Clausuran la Casa Rutilio Grande en Maryland

Con el fondo de la imagen del sacerdote Rutilio Grande (derecha) el guitarrista chileno Patricio Zamorano ofrece un concierto de despedida. Foto: Ramón Jiménez.
Con el fondo de la imagen del sacerdote Rutilio Grande (derecha) el guitarrista chileno Patricio Zamorano ofrece un concierto de despedida. Foto: Ramón Jiménez.

Por Ramón Jiménez

Después de trece años de servir como un centro de refugio temporal a inmigrantes que llegaban al área de Washington en busca de una mano amiga, la Casa Rutilio Grande cierra sus puertas en Takoma Park, Maryland.

El local que ocupaba la Casa Rutilio Grande —que lleva el nombre en honor al sacerdote asesinado durante la guerra civil de El Salvador— era en realidad el lugar de residencia del reverendo Whit Hutchison y la activista Sonia Umanzor junto con sus familias, que desde un principio compraron el inmueble con la colaboración de decenas de personas.

«Fue Whit quien inició con la compra de esta casa y luego nos unimos otras personas; muchas caravanas de inmigrantes se alojaron en esta casa», dijo.

Muchos inmigrantes llegaban huyendo de sus países envueltos en conflictos armados como en Nicaragua, El Salvador, Colombia.

“Para muchos la Casa Rutilio fue como un oasis en el desierto”, destacó Hutchison, quien durante tres décadas dirigió la Iglesia Metodista Unidad Wesley en el noroeste de la capital estadounidense.

“Nos enorgullece que pudimos ser solidarios de verdad al recibir a muchas familias necesitadas; gracias a eso he aprendido a ser más paciente y más humilde”, agregó.

Y es que a ese centro llegaron no solamente inmigrantes de los países latinoamericanos y el Caribe sino también de otras regiones del mundo como Burkina Faso y Ghana, en África; Corea y Sri Lanka en el continente asiático.

De igual forma muchas organizaciones compartieron la hospitalidad de que hacía gala ese sitio, donde se celebraban todo tipo de eventos comunitarios. Organizaciones como el Movimiento contra la minería en México, Honduras por la democracia, Las Micailas de Perú, el Foro de Sao Paulo, Mexicanos sin Frontera, RENASE, el FMLN, Las Dignas, entre muchas más, celebraron foros y otras reuniones de mucha importancia para la comunidad.

Para el reverendo Hutchison la apertura de la Casa Rutilio Grande fue un sueño que vino de sus ancestros.

“Mi abuela me enseñó a compartir; gracias a todos por ayudarnos en estos trece años a hacer de esta casa un centro de la comunidad”, enfatizó.

Reconoció Hutchison que todo en esta vida es temporal, aunque tiene fe que la Casa Rutilio Grande va continuar en algún lugar que todavía no saben.

“Hay que conservar lo eterno como el amor y la solidaridad y espero que lo que experimentamos aquí no se muera”, puntualizó.

Por su parte el activista y músico peruano Ricardo Gallardo, quien ha ofrecido muchos conciertos en el ahora clausurado centro comunitario, no dejó de preocuparse por la noticia.

“¿Adónde vamos a parar si se acaba la Casa Rutilio Grande?”, parafraseó Gallardo, mientras interpretaba la canción argentina “Zamba de Balderrama”, que se refiere a un centro preferido por los artistas de la capital salteña, que nadie se imaginaba llegaría a ser el templo del folclore argentino; como muchos consideraron a la Casa Rutilio Grande, que ahora lastimosamente cierra sus puertas.

Sonia Umanzor y Whit Hutchison. Foto: Ramón Jiménez.
Sonia Umanzor y Whit Hutchison. Foto: Ramón Jiménez.
Ricardo Gallardo y Luci Murphy pusieron su cuota musical. Foto: Ramón Jiménez.
Ricardo Gallardo y Luci Murphy pusieron su cuota musical. Foto: Ramón Jiménez.
Una pequeña galería adornaba la Casa Rutilio. Foto: Ramón Jiménez.
Una pequeña galería adornaba la Casa Rutilio. Foto: Ramón Jiménez.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos Relacionados