. También requiere el estudio de los servicios gubernamentales, condiciones de vida, ambiente político, religioso, económico, médico y de educación de la población.

Sobre la fase 3, de ‘Infiltración’ afirma: Dependiendo de la situación, la infiltración de las fuerzas especiales requiere la entrada previa de un ‘equipo piloto’ que coordine su recepción por las fuerzas de resistencia. Incluso en escenarios en que la infiltración de personal de Estados Unidos no es conveniente, los planificadores deben extraer personal nativo del área blanco para entrenarlo en tareas específicas y luego volver a a infiltrarlo para que a su vez forme y entrene a la resistencia.

En la fase 5 de ‘Construcción’ se incrementa la Inteligencia, Contrainteligencia y redes de alerta temprana, así como el reclutamiento, la distribución de suministros y las redes de correos. Para la guerrilla se expanden los programas de entrenamiento para nuevos reclutas o nuevo material suministrado por las fuerzas especiales operacionales, tales como morteros, sistemas antitanques, ametralladoras, equipo para demolición, equipo médico y de protección química, biológica, radiológica, nuclear y para explosivos. En esta fase se deben determinar los blancos apropiados y objetivos, para ello lo primero es entender las capacidades e intenciones del enemigo; cuál es su táctica operacional, sus capacidades estrategicas y esfuerzos para asegurar control sobre la población, cuáles son sus centros de gravedad, cuales son sus vulnerabilidades psicológicas, donde es vulnerable a las operaciones de la organización subterránea y la guerrilla.

Las principales operaciones en la fase 6 (Aplicación) son de interdicción y pueden incluir las comunicaciones, ataques a los nodos de Comando y Control (C2) como líneas de energía eléctrica, torres de telecomunicaciones, y líderes enemigos clave; ataques a sistemas móviles de defensa aérea, infraestructura estratégica y blancos de alto costo como depósitos de combustible y municiones, playas ferroviarias, campos aéreos, usinas de energía, vías y suministros de agua, plantas de radio, televisión y otros medios masivos; toma temporaria de objetivos clave como puntos de estrangulamiento, campos de prisioneros e infraestructura nacional crítica.

En la última fase de ‘Transición’ (7), las fuerzas especiales deben inicialmente permanecer en sus áreas operacionales para asistir a las fuerzas de resistencia a convertirse en fuerzas nacionales regulares, y actuar como entrenadores y asesores para formar nuevas unidades contraterroristas y de contraguerrilla, en particular si las fuerzas de resistencia anteriores rechazan la transición y continúan la violencia contra el nuevo gobierno nativo. Durante esta fase debe crearse un clima de protección al nuevo gobierno instalado y su seguridad personal contra insurgencias, delicuencia y elementos del régimen anterior que intenten organizar una resistencia. El nuevo gobierno debe reorientar y absorber a los miembros de la anterior resistencia, para esto puede poner las armas y municiones bajo control gubernamental; asistir a los miembros de la resistencia para volver a la vida civil o usarlos como milicias locales y base para futura polícia y fuerzas armadas, y tomar medidas preventivas para evitar que vuelvan a iniciar o participar en un posterior levantamiento político.

Fuente: ARGENPRESS.Info

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